TULUM, MX.- Más allá de los intereses políticos y empresariales que se han expresado respecto del área del Parque Nacional Tulum, existe una razón que hace imprescindible la conservación de la zona, se trata de los vestigios y conjuntos arqueológicos que actualmente están siendo mapeados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Oculto en la selva, este sitio se ubica a aproximadamente cuatro kilómetros al norte de la muy conocida zona arqueológica de Tulum. Allí, en medio de centenares de mosquitos el equipo de Martínez Muriel ha ido rescatando los edificios mayas de las manos de la abundante vegetación.
Para acercarse a las antiguas construcciones es necesario transitar por el camino que el propio arqueólogo y su grupo de trabajo ha abierto; pequeños senderos repletos de vegetación baja llevan a los monumentos, recuperados y reconstruidos aún a medias. Algunos de los edificios exhiben pinturas murales que han resistido el paso del tiempo, protegidos en parte por las propias plantas que los abrazaron durante años antes de ser tocados por los arqueólogos.
De entre el conjunto de estructuras, destaca una pirámide (Estructura 1) de aproximadamente 4 metros de altura, desde cuya cúspide se alcanza a ver el mar Caribe.
Tankah fue explorado inicialmente por los arqueólogos norteamericanos William Sanders y Arthur Miller en los años cincuenta y setenta, respectivamente. En ese período se hicieron los trabajos de consolidación de un edificio que se encuentra casi al pie de la carretera y el cual se ha convertido en un atractivo para los viajeros que se dirigen de Tulum hacia Playa del Carmen. Desde la carretera, la estructura es apenas un indicio de la riqueza arqueológica que aloja la zona.
En esa época también se exploraron los edificios 44 y 12 que contienen restos de pintura mural y se identificaron los restos de una pequeña capilla española, una de las primeras construcciones hechas por los conquistadores en el territorio nacional.
En los últimos cinco meses del 2007 se trabajó en la limpieza y consolidación de Tankah, se avanzó en el trabajo topográfico y en el registro de monumentos en 100 hectáreas, dio a conocer Alejandro Martínez Muriel.
En esta primera temporada de campo, que finalizó en diciembre pasado, también se le dio mantenimiento a los edificios 44 y 12, y la pintura mural fue limpiada y consolidada por la restauradora Mónica López Portillo.
Asimismo, se le dieron los “primeros auxilios” a otros monumentos que se encontraban en muy mal estado, mientras que el trabajo de consolidación se enfocó principalmente a la Estructura 1.
Dentro de la superficie de la poligonal se concluyó con la exploración de 100 hectáreas, la información obtenida, ahora será analizada para determinar con exactitud cuántos monumentos hay y de qué tipo son. En el área, además de los sitios arqueológicos de Tulum y Tankah, existen una serie de edificios, albarradas, restos de casas y pequeños templos, andadores y caminos mayas.
El trabajo de exploración incluyó una superficie integrada por manglares, en los cuales se hizo el levantamiento topográfico, y en algunos sitios fue necesario hacer pequeñas excavaciones (calas) para descartar o confirmar la presencia de vestigios.
En la Estructura 1 se trabajó la fachada y el templo superior. Para consolidarla, fue necesario explorar parte del Edificio 3, porque son colindantes, liberándose los muros oriente y parte del sur. Como se aprecia en las fotografías, ambas construcciones se encuentran en muy buen estado de conservación.
La exploración y el estudio de la zona permitirá realizar un nuevo mapa del sitio, pues el que se tiene actualmente ofrece un panorama parcial del área, ya que fue elaborado en 1922, y, posteriormente, ampliado por William Sanders en los años cincuenta.
Tankah representa también, dijo el arqueólogo Martínez Muriel, una oportunidad para conocer la cultura de la Costa Oriental antes del periodo Posclásico tardío, ya que se sabe mucho de esta última época, pero muy poco de lo que se desarrolló antes.
Según los reportes de Sanders y Miller, Tankah es anterior a Tulum, con ocupaciones desde el Preclásico; aunque hay un par de edificios con características del Clásico, y también hay indicios de ocupación del Posclásico tardío, contemporáneo con Tulum.
Apertura de la zona depende de la resolución del conflicto legal
Adriana Velázquez Morlet, delegada del INAH en Quintana Roo comentó que la poligonal de Monumentos Arqueológicos Tulum-Tankah, cuya superficie abarca 691 hectáreas es una zona rica en estructuras, y aunque, durante estos trabajos, se avanzó considerablemente en el mapeo del área (100 hectáreas), aún queda un vasto territorio por documentar, de allí la importancia de mantener la zona, que actualmente se encuentra en medio de la polémica entre empresarios y autoridades ambientales por el Parque Nacional Tulum.
Velázquez Morlet detalló que durante 2008 se efectuó una temporada breve de trabajo, la cual continuará de manera más intensa el próximo año, toda vez que se cuenta con un fondo de 6 millones de pesos, que permitirá avanzar en la investigación.
La arqueóloga comentó que a pesar de que el área que está siendo estudiada es importante en tamaño, no es la más grande en cuanto a los conjuntos existentes allí, pues se tiene detectada una zona mayor al noroeste, cercana a la costa.
La zona explorada se ubica en un predio particular, por lo que la apertura de ésta dependerá de la resolución del conflicto sobre el Parque Nacional Tulum, que de darse en un mediano tiempo, a favor de la federación, permitiría abrirla al público en un par de años.
Un intento fallido por ‘detonar’ la zona
En febrero pasado, el propietario del predio, Manuel Calcaneo Castillo, presentó ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) un “Plan Maestro del Desarrollo Turístico Residencial Tankah” para la “creación de un fraccionamiento suburbano con una política de protección y conservación, donde se pretende construir un conjunto residencial de lujo, que brinde una vivienda rodeada de selva frente al mar Caribe”.
El proyecto contemplaba la construcción de un hotel boutique de 40 habitaciones como máximo, así como 60 viviendas tipo residencial divididas en cuatro conjuntos habitacionales, uno en medio de la selva que constaría de 18 lotes duplex, es decir, donde se podrán construir 36 villas, y los tres restantes ubicados a lo largo de la zona costera que sumarían un total de 30 villas, además de un club de playa y otros servicios. La totalidad del proyecto equivaldría a 205 cuartos de hotel.
Se invertirían 80 millones de pesos sólo en la etapa de urbanización y comercialización, en tanto que la construcción del hotel y las 60 villas representaría una inversión adicional de alrededor de 250 millones de pesos, teniendo en cuenta que el hotel boutique requiere una inversión de 70 millones de pesos y cada villa tendría un costo promedio de tres millones de pesos. Una vez terminado el proyecto, la inversión total ascendería a cerca de 330 millones de pesos.
Sin embargo, en agosto pasado, luego del estudio de la MIA presentada, la Semarnat decidió no otorgar los permisos para la realización del proyecto inmobiliario. (Noticaribe)