Padre de un joven baleado lo metió en el negocio de la droga

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BACALAR, MX.- Eliseo Hernández Quintana, narcomenudista conocido como “el hijo del quesero”, mismo que se encuentra al borde de la muerte por haber recibido un impacto de bala en la cabeza y sufrido diversas fracturas, entró al negocio ilícito inducido por su propio padre, Víctor Manuel Hernández López, y a su corta edad de 19 años quería ser jefe de la plaza en Bacalar.

Rastrean a sicarios

BACALAR, MX.- La Procuraduría General de Justicia del Estado aún no cuenta con pistas para ubicar al autor del fallido intento de ejecución de Eliseo Hernández Quintana, debido a que el agraviado está en estado de coma, al borde de la muerte, y sus familiares se rehúsan a aportar más datos.
Entrevistado sobre el tema, el director de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Angel Francisco Torres Fritz, dijo que este caso es complicado debido a que surgieron numerosas líneas de investigación y pocas de las personas relacionadas con la víctima han mostrado deseos de aportar datos.
Asimismo, dijo que las pistas que han recabado agentes judiciales, peritos y el agente ministerial de Bacalar no son suficientes como para destacar una de las líneas de investigación y ubicar a los responsables de este fallido intento de ejecución, cuya víctima se debate entre la vida y la muerte.
“Esta persona tenía los testículos reventados, heridas graves, huesos fracturados y el disparo en la cabeza, existen pocas posibilidades de que se trate de un robo o asalto, pero tampoco podemos señalarlo como un caso directamente relacionado con la venta de drogas porque aún no contamos con elementos suficientes”, agregó.
Torres Fritz aseguró que está revisando constantemente la evolución de la investigación de este sangriento caso y espera revelar mayores datos en el transcurso de las próximas horas, aunque solamente será revelada la información que no afecte el curso de las indagatorias.
Como se recordará, delincuentes atacaron a este individuo cuando estaba en su vivienda, ubicada en el cruzamiento de la avenida 3 y la calle 2, en la colonia Magisterial de Bacalar, debido a que se había cometido un robo con violencia.
Cuando policías municipales hallaron al agraviado, estaba tendido en medio de un charco de sangre, con la boca contra el piso, el brazo derecho fracturado, además de una notable inflamación testicular, marcas de torturas en las piernas y los glúteos, además de una lesión en la cabeza, la cual permitía la exposición de masa encefálica, por lo que fue trasladado de manera urgente al Hospital General de Chetumal.
Los rescatistas determinaron a simple vista que el muchacho fue atormentado durante varias horas, algunos golpes dejaron hematomas en los testículos que ya se habían coagulado, además de que tenía quemaduras de cigarros y otras marcas típicas de torturas.
Aunque no había conductores disponibles para la ambulancia del Centro de Salud de Bacalar, un policía municipal aceptó la responsabilidad de pilotearla a más de 140 kilómetros por hora, puesto que se temía que este sujeto falleciera antes de ser internado en la área de urgencias y que recibiera atenciones especializadas.
Familiares de este sujeto dijeron a los gendarmes que este caso en realidad no se trata de un robo, sino un asunto relacionado con el narcotráfico, debido a que Yumey Hernández, su hermano Eliseo y su padre Víctor Manuel se dedican a la venta de cocaína y marihuana, versión que ganó credibilidad cuando fueron halladas varias dosis de alcaloide envueltas en papel aluminio en el interior de la cartera del herido y en una taza. (Fuente: Diario de Quintana Roo)

Aunque ninguna autoridad ha informado de manera oficial lo que se encontró en el domicilio, extraoficialmente se supo que además de las dosis de droga, fueron hallados 200 cartuchos de calibre 9 milímetros.
El joven de 19 años de edad que se encuentra en coma, que fuera brutalmente torturado y le dieran un disparo de arma de fuego en la cabeza, en lo que apunta a un ajuste de cuentas de la delincuencia organizada, es hijo de Víctor Manuel Hernández López, quien se conoce desde hace muchos años se dedicaba a la venta de drogas en Bacalar; sin embargo, al ser encarcelado en más de una ocasión, su hijo se quedaba al frente del negocio.
De hecho, a partir del presente año, se empezó a escuchar más de estos narcomenudistas, que iban tomando fuerza en Bacalar, generando competencia con los “Toxes”, por lo que se pensaba que podría tratarse de un conflicto entre ambos grupos.
Sin embargo, por el grado de violencia y sadismo con el que fue tratado Eliseo Hernández, todo apunta un ajuste de cuentas, pero quienes llevaron a cabo las torturas, lesiones y el disparo, no parece que fuera una persona que radicara en Bacalar, sino alguien que llegó a realizar la ejecución.
Como se recordará, el muchacho fue encontrado en el piso en medio de un charco de sangre y estaba en posición boca abajo, presentando traumatismo craneoencefálico de tercer grado, graves lesiones en los testículos producto de golpes recibidos, fracturas en ambas piernas y fractura en el brazo derecho producto de un balazo.
De acuerdo a quienes lo conocieron, consideraron que podría tratarse de una deuda de dinero, pues acostumbraba a gastar mucho en diversos negocios, principalmente consumiendo bebidas alcohólicas. La segunda hipótesis es que no se alineó con algún grupo.
La gente de Bacalar señala que “el hijo del quesero” tenía armas y había tomado una actitud agresiva, como parte de sus deseos de grandeza en el narcomenudeo.
Aún no se sabe con certeza a qué grupo delictivo pertenecía, ni quiénes le distribuían las drogas, pero sus intenciones se vieron truncadas de tajo por un grupo que aún se desconoce, pero podría tratarse de “Zetas”, luego que se relacionara a la plaza de Bacalar con los “Pelones”.
De hecho, el tiro que recibió este joven en la cabeza, que entró por la parte posterior y salió por la frente, coincide con el tiro que recibió hace unas semanas otro joven que fue ejecutado en una brecha cerca del entronque Cafetal – Majahual.
También coincide que ambos recibieron el impacto de una bala calibre 9 milímetros.
De hecho, en el domicilio del “hijo del quesero” se encontraron 200 cartuchos de calibre 9 milímetros, por lo que de su propia arma podría ser con la cual le dispararon.
Se tiene conocimiento que apenas hace unos días, en estado de ebriedad, el “hijo del quesero” realizaba tiros al aire en su domicilio, lo que causaba alerta entre los vecinos, pero al llegar las corporaciones policiales, se escondían las personas.
De igual manera, se sabe que la madre y dos hermanas menores del narcomenudista que se debate entre la vida y la muerte, desde el pasado mes de diciembre viajaron al norte del país, presuntamente por estar en desacuerdo con que Víctor Manuel Hernández López, tras salir de la cárcel, volvió a realizar actividades de narcotráfico.
La madre y dos hermanas menores de edad, incluso se fueron de Bacalar antes de que fuera detenido de nuevo, en el mes de enero de este año, Víctor Manuel Hernández López, por posesión de mariguana.
Finalmente, es necesario mencionar que el domicilio donde se registró el intento de ejecución permanece acordonado, y se realizan rondines de patrullas y algunos vehículos al parecer de elementos judiciales. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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