HORA 14 | De vacaciones entre reos evadidos y otras cosas | Por Mauricio Conde Olivares

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“Algo huele mal en Dinamarca”. La frase apareció en Hamlet, el drama trágico escrito por el célebre dramaturgo inglés William Shakespeare en 1601 y en México la usamos para advertir cualquier problema vinculado con la corrupción. La reflexión viene al caso porque en Quintana Roo algo huele muy mal, pues en Cancún se escapan diez reos de alta peligrosidad; ejecutan al Director de Gobernación del gobierno del estado y renuncia la directora de la Policía Turística, pero la versión oficial es que no pasa nada.

Por eso, en la presente administración pública se tienen dos muertos vivientes, verdaderos zombies que despachan uno desde la nueva Fiscalía General del Estado a cargo de Carlos Arturo Alvarez Escalera y otro deambula como Secretario estatal de Seguridad Pública, Juan Pedro Mercader Rodríguez, quien por cierto adelanto que no renunciaría al cargo, por lo que permanecerá al frente de la corporación hasta el último minuto del próximo 25 de septiembre.

Isaías Capeline, director de Gobernación de Borge, ejecutado.
Isaías Capeline, director de Gobernación de Borge, ejecutado.
En estas mismas líneas le he comentado amable lector las recientes balaceras en plena zona hotelera de Cancún, las ejecuciones a la luz del día como parte de ajustes de cuentas entre narcodistribudores; los zafarranchos, un día si y otro no, en el interior de la Cárcel de este destino turístico y el caso es que la descomposición del tejido social sigue rampante, en medio de una industria turística al alza en todos sus rubros e indicadores económicos.

Esa es la paradoja que pareciera ha inmovilizado a las autoridades constitucionalmente obligadas a velar por el Estado de Derecho y por la seguridad de los ciudadanos, pues nadie quiere matar a la “gallina de los huevos de oro” que es Cancún, aunque a la ciudad misma la han estado asfixiando las mismas autoridades ante la poca inversión en el crecimiento de la infraestructura urbana; en la creación de oportunidades para las nuevas generaciones, en la generación un entorno social desprovisto del actual temor a las policías y a los importadores de justicia.

Resulta patético que los responsables de la seguridad pública den una conferencia de prensa sobre el resultado de la necropsias a Isaías Capeline y su escolta, cuando otro reo de la Cárcel de Cancún, Tito González Ramos, se daba a la fuga desde el Hospital General en donde era atendido luego de un traslado con custodios.

Pareciera una burla pero no, es el resultado de años de abandono en materia de capacitación a las fuerzas policiales, pero también para los custodios en los penales del estado, así como por la sobrepoblación de los mismos centros penitenciarios y a los penosos pero no ilegales “autogobiernos” de los reos de esos centros penitenciarios, pues así lo permite la legislación local.

Por eso a nadie extrañan las continuas amenazas de amotinamiento por parte de los reos, pero lo que si llamó la atención fue la protesta de los custodios, en el sentido de que de un momento a otro iniciarán un paro de labores, principalmente motivados por las aprehensiones de sus compañeros ante las recientes fugas del penal.

A los custodios no les pareció suficiente la suspensión del director de la Cárcel de Cancún, Joel Flores Cardoso, para ellos este sujeto debe pasar a formar parte de la población carcelaria acusado de extorsión y abuso de autoridad.

Por lo pronto, la policía estatal lleva varios días acampando en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Cancún, por la salida carretera a Mérida, donde testigos aseguran haber visto a los reos fugados integrantes de la banda de los “Sureños”.

También corrió el rumor de que estos evadidos ya fueron “ajusticiados” por lo que de un momento a otro encontrarán sus restos mortales entre la selva que rodea a este destino turístico, aquí la buena noticia es que reaprehendieron a dos cuando intentaban ingresar a la ciudad de Mérida, Yucatán, pues allá sin funcionan los operativos policiacos de vigilancia.

Para colmo, persiste el paro policiaco en el vecino municipio de Tulum, donde las arcas públicas están vacías.
Así, están las cosas en Cancún y la Riviera Maya en este comienzo de las vacaciones de verano, donde podemos decir, sin lugar a dudas, que “Algo huele mal en Dinamarca” porque el tufo en Quintana Roo es ya insoportable a menos de 60 días de la transición en el gobierno estatal; pero esto será motivo de posterior análisis en otra entrega de HORA 14.

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