Ejecuta Nebraska a un preso con inyección letal; fue sentenciado en 1979 y deseaba morir

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NEBRASKA, EU.- El estado de Nebraska ejecutó este martes a Carey Dean Moore, un preso condenado a muerte por asesinar a dos taxistas en un intervalo de cinco días en verano de 1979 para robarles la recaudación, publicó El Mundo.

La de Moore fue la primera ejecución en Nebraska en casi 21 años, desde el 2 de diciembre de 1997. A Moore, blanco de 60 años, lo declararon muerto a las 10:47 hora local, tras recibir una inyección letal en la Penitenciaría Estatal de Nebraska, en el municipio de Lincoln, según notificó el Departamento Correccional del estado

Tras casi 40 años en el corredor de la muerte, Moore había manifestado su deseo de ser ejecutado.

La farmacéutica alemana Fresenius Kabi, fabricante de al menos uno de los cuatro fármacos (el cloruro de potasio) que Nebraska utilizó hoy en la inyección, pidió la semana pasada a la Justicia de Estados Unidos que bloquease el uso de su producto. Fresenius Kabi alegó, sin éxito, que el estado de Nebraska obtuvo la sustancia sin su consentimiento y después se negó a devolverlo.

Esta es la decimosexta ejecución del año en EEUU y la número mil 481 desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte en 1976; Nebraska ha ejecutado a cuatro de ellos.

En 2015, la pena de muerte en EEUU corría sus peores horas: ejecuciones defectuosas, escasez de inyecciones letales, numerosos litigios y un apoyo bajo mínimos, aunque aún mayoritario.

Cuatro décadas después de su restitución en 1976, el debate sobre la constitucionalidad de la pena capital estaba servido, y un horizonte —que la victoria de Donald Trump truncó en 2016— con una mayoría progresista en el Tribunal Supremo anticipaba su final.

Demócratas opuestos a la pena de muerte por convicción tejieron una alianza con republicanos, que por un lado alegaron motivos religiosos y por el otro justificaron su voto con el elevado coste de mantener un sistema que apenas se usaba.

Lo cierto es que desde 1976 hasta el día de hoy, Nebraska tan solo era responsable de tres de las ejecuciones en Estados Unidos, en una clasificación que Texas lidera con 553 y cuyo podio completan Virginia (113) y Oklahoma (112).

Además, Nebraska tan solo tenía una docena de presos con condenas capitales de los cerca de 3 mil que pueblan el corredor de la muerte en todo el país.

En ese contexto, el estado de Nebraska, bastión conservador de las Grandes Llanuras de EEUU, abolió por sorpresa en 2015 la pena de muerte, convirtiéndose en el estado número 19 —de los 50— en hacerlo. El Gobernador de Nebraska, sin embargo, utilizó su derecho de veto para anular la decisión del Legislativo. Presentó más de cien mil firmas (sólo necesitaba 50 mil) para someter la abolición a referéndum.

En noviembre de 2016, el día que Donald Trump venció a Hillary Clinton y alcanzó la presidencia de Estados Unidos, Nebraska votaba, además de nuevo presidente, la restitución de la pena de muerte. Trump obtuvo el 58.7% de los votos y el 60.64% de los habitantes de Nebraska que acudieron a votar lo hicieron a favor de la pena de muerte. (Fuente: El Mundo)

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