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Muy simplista, el Gobernador Roberto Borge cierra el año con una medida populista, de poca imaginación y casi obligatoria: quitar la tenencia
“Beto”, al concluir 2011, tendrá nueve meses en el Gobierno, y le queda deber a los ciudadanos, en lo económico en lo social y en lo político.
Tampoco fue suya, en el proceso electoral, la iniciativa de quitar la tenencia, si no de otro candidato.
La realidad ha rebasado las capacidades de Borge, que no ha podido, por ejemplo, contra la delincuencia organizada, ni detener el declive de la actividad turística. Nada más y nada menos.
Hasta ahora, Borge no tiene resultados, mas, que al igual que en su campaña, sólo promesas, anuncios y proyectos.
Y no le queda más que cumplir una de las promesas más sencillas: quitar la tenencia, para lo cual solo se requiere, papel y tinta.

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