CHETUMAL, MX.- Debajo de la capital del estado se encuentran vestigios de una antigua ciudad maya y, aunque las autoridades lo saben, la mancha urbana continúa su desarrollo en esa zona, afirmó el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Fernando Cortés de Brasdefer.
El investigador añadió que esto demuestra que “a nadie le importa preservar la cultura”.
Cortés de Brasdefer afirmó que con la creación de la ciudad de Chetumal inició la destrucción de las zonas arqueológicas, “con decirles que Chetumal está construida conforme a estos vestigios, es decir, bajo esta ciudad se encuentra un antiguo asentamiento costero maya de los años 250 después de Cristo”, aseguró.
Abundó que hasta el momento las investigaciones revelan la existencia de al menos 30 estructuras mayas, además de otros vestigios como vasijas con incrustaciones de piedras volcánica, lo que significa que los mayas practicaban el comercio con civilizaciones de otras regiones, pues en esta zona no había volcanes. Hasta el momento no existen más datos sobre este hallazgo.
El arqueólogo precisó que el descubrimiento más importante se ubica a la altura del kilómetro 3.9 de la ciudad, donde se inició la edificación de un complejo residencial exclusivo denominado “Andara”, en la carretera a la población de Calderitas.
Pero no se han efectuado excavaciones, sino sólo sondeos de reconocimiento en un perímetro de 26 hectáreas.
En la zona se ubican predios de particulares y del gobierno municipal, y “el asentamiento se encuentra debajo de viviendas frente al rancho El Mostrenco, en unos terrenos de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), en Andara, y debajo del edificio de la Policía Municipal, que se construó sin autorización del INAH”.
Cortés de Brasdefer destacó que en la superficie sobre la cual se efectúan las investigaciones figuran varios propietarios con quienes se han entablado relación para conocer la disposición de colaborar con las excavaciones.
“La gente está dispuesta a participar, creo que les importa más a ellos que a las autoridades y que a los propios arqueólogos”, expresó.
Explicó que la investigación se desarrolla desde la década de los años 90, en un área que abarca desde la zona arqueológica de Oxtankah hasta el inicio de la ciudad de Chetumal. Sin embargo, los sondeos de reconocimiento comenzaron el año pasado.
“Hace muchos años inició la investigación, y justamente donde empieza la ciudad se interrumpen los edificios porque se fundó la capital”, señaló.
El investigador del INAH afirmó que en otros puntos de la ciudad existen monumentos mayas, como en el parque de “Los Caimanes”, en pleno corazón de Chetumal.
“Tengo muy agria experiencia con los presidentes municipales, no entienden; definitivamente la cultura y la política no se llevan”.
Por último manifestó que el INAH sería la instancia que ejecute el proyecto de excavaciones en coordinación con los propietarios de los terrenos de la zona.
Desconocen hallazgo
Aunque aseguró que la relación entre el INAH y los arqueólogos investigadores de esa dependencia es muy cercana y de estrecha colaboración, la delegada en Quintana Roo, Adriana Velásquez Morlet, negó tener información detallada sobre el hallazgo arqueológico revelado por Fernando Cortés de Brasdefer.
Ante las revelaciones del arqueólogo sobre el hallazgo de un asentamiento maya en predios de la carretera a Calderitas, Velásquez Morlet dijo que no tenía conocimiento alguno de que Cortés de Brasdefer haría públicos los resultados de la investigación.
Comentó que revelar el hallazgo “fue una decisión del arqueólogo y somos muy respetuosos en ese sentido, lo apoyamos en todo lo que haga, tenemos una relación muy cercana y muy estrecha con los investigadores”, señaló.
Sin embargo, la funcionaria no fue informada de las revelaciones del investigador del Centro INAH, pues ningún representante de esta institución fue convocado para respaldar las declaraciones de Cortés de Brasdefer.
Velásquez Morlet indicó que en estos casos el INAH debe efectuar una investigación para conocer la verdadera importancia del hallazgo, proceso que aún no se lleva a cabo.
“Se hacen recorridos de inspección; de ser necesario se hacen las excavaciones para determinar qué tan relevante es el descubrimiento”, detalló.
En torno a posibles intereses económicos y políticos que pudieran entorpecer las investigaciones arqueológicas, ya que se presume que varios terenos pertenecen a personajes políticos del estado, la representante del INAH en Quintana Roo, dijo que esto es irrelevante.
“No importa de quién sean. Es una investigación y, de comprobarse la existencia de un asentamiento, habrá un salvamento de los vestigios, y se realizarán las exploraciones necesarias”, enfatizó.
Mencionó que los terrenos no necesariamente tienen que expropiarse, pues luego de realizar las investigaciones “lo que haya que rescatar se rescatará, y del resto se integrará la información suficiente”.
Protección de vestigios
La funcionaria señaló que sin conocer la existencia de vestigios arqueológicos en la ciudad, el Centro INAH Quintana Roo trabaja en coordinación con los gobiernos municipales para que las nuevas construcciones se efectúen bajo autorización de esta institución.
Mencionó que sólo en Solidaridad, Cozumel y Benito Juárez se han firmado convenios para difundir entre constructoras y dependencias de gobierno, el reglamento o proceso para nuevas edificaciones para proteger el patrimonio arqueológico del estado.
Velásquez Morlet dijo que mediante este convenio, en las zonas donde se desarrollan los proyectos el INAH efectúa un recorrido de reconocimiento y emite un dictamen a favor de la empresa o dependencia para dar “visto bueno” o expresar algunas observaciones, de detectarse algún vestigio.
Precisó que en Othón P. Blanco “no tenemos un convenio firmado con el municipio, pero aun así muchos desarrolladores nos presentan sus proyectos, como fue el caso de Andara”.
Dijo que el propietario de este predio, Jorge Zapata, “solicitó autorización al INAH para iniciar su proyecto de vivienda en esta zona de la ciudad”. (SIPSE/Novedades de Quintana Roo)