Documentan más secuestros

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CANCUN, MX.- “No tengo tanto dinero, sólo me pueden prestar cinco mil pesos”, dice por su celular una mujer al plagiario de su hermana, que le exige más dinero para que sea liberada.


La frase teñida de angustia fue escuchada la mañana de ayer en las instalaciones de la Policía Judicial del Estado (PJE), mientras los investigadores instruían a la agraviada para que trate de sacarle información al secuestrador.
Son las 13:20 horas de este martes, dos elementos de la PJE se encuentran cerca de la mesa de guardia del Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) dialogando con una joven mujer, que viste blusa con franjas cafés y pantalón crema. De su hombro izquierdo cuelga el indispensable, femenino bolso.
La mujer llegó a denunciar la desaparición de su hermana. Mientras dialoga con los investigadores, suena su celular. Es la voz de un sujeto, que ella pone por el altavoz del portátil para que también escuchen los agentes judiciales.
El rostro de la mujer muestra angustia y temor, el individuo le pide una cantidad de dinero que no se alcanza a escuchar, y entonces revela su escasez de recursos económicos.
Después cuelga, no sin antes recibir la amenaza de que volverán a llamarle, “para llegar a una negociación” si quiere que liberen a su hermana.
Éste es uno de los tantos casos similares que se han registrado en toda la geografía quintanarroense en los últimos meses. El crimen organizado ha enfocado aún más su mirada a la industria del secuestro para obtener recursos, ha diversificado su modo de operar y ampliado su “mercado de víctimas”, que ya no son sólo personas pudientes, sino incluso simples trabajadores y hasta amas de casa.
Un ejemplo de esa “variedad” se vio en agosto del 2009 cuando cinco personas, entre ellos un empresario, fueron privados de su libertad en el Mercado 28. En este caso se aplicó la frase que señala que “de acuerdo al sapo es la pedrada”, toda vez que los plagiarios pedían de miles a millones de pesos por la libertad de cada una de esas personas.
Los secuestrados eran el dueño de una joyería, un empleado, un vendedor, un taquero y un taxista. A los que eran de bajos recursos les pidieron menos cantidad y hasta en especie, es decir, vehículos a cambio de que los dejaran en libertad.
El sur del estado también lidia con este flagelo. El caso más reciente, hasta donde se sabe, es el de dos empresarios madereros, cuyo paradero se desconoce hasta el momento, pese al trabajo de las autoridades judiciales y la angustia y gestiones de sus familiares, quienes pagaron un rescate, aunque no del monto que les exigieron.
En Cancún, testimonios directos que recabó este periódico indican que el mes pasado un simple trabajador de origen veracruzano tuvo que vender su casa, en la Región 76, y su automóvil para pagar el rescate de 400 mil pesos que le pidieron por su esposa y su hija. Además, por las amenazas la familia tuvo que abandonar la ciudad.
Entre los secuestros más recientes en el norte de Quintana Roo figura el del hijo de un empresario, ocurrido en la Supermanzana 45 de Cancún. Una semana aproximadamente estuvo privado de su libertad. Se dice (porque por seguridad o temor no se dieron informes oficiales) que por su rescate se pagaron cerca de 20 millones de pesos.
El último que se encuentra investigando la Policía Judicial del Estado (PJE) es el del ejidatario Humberto Horacio Lara González, alías “El Jordi” o “El Indio Blanco”. Éste fue plagiado la mañana del pasado lunes, frente a sus oficinas de la Asociación 3 de Septiembre, que se localiza al final de Rancho Viejo. Su esposa puso por la tarde la respectiva denuncia.
A principios del presente mes publicamos declaraciones del procurador del Estado, Bello Melchor Rodríguez y Carrillo, en el sentido de que el anunciado Grupo Antisecuestro de la PJE no empezaría a operar sino hasta mayo, y sólo de forma parcial, porque el gobierno federal aún no le entrega los recursos necesarios.
Comandantes de la PJE confirmaron a Novedades de Quintana Roo que el Grupo Antisecuestro se está formando “a cuentagotas” y no se lleva un adiestramiento de forma continua.
Aunado a esto, la falta de personal, equipo y recursos económicos pone a las corporaciones policíacas en desventaja ante el aumento de secuestros, secuestros exprés y levantones que se están registrando.
De acuerdo con datos estadísticos del Subcentro de Comunicación, Cómputo y Comando (C-4) en Cancún, en 2009 se reportaron 140 privaciones de la libertad. El rubro del secuestro permanece relativamente oculto en estas cifras oficiales, pues no se especifica cuántos de esos casos son secuestros “en forma” para pedir rescate, secuestros exprés en los que las víctimas son despojadas de su dinero incluso en bancos, “levantones” por venganzas entre narcomenudistas, y desapariciones. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)

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