OPINIÓN | Cumplir o no cumplir, ese era el dilema. ¿Y ahora cómo le hago?, se preguntan | Por Rafael Briceño

0
22

Lo que importaba era cumplir a como diera lugar con entregar el reporte de lo que se ha hecho en este primer año de gestión al Congreso del estado y cumplir con “informar de todo lo que se ha logrado pero también lo que no se ha podido cumplir” desde que el pasado 25 de septiembre de 2016 tomaron posesión del gobierno de Quintana Roo.

Nadie le puede discutir al gobernador Carlos Joaquín González que eso buscaba y eso hizo. No importan los comentarios diversos, las críticas generadas a través de las redes sociales al contenido de su discurso leído en el centro de Convenciones, ni a las críticas o alabanzas generadas en torno a las intervenciones de los diputados pertenecientes a las diferentes fracciones de la Décimo Quinta Legislatura.

Nada de eso importa. Sólo importaba el cumplir a como diera lugar. Y eso queda demostrado con la desorganización que prevaleció desde el momento en que las diferentes secretarías de estado comenzaron a recabar la información que debería contener dicho documento final y se cuestionaban “¿y qué vamos a informar?, ¿cómo lo vamos a informar?”

Los diferentes capítulos tuvieron que ser reestructurados para quitarles todo lo referente a las quejas iniciales de cómo recibieron la administración estatal y de que no habían podido hacer nada porque nada les dejaron.

Las observaciones de quienes tuvieron la obligación de revisar el texto del reporte eran en el sentido de que ya no estaban en campaña y que la gente ya no creía en las acusaciones y señalamientos en contra de quienes se habían ido. Tenían que plasmar que habían logrado avanzar con “mas oportunidades para todos” sobre todo porque se trataba del primer año de gobierno.

Pero además, la preocupación del querer solo cumplir con lo establecido en la ley también quedó de manifiesto en la desorganización que prevaleció en el evento realizado en el centro de convenciones de  Chetumal, la separación de clases -los pocos habitantes de colonias y comunidades rurales que pudieron tener acceso reunidos en lo que a final de cuentas se convirtió en un “horno” debido al intenso calor y quienes tuvieron oportunidad de disfrutar de salones VIP al interior del inmueble en tanto iniciaba el acto oficial-, la dificultad que se tuvo que franquear para acceder a la avenida Ignacio Comonfort entre Avenida Universidad y Boulevard Bahia y llegar hasta el centro de Convenciones de Chetumal.

La preocupación del querer sólo cumplir bajo un mal entendido esquema de austeridad quedó demostrado con el arreglo interior del recinto oficial en el Centro de Convenciones. Austeridad no quiere decir mal gusto. Pero aquí lograron con creces conjuntar la falta de imaginación con los gastos excesivos.

Palabras más, palabras menos, al gusto del cliente, al gusto de invitados especiales -panistas y perredistas que sustituyeron a los otrora privilegiados priistas y verde ecologistas de antaño cuando el gobierno lo ostentaba el PRI-.

Pero sin embargo, si la preocupación era solo cumplir con entregar el informe salga como salga, ahora la preocupación es determinar si escucha o no a las quejas que los diputados hicieron en contra de los integrantes de su gabinete. Le preocupaba resistir los embates de compromisos no cumplidos en este primer año. La preocupación ahora es determinar si cumple con los señalamientos políticos de efectuar cambios entre sus colaboradores o simplemente efectuará algunos enroques.

La comunicación gerencial no ha dado los resultados esperados y ahora si deberán mostrar verdadera preocupación.

Comentarios en Facebook