Causa polémica supuesta próxima instalación en Chetumal de sucursal del ‘Casino Princess’ de Belice

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img_1385373250_4ecaa9f9b9f7fb2d9029CHETUMAL, MX.- El casino “Princess” instalado en la zona libre de Belice, pretende extender su negocio fraudulento a Chetumal, pues ha fijado como meta instalarse en el edificio de un céntrico hotel de la capital de Quintana Roo, supuestamente por algún permiso federal obtenido previamente.

Fuentes confiables revelaron que en dos meses pretende instalarse este casino en el centro de la ciudad, en sociedad con un empresario hotelero.

La búsqueda de acercar los casinos de Belice a sus principales jugadores, que son los habitantes de Chetumal, se debe a una estrategia para que los ludópatas no tengan que recorrer más de 14 kilómetros desde la ciudad a la frontera, y ante el surgimiento de una nueva casa de juego que actualmente opera en el Boulevard Bahía, con lo que los habitantes ya tienen dos centros de juego para acudir.

El edificio del hotel Arges, ubicado en la calle Lázaro Cárdenas entre las avenidas Héroes y Benito Juárez, estaría asociándose con los propietarios del casino “Princess” para que su amplio espacio de restaurante sea acondicionado para instalar las máquinas electrónicas, lo cual fue corroborado por mismos empresarios hoteleros de Chetumal.

De igual manera, otras fuentes confiables revelaron que aparentemente las ganancias del casino “Princess” se han reducido este año, lo que puede ser reflejo de un menor gasto realizado por los burócratas ante los despidos en los gobiernos municipal y estatal, así como las reducciones en los ingresos de los empleados de ambos órdenes de la administración pública.

Por ello, la necesidad de buscar acercarse a la sociedad chetumaleña para no perder a muchos de sus clientes frecuentes, así como captar un mayor número de jugadores, pues el área donde se pretende ubicar esta sucursal está en medio de una zona de bancos y hoteles.

Aparentemente para realizar este negocio se cuenta con un permiso federal, por lo que solo faltaría la aprobación de los permisos municipales para operar este nuevo casino para Chetumal.

Sin embargo, entrevistado sobre este tema, el presidente municipal, Eduardo Espinosa Abuxapqui, dijo que no existe hasta el momento una autorización para otro casino en la ciudad, y que no está de acuerdo con este tipo de negocios que promueven la ludopatía, cuando la realidad es que en la actualidad ninguna instancia está atacando este problema social.

Por consiguiente, será importante conocer qué sucederá con este proyecto del casino “Princess”, pues de manera informal había información sobre un posible acuerdo con el Ayuntamiento, el cual habría amarrado un cobro no oficial de 5 mil dólares mensuales.

Por otra parte, es necesario mencionar que los casinos provocan costos sociales importantes que las autoridades no están tomando en cuenta.

Diversos estudios señalan que los casinos provocan graves efectos negativos para la sociedad, como suicidios, perdedores tirándose de los techos de casinos, bancarrotas, desfalcos, asesinatos, robos, corrupción gubernamental y otros.

Además, las apuestas se vuelven “desenfrenadas”, sin contar que se incrementan los índices de fraude, robo, falsificación, prostitución y tráfico de drogas.

Asimismo, es necesario tomar en cuenta los costos económicos y sociales de la rehabilitación de jugadores patológicos y jugadores problema en casinos, han de sumarse a los de ausentismo laboral, endeudamiento, ansiedad, descuido de las obligaciones familiares y sociales, vagancia, derroche, malvivencia, prostitución, alcoholismo y drogadicción inducidos por el juego, así como el recrudecimiento de fenómenos como agiotismo y gangsterismo.

Y es que los casinos en diversos países funcionan como entidades concentradoras de ingreso, basan su negocio en la captación de ahorro en detrimento de la mayoría de la población.

Esta situación sucede en diversos países con todo y que estos centros de juegos son controlados por entidades gubernamentales, por lo que el hecho de que los casinos ubicados a un costado de la zona libre de Belice carezcan de regulación, no sólo provoca un fraude millonario, sino expone a la sociedad quintanarroense jugadora a los diversos costos sociales del negocio de los casinos, y más cuando ya pretenden establecerse en Chetumal.

Es necesario mencionar que el juego de “azar” en gran medida se aprovecha del ciudadano pobre, aunque la realidad es que las maquinas electrónicas están programadas para dejar a los jugadores sin un centavo.

Desde la perspectiva emocional, el juego de azar consiste en ganarle a las probabilidades, que se sabe están en su contra.

El proceso interno que ocurre en general a estas personas, es querer ganarle a la realidad, que en infinidad de casos resulta ser adversa y que por experiencia se sabe que se va a perder.
En general, no se puede ganar siempre y la realidad nos constata que en los casinos son muy pocas las personas que sí ganan, ya que el lugar en donde se juega al azar, la casa siempre gana.

A esto hay que agregar el evidente fraude a los jugadores que han caído en la ludopatía, por parte de los casinos “Las Vegas”, “Princess” y “Golden”, ubicados en la frontera con Belice, en donde las maquinas prácticamente nunca dan premios grandes, y solo entretienen a los jugadores con bonos y premios dispersos.

En Chetumal existen diversos casos donde familias han perdido su patrimonio, sus pertenencias, su trabajo, incluso el ingreso con el que se sostienen los gastos familiares, sin que las autoridades del sector salud tomen medidas al respecto.

Cabe mencionar que, pocos son los ludópatas que se atienden clínicamente en México, y es que no hay en la Secretaría de Salud ni en el Consejo Nacional de las Adicciones (Conadic) ni el sector privado, campañas para prevenir, frenar y erradicar la adicción al juego.

Y es que, al igual que el consumo de drogas, la ludopatía tiene cuatro señales que marcan en la persona la presencia del problema, primeramente, la negación de que está “enfermo”.

Asimismo, hay una pérdida del control al requerir de apuestas mayores o más frecuentes, la obsesión por los
siguientes juegos, hasta llegar a los actos ilegales, como el vender propiedades para conseguir dinero, así como pedir prestado e incluso robar, por lo que genera un serio problema matrimonial, familiar, y laboral.

Y es que, de todas las adicciones, la del juego es la que más se relaciona con las tendencias suicidas, según estimaciones de especialistas de la Asociación Americana de Psiquiatría, con sede en Estados Unidos. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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