MÉXICO.- El investigador Jorge Franco Cáceres afirmó que los permisos que otorgan las autoridades federales para la construcción del complejo residencial Maya Zamá, en el municipio de Tulum, se basan en información falsa, y viola los criterios ecológicos que protegen la zona.
El presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, en la pasada legislatura, José Alfonso Suárez del Real, enfatizó que “la cultura da contenido al turismo; no se vale que se pretenda modificar tanto el perimetral de protección del parque nacional y zona arqueológica de Tulum por un desarrollo urbano que tiende a afectar los vestigios prehispánicos”.
Explicó que “los turistas van a admirar la riqueza cultural de Tulum y no a hospedarse en una zona ultramoderna como Las Vegas. El turismo quiere conocer cómo los antiguos pobladores veían los amaneceres desde el castillo, sin necesidad de que en su horizonte existan construcciones raras que inhiben el paisaje.”
El ex legislador perredista se refirió a la controversia constitucional por el programa Director de Desarrollo Urbano de Tulum, interpuesto por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Humanos contra el ayuntamiento de Solidaridad, que también perjudica al municipio de Tulum, el cual sigue su proceso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Tuvimos una entrevista con varios de los ministros, en la cual expresamos la situación de la preservación del patrimonio cultural”.
Asimismo, comentó: “el cabildo del municipio de Solidaridad aprobó el programa; creían que con esa triquiñuela Tulum se iba a salvar, no ha sido así y también forma parte de la controversia”.
Ante esta situación, Suárez del Real destacó la importancia de la Ley General de Asentamientos Humanos que vincula el tema de la protección de patrimonio cultural y marca pautas de certidumbre jurídica para los tres órdenes de gobierno y la sociedad. (Fuente: La Jornada)
El Instituto Nacional de Antropología (INAH) aseguró que las 78 hectáreas en las que se construirá el complejo residencial Maya Zamá-Tulum están a seis kilómetros de distancia de la poligonal de protección de resguardo denominada C.
El desarrollo turístico que incluirá zonas residenciales, multifamiliares, centros comerciales, hoteles, canales navegables y un campo de golf, “está normal y fuera de la poligonal de protección de resguardo C”, según el reporte del Centro INAH-Quintana Roo, confirmó a La Jornada Julio Castrejón, director de medios del INAH.
Detalló que todas las zonas arqueológicas se dividen en tres polígonos de amortiguamiento: “el A, donde se encuentran vestigios; la B es una extensión de tierra donde también hay algunos vestigios, pero de las personas que no eran nobles o de alguna clase política, ni de la clase sacerdotal, sino de gente del pueblo, y el C, el tercer polígono”, en el cual, según Castrejón, no existen piezas arqueológicas, pero se protege para impedir que llegue gente a invadir la zona arqueológica.
El director de medios del INAH aseguró que se realizaron “todos los dictámenes técnicos y arqueológicos al respecto. Podemos decir con absoluta certeza que (el desarrollo inmobiliario) está fuera del amortiguamiento C”.
Señaló que el INAH ha trabajado con los empresarios desde el principio del proyecto Maya Zamá, y negó que se pretenda modificar la perimetral del Parque Nacional de Tulum ni de la zona arqueológica.
“Los dictámenes establecen que no hay tal modificación, ni siquiera se ha solicitado como tal, y el INAH no lo permitiría, por eso se delimita en zonas de amortiguamiento.” (Fuente: La Jornada)
El ingeniero civil y antropólogo encabeza un grupo de investigadores que analiza la apropiación territorial y la expropiación patrimonial del desarrollo inmobiliario, el cual forma parte del proyecto Downtown Tulum.
Según el experto, trabajos realizados en las comunidades mayas “indican que las delegaciones de dependencias federales autorizan la construcción del complejo residencial apoyándose en información falsa, de contratistas privados o extranjeros, que viola los criterios ecológicos del corredor Cancún/Tulum”.
En entrevista con La Jornada, explicó que el proyecto de desarrollo inmobiliario Maya Zamá -que incluirá zonas residenciales, multifamiliares, centros comerciales, hoteles, canales navegables y un campo de golf- afecta el patrimonio arqueológico y natural de la zona.
“Los mismos intereses mercantiles que operan en el Caribe mexicano dirigen ahora sus afanes empresariales de ganancias millonarias hacia Tulum. Poco importan los patrimonios natural y cultural al proyecto Maya Zamá; se atropella el hábitat ancestral de los mayas, para lo cual se expropian los sitios más atractivos de la selva tropical y de la civilización maya de este municipio.
“Nuevamente se favorecen los intereses de los yucatecos, como Díaz Castellanos, y de sus socios extranjeros, quienes han contado con el gobierno de Félix González Canto, quien les entregó los terrenos que pertenecían a la Universidad de Quintana Roo a un precio de regalo.”
De acuerdo con el antropólogo social, “se ha recurrido a novedosas estrategias publicitarias para encubrir las intenciones políticas del proyecto: manejan la expropiación del patrimonio natural y cultural de las comunidades mayas de Tulum a partir de conceptos de ampliación urbana, cuando en realidad están imponiendo cambios de uso de suelo inadmisibles para las leyes y las instituciones federales”.
Franco Cáceres también deploró que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no haya realizado un trabajo de reconocimiento de sitio antes de decidir cómo usar ese suelo para la construcción de canales.
“El rechazo social al desarrollo turístico Maya Zamá en Tulum, debido al alto impacto que tendrá en el patrimonio, revelan que los empresarios no desistirán, aunque requieren de estudios estratégicos de reconocimiento de sus arbitrariedades de planificación urbana y sus omisiones de gestión comunitaria y comunicación social.
“Falta mucho trabajo profesional con las comunidades afectadas para que las autoridades reconozcan y exijan corrección de los excesos empresariales del desarrollo turístico en el Caribe mexicano y de estos proyectos residenciales de corte elitista.”
Ubicado en los límites del Parque Nacional Tulum, la primera etapa del proyecto Downtown se desarrollará en 78 hectáreas de terreno que el Instituto del Patrimonio Estatal de Quintana Roo vendió -no se sabe a qué precio, porque la información ha sido clasificada como confidencial- al grupo internacional de inversionistas denominado Maya Zamá SA de CV, corporativo inmobiliario formado por Grupo Plan, del que Roberto Hernández (miembro de los consejos de administración de Citigroup, Televisa y Maseca) es accionista, y grupo Dicas, de Emilio Díaz Castellanos, según información que se puso a disposición de publicaciones para inversionistas (La Jornada 04-08-2008).
A principios de 2008, la empresa que impulsa el desarrollo turístico en Tulum recibió la autorización del gobierno de Quintana Roo para construir la primera fase del proyecto Downtown.
El complejo residencial Maya Zamá se encuentra en etapa de revisión de los estudios -contratados a la iniciativa privada- de impactos social, ambiental y patrimonial, para obtener los permisos federales para la construcción de la segunda y más ambiciosa parte del desarrollo turístico, la cual incluye un campo de golf con peculiares desarrollos habitacionales y canales de navegación sobre un acuífero aledaño a la zona arqueológica de Tulum.
Campo de golf con vista a las ruinas
En opinión del investigador, el proyecto de desarrollo inmobiliario “subordinará a intereses mercantiles el patrimonio natural y cultural del Parque Nacional Tulum, donde existen muchos cenotes y enormes ríos subterráneos, así como gran cantidad de sitios arqueológicos mayas. Las membresías de la zona residencial comenzaron a venderse en Internet sin importar los reclamos de las comunidades mayas y antes de que el desarrollo turístico fuera aprobado”.
Resaltó que los empresarios ofrecen la zona arqueológica de Tulum en su publicidad de Internet como “un atractivo más del desarrollo residencial”, y destacan que un club de golf quedará frente a las ruinas. “Ven los vestigios arqueológicos como parte del proyecto, y no esperan un dictamen de arqueólogos ni de antropólogos, porque su verdadero interés es hacer negocio”.
El grupo de investigación, integrado por oceanógrafos, arqueólogos, antropólogos e ingenieros, entre otros, realizan un estudio de apropiación territorial y expropiación patrimonial relacionado con el proyecto del desarrollo turístico Maya Zamá.
“Estamos analizando -dijo Franco Cáceres- el impacto que puede tener un proyecto con las características del Maya Zamá en el océano. Trabajamos en equipo porque es urgente aclarar cómo se establecerán los intereses turísticos en Tulum, la Riviera Maya, Yucatán y Campeche para conocer las dimensiones del daño patrimonial y arqueológico, así como el impacto social.
“Se trata de un estudio relacionado con la intención de las grandes transnacionales de iniciar negocios en las penínsulas vinculados con el turismo.”
El investigador consideró que la publicidad de Internet del proyecto Maya Zamá es falsa, ya que este complejo turístico afecta la zona arqueológica y el parque natural de Tulum, pero para evitar que sea rechazado no utilizan el término de cambio de uso de suelo.
“Está claro que lograr los permisos para un proyecto de estas dimensiones no es fácil. Ellos han recurrido a la contratación de servicios privados para argumentar y justificar su plan de desarrollo turístico, y su estrategia publicitaria ha consistido en poner todas las máscaras necesarias para no tener el repudio de la opinión pública.”
Por encima del rechazo de la comunidad
Franco Cáceres, también responsable del área social del grupo de investigación, sostuvo que los empresarios de Maya Zamá-Tulum ofrecen un plan arquitectónico y urbano que no pretenden modificar a pesar del rechazo de la comunidad. “No les importa la crítica ni el debate en el Palacio Legislativo, donde aún se encuentra el proyecto turístico en revisión.”
Franco Cáceres consideró importante realizar un proceso de consulta pública para que se conozcan las implicaciones patrimoniales que tendrá el crecimiento urbano y turístico del proyecto Downtown.
El especialista recordó lo que se expresó “en la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, celebrada en Lanzarote en 1995, cuando se declaró que ‘el turismo es una actividad ambivalente, ya que puede aportar grandes ventajas en el ámbito socioeconómico y cultural, y al mismo tiempo contribuye a la degradación ambiental y a la pérdida de identidad local, por lo que debe ser abordado desde una perspectiva global’.
“En esta declaración es evidente la alerta mundial sobre los impactos negativos de los desarrollos turísticos tipo Maya Zamá-Tulum y sobre la necesidad de pensar el turismo en un contexto que tome en cuenta la sostenibilidad del gran ecosistema.”
El antropólogo explicó que un grupo de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realiza una investigación social y arquitectónica del proyecto Maya Zamá-Tulum, cuyos resultados se presentarán al Congreso de la Unión.
“Los investigadores de la UNAM dan seguimiento al proceso legislativo mediante el cual se creó el municipio de Tulum, así como las implicaciones de su plan de ordenamiento, en el cual se definen los usos de suelo.
“Con esta investigación se conocerá la afectación que produce el desarrollo turístico al Parque Nacional de Tulum.” (Fuente: La Jornada)