Hace asociación civil tianguis de tortugas en Xcacel-Xcacelito

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XCACEL, TULUM, MX.- Con venta de cervezas, hamburguesas, hot dogs, y la colocación de pabellones de venta de artículos de Xcaret, además de la promoción de los servicios financieros de algunos patrocinadores como Bancomer, así se llevó a cabo la liberación de tortugas en el santuario de la tortuga marina Xcacel-Xcacelito.


La Asociación Flora Fauna y Cultura de México (FFyCM), encargada del cuidado y preservación de la tortuga marina en las costas de Quintana Roo, y que cuenta con varias decenas de patrocinadores como el propio Grupo Xcaret, varios de los principales hoteles de la Riviera Maya, bancos como Bancomer BBVA, e inclusive otras asociaciones medioambientales; efectuó ayer en las costas de Xcacel-Xcacelito un evento por demás alejado de los supuestos fines de lucro que constan en sus estatutos.
Bajo enormes carpas de la Coca Cola y de la cervecera Modelo, la “verbena” incluyó la venta de hamburguesas (50 pesos), hot dogs (30 pesos), cervezas (30 pesos), refrescos, agua y papas fritas (15 pesos); tampoco faltó un pabellón de ventas de artículos de Xcaret que incluyó desde camisetas, muñecos de peluche, y souvenirs, hasta repelente para mosquitos, en oferta, a 52 pesos.
Pero lo más grave, es que Flora Fauna y Cultura de México cobró 70 pesos por cada niño que quisiera liberar una tortuga. La “transacción” se realizó a través de las escuelas particulares, como la Baxal Paal, en las que promovió que cada niño que quisiera liberar una tortuga pagara previamente 70 pesos, de los cuales, 50 serían para la fundación, supuestamente, sin fines de lucro, y 20 pesos para la escuela.
La exhibición de ayer fue una muestra de que la cesión o comodato de espacios públicos terminan en la privatización de los mismos; los eventos se transforman en espectáculos casi privados, y los precios de los productos resultan inalcanzables para una familia trabajadora de Playa del Carmen o Tulum.
Las asociaciones civiles tienen una gran ventaja, no declaran ante nadie sus ingresos, y no existen auditorías públicas que las obliguen a rendir cuentas; pero, la cuestión se vuelve de interés público cuando éstas utilizan los espacios federales, estatales o municipales públicos para llevar a cabo sus fines, que no parecen estar exentos de lucro.
El trabajo que hace años comenzó esta asociación en lo que a la conservación de la tortuga se refiere, se ha desvirtuado completamente y se ha convertido en un verdadero negocio.
La asociación Flora, Fauna y Cultura de México también posee en comodato a 10 años el parque La Ceiba, ubicado en la colonia ejidal de Playa del Carmen. Aunque existe un “Convenio de colaboración”, celebrado entre ésta y el ayuntamiento, que data de la administración pasada, firmado por el hoy diputado federal Carlos Joaquín González, dicho contrato no obra en los archivos del ayuntamiento, de acuerdo a la solicitud de información de folio 419-2009, en la que la Dirección Jurídica aseguró que:
“(…) dentro de los archivos que obran en esta Dirección General Jurídica, únicamente contamos con el Convenio de Colaboración, celebrado entre Flora, Fauna y Cultura de México, A.C., y el ayuntamiento, en donde según se desprende, dicha superficie (el parque La Ceiba) fue otorgada en comodato a la citada asociación civil, mas sin embargo no contamos con dicho contrato de comodato.”
Las “facilidades” otorgadas a esta asociación para sus fines, no se corresponden con los precios y accesibilidad de productos y servicios para la población. Mientras los ayuntamientos, el de Tulum en el caso de Xcacel-Xcacelito, y el de Solidaridad, en el caso del parque La Ceiba, exentan a FFyCM de permisos y del pago de licencias comerciales para la venta de artículos o el ofrecimiento de productos, requisito indispensable para cualquier particular, según consta en la solicitud de información número 420-2009, ésta comercializa los mismos a precios alejados de los bolsillos populares.
Otro caso del lucro que se genera en torno a las acciones medio ambientales, y en específico, las que tienen que ver con la tortuga marina, se suscitó ayer en Cancún, en la Playa Marlín, donde la Dirección de Ecología municipal suspendió la liberación de tortugas debido a que se pretendía cobrar 65 pesos por cada niño que quisiera liberar uno de estos pequeños quelonios.
El evento de liberación de tortugas blancas fue organizado por el vicepresidente del grupo “Scouts del Caribe”, Eduardo Sánchez en coordinación con Plaza Kukulcán. (Noticaribe)

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