EL IMPERIO DE CARMEN BALCELLS, EN EL AIRE: A la muerte de la agente literaria de García Márquez y Vargas Llosa, sus competidores acechan su legado

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La muerte de Carmen Balcells ha dejado inconcluso uno de los capítulos más apasionantes de la historia de una de las agencias literarias más importantes del mundo. Una empresa venida a menos en las últimas dos décadas por su catálogo estancado, pero cuya facturación se sustenta gracias a tres grandes autores: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa e Isabel Allende. Con la repentina muerte de la «Mamá Grande» de la literatura en lengua castellana, el futuro de las obras de Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Donoso Cortés, Cabrera Infante, Julio Cortázar, Miguel Delibes o Camilo José Cela es incierto.

Cumplidos los 70 años, Balcells se planteó retirarse y traspasar su imperio literario cuando su único hijo, Lluís Miquel Palomares, se negó a continuar con su legado. La mejor opción que se planteó era fusionar su casa con la de su más legendario contrincante, Andrew Wylie, «El Chacal». El resultado sería una macroagencia llamada Balcells & Wylie. El anuncio de esta unión se dio a conocer en mayo de 2014, pero lo cierto es que nunca llegó a concretarse la operación y el pasado mes de febrero las negociaciones se paralizaron.

La estrategia de Wylie

«Nos hemos seguido y admirado mutuamente durante años», decía un escueto comunicado que anunciaba la firma del acuerdo de intenciones con el que supuestamente iban a proceder a la creación de esa «súperagencia literaria». El primer encuentro entre estos dos agentes fue en los 90 en la Feria de Fráncfort. Por aquel entonces, el catálogo de autores en lengua castellana de Wylie era escaso y decidió abrir una oficina en Madrid para empezar a crecer en España. Una vez instalado contactó con las viudas de Cabrera Infante o Bolaño, invadiendo así la lista de autores más destacados de Balcells. Una estrategia por parte del Chacal que recuerda a la que enemistó a la gran mecenas del arte y literatura de los años 20 en París, Gertrude Stein, con la editora estadounidense Sylvia Beach. Stein nunca le perdonó a la propietaria de la librería Shakespeare and Company que decidiera publicar la obra «Ulises» de James Joyce. La que luego ha resultado ser la mejor novela en lengua inglesa del siglo XX no le gustó a Stein y decidió no apadrinarla. Por eso la mecenas nunca le perdonó a Joyce que olvidase su criterio y recurriese a Beach, ni a Beach que la publicase.

Las fobias, desamores y enemistades son comunes en todos los ámbitos de la literatura, muchas grandes obras hablan de ello. Quizás por eso, Balcells vio en Wylie la mejor opción para dar salida a su legado. Sin embargo, las negociaciones se fueron complicando al no llegar a un acuerdo. Su temible enemigo consideraba que el catálogo de la agencia catalana estaba anticuado y no valía lo que le pedían por ella. Además, al no incorporar grandes autores durante los últimos tiempos, las obras que tenía habían perdido tirón en el mundo digital. Por otro lado, Wylie no pensaba que fuera importante mantener la oficina que Balcells tenía en Barcelona, pues ya eran suficientes las de Londres y Nueva York. Todo esto forzó el «no acuerdo» y Balcells solicitó los servicios de la empresa de gestión de patrimonios Atlas Capital. Justo cuando la empresa ya había encontrado un comprador, Balcells moría inesperadamente, dejando en el aire una operación que solo faltaba que ella rubricase.

Ahora su hijo debe completar la operación. Aunque son muchos los datos que se han publicado, solo habría dos vertientes posibles para solucionar el futuro del legado de Balcells. La primera apunta a que El Chacal, desde su nueva oficina en Madrid, empiece a absorber los autores de Balcells para seguir aglutinando literatos españoles, ya que con Bolaño ha tenido gran éxito en Inglaterra. Sin embargo, la opción que suena con más fuerza es que Ricardo Cavallero, el ex consejero delegado del antiguo Random House Mondadori en España, sea propietario de la agencia Balcells. Él conoce a los autores de Balcells, fue editor de García Márquez y es un entendido del panorama literario español y latinoamericano.

Ahora solo habrá que esperar a que el hijo de Balcells tome una decisión sobre el futuro del negocio que levantó su madre. Tanto la agencia como su legado, objetos personales que, según la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, asciende hasta 2,2 millones de euros. (Fuente: ABC)

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