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Aunque el PAN, al parecer, había librado el costo político de aprobar la reestructuración de la deuda, el tema ha empezado a ahondar las divisiones internas en Acción Nacional.
Los dirigentes panistas habían optado por encerrar en el closet los votos a favor de Patricia Sánchez Carrillo, Demetrio Celaya y Yolanda Garmendia, de reestructurar casi 11 mil millones de pesos.
El tema provocó jaloneos en la sesión de Consejo Estatal que se celebró este fin de semana y el amague de renuncia del ex presidente estatal, José Hadad.
La operadora política de la reestructuración fue Patricia Sánchez Carrillo, que se ha caracterizado por sus pactos con los gobiernos estatales priistas, desde la administración de Joaquín Hendricks.
Y lo peor es que Patricia Sánchez Carrillo, ya alzó la mano para ser diputada federal plurinominal.

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