Engáñame siempre | Por Rodrigo De la Serna

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Engáñame siempre | Por Rodrigo De la Serna

Acabaron de trabajar e hicieron lo acostumbrado: medio recoger sus cosas, intercambiar opiniones de la presentación, ir a por un trago quizá más que merecido ante el calor que mata. Pero querías salir del sitio no tanto porque no conocías a nadie sino porque afuera fumar es aún posible. Y allá vas.

Algo hay que increíblemente permanece entre ciudad, autos, multitudes y cemento: ceibas y otros palos hoy con alturas a veces superiores a los quince metros. ¿Es verdad que eso siempre te ha gustado: guardianes en pie y que de noche se visten con galas como solamente otorgan las sombras y la brisa caribe?

Sentado, te alegras de que nada suceda. Recuerdas lo que sí quieres que pase: el trabajo, lo del diario, nunca olvidar la presentación final de la hija en la escuela. Te libras de pasajes recientes que quieren carcomerte el alma al decir en voz de madrugada: ya veremos… Y te abrazan candentes la humedad y el bochorno.

Crees ir integrándote al humo que asciende esta noche: un mojado tobogán insinuante y magenta. Te recargas en el árbol y baja tu mirada a nivel piso. Entonces la ves justo bajo la ceiba de enfrente y lo primero en tu mente y oídos fue un aroma: almizcle de selva, el brillo extenso y negro de su cabellera.

Era ella, Carmelita X’Tabay tal como surge antes de que empieces a babear: de blanco blanquísimo vestidito que resalta lo tropical de su piel y rasgos jóvenes. Pero a ese resplandor único ahora se le veía un chipote incómodo, un relumbre de quirófano al comparar su aura con la hipnotizante pantallita entre sus manos.

Y si pensaste: ¿Por qué no cantará?, ella de seguro te oyó y en tus acalorados aires sonó tan nítido un éxito de Playa Limbo. Y al acordarte: ¿A qué hora va a mirarme?, ella alzó su aleph 5G y te tomó una foto, ¿o se hizo un selfie? Y cuando ponías tus ojos en el suelo no querías preguntarte: ¿Y se desnudará aún?

Ella entonces se apersonó cual debe y te respondió dándote una tarjeta: Nayeli. En letra más grande el nombre de cierto lugar donde los dioses se divierten como hombres solos –o viceversa. Y qué mundo es éste cuando ella, ¿tu X’Tabay?, al fin se mostró como es: un buen video que muestra sus poderes reloaded.

Playa Xamán Há
30 ag 2015

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