PLAYA DEL CARMEN, MX.- Sin mediar la ingesta de bebidas embriagantes, pero al parecer problemas económicos fueron los que orillaron al poblano Alberto Escobar Mauricio, de 38 años de edad, a privarse de la vida colgándose de una soga de nylon que ató a una de las vigas del cuarto que alquilaba en la populosa colonia “Luis Donaldo Colosio Murrieta”.
Rosaura Cahuich, quien le rentaba un cuarto de madera con techo de láminas de cartón desde hace dos años al suicida, reportó los hechos al número de emergencias de Seguridad Pública.
A la cuartería ubicada en la manzana 11, lote 10 entre 15 y 30 de la “Luis Donaldo Colosio Murrieta”, llegaron los elementos de las patrullas con número económico 8280 y 8289, quienes de inmediato procedieron a las primeras investigaciones, además de constatar que Alberto Escobar Mauricio estaba colgado de una cuerda de nylon, atada a una viga del techo de láminas de cartón, la cual amarró a su cuello para dejarse caer.
Según la dueña de la cuartería, el ahora occiso “acababa de comer, como a la una de la tarde después del “cabo” de año de mi esposo le di de comer, luego, un amigo de él (de Escobar Mauricio) vino a verlo y fue quien descubrió el cuerpo colgado, sería como las 02:15 de la tarde”, referiría la asustada casera.
Comentó que el suicida poblano “me rentaba (ocupaba) el cuarto desde hace más de dos años, no sé cuál fue el motivo que lo orilló a quitarse la vida, pero desde hace un mes estaba sin trabajo, era albañil”, diría Rosaura Cahuich, tanto a los reporteros como a los uniformados.
Por más que buscaron entre papales y cartera del suicida no localizaron papales oficiales de éste, empero, dado el tiempo que había habitado el cuarto, se estableció su nombre y apellidos, además de qué Estado de la República era oriundo.
Ante la situación prevaleciente, los elementos de Seguridad Pública esperaron la llegada del Ministerio Público del Fuero Común para que diera fe de los hechos y realizaran el levantamiento del cuerpo, sin embargo, antes, paramédicos de la clínica Sacbé llegaron en la ambulancia con placas de circulación SZ-80-784, quienes comentaron que “(Alberto Escobar Mauricio) no tiene mucho tiempo de muerto (eran las 14:45 horas), no presenta aún rigidez (cadavérica)”.
A pregunta expresa, negó el paramédico de la Sacbé que hubiera ingerido bebidas embriagantes el ahora occiso, “fueron otros los factores que influyeron en la decisión tomada por el muertito”, concluyó.
El suicida poblano, quien sostenía relaciones con la hija de su “casera”, dejó una carta póstuma en la que pedía disculpas por su actuar.
Así, en tanto colocaba la cuerda en la que se ahorcó, casi enfrente de su última morada se realizaban unos eventos del denominado Club de Laicos “Maranatha” del Caribe”, escuchándose en la calle algunos versículos de la Biblia. (Fuente: Diario de Quintana Roo)