PLAYA DEL CARMEN, MX.- “Varios grupos hoteleros españoles han sido repetidamente denunciados en México por arrasar selvas, acabar con dunas costeras y devastar manglares para llevar adelante sus proyectos, con escasas o nulas reacciones por parte de las autoridades. Se les ha acusado de prácticas depredadoras, de aniquilar los recursos naturales y de pasar por encima de todas las leyes medioambientales y laborales, incluida la Ley General de Vida Silvestre, que prohíbe la destrucción de manglares”, señala el informe titulado “Los nuevos conquistadores”, que presentó Greenpeace este día.


El trabajo, es un recuento de datos y hechos relacionados con el estudio de empresas transnacionales en el mundo, tomando como base los informes que estas mismas han registrado en sus páginas corporativas.
De América Latina, la organización ambientalista presenta los casos de Endesa, en la Patagonia chilena; Unión Fenosa e Iberdrola, en Guatemala; Repsol en Ecuador, Argentina y Bolivia, y las hoteleras Sol Meliá, Riu y NH en México, entre otras.
El modelo Baleares, corregido y aumentado
En el ámbito del turismo, el informe de Greenpeace destaca el de la Riviera Maya, en el estado de Quintana Roo, donde actualmente las hoteleras españolas tienen 35 mil habitaciones, se señala. La organización ambientalista subraya que “el modelo utilizado es el de turismo masivo denominado todo incluido que no sólo destruye el medio ambiente, sino que aporta escasos beneficios económicos al país y atenta contra los derechos laborales”.
El informe agrega que el denominado ‘modelo español’ ha logrado abaratar las tarifas porque, al igual que antes hizo en Baleares y la costa mediterránea española, controla todo el proceso, desde la construcción hasta la gestión a través de las agencias de viajes y las compañías aéreas, además de que “incluso importan los alimentos”.
En el campo de los derechos laborales, el informe menciona asegura que en el sector turismo, “un número importante de personal (…) no cobra con el pretexto de que está a prueba, o por los llamados ‘días económicos’, en los que los empleados trabajan sin cobrar a cambio de que la empresa no inicie procesos de despidos”, lo que genera que los haya trabajadores que dejan de percibir el 25 por ciento de su salario mensual
Inversión española, más males que buenaventura
En la fase de construcción, según el informe, unos 90 mil trabajadores de la construcción en Cancún y la Riviera Maya trabajan entre 10 y 11 horas diarias, por salarios de miseria y sin atención médica. Además, la mitad de los trabajadores pueden ser menores de edad, y se producen alrededor de 80 accidentes laborales a la semana.
La ONG pone como ejemplo de las malas condiciones en las que viven los albañiles y de la devastación del manglar, la construcción del hotel NH Riviera Cancún, ubicado en Puerto Morelos.
Otro reproche a la inversión española, es que se calcula que del total de beneficios que genera esta actividad, sólo son aportes netos para el país los recursos de compra del terreno (aunque en ocasiones ni siquiera esto, ya que los terrenos son vendidos por debajo de su valor real), servicios, y el 2% de impuesto sobre el hospedaje.
El medio ambiente, otro damnificado
Greenpeace destaca que “los proyectos hoteleros y turísticos se suman a la fuerte presión que ya sufren las costas mexicanas”, las cuales cuentan con una extensión de 11 mil kilómetros y acogen a casi un tercio de la población, además de los miles de turistas que llegan cada año.
“La presión sobre los ecosistemas costeros es muy fuerte por la urbanización descontrolada y la construcción de hoteles y otras instalaciones”, “además se siguen dando vertidos de aguas residuales urbanas e industriales, por lo que, como consecuencia de éstas y otras cuestiones, México ya ha perdido el 65% de sus bosques costeros de manglares y se estima que pierde un 2,5% anual, a un ritmo superior a cuatro hectáreas al día”, agrega.
Greenpeace recuerda que el modelo que se está aplicando en las costas mexicanas, es una réplica “con muy pocas o nulas modificaciones el modelo empresarial que ya se conocía aquí, es decir, de sol y playa masivo, que de explotarse en el Mediterráneo y Canarias ha pasado a reproducirse en localizaciones vírgenes de América, especialmente del Caribe”.
El modelo de Baleares, que fue desechado por los resultados nocivos que generó, se ha podido aplicar en América Latina y El Caribe, por la ausencia o facilidad para incumplir normativas ambientales, la mano de obra y los proveedores baratos, y las facilidades que ofrecen los gobiernos receptores que, por ejemplo, construyen infraestructuras para facilitar las inversiones o, en el caso de los caribeños, incluso cambian los marcos jurídicos sobre la propiedad y protección de los terrenos.
Xcacel-Xcacelito se salvó de los planes de desarrollo
Greenpeace destaca como un caso de éxito de las organizaciones ambientalistas frente a las pretensiones de las empresas españolas, la defensa del Santuario de la tortuga marina, Xcacel-Xcacelito, donde, en 2001, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales determinó, tras fuertes presiones de la sociedad civil, que el proyecto del grupo Sol Meliá para construir mil 453 habitaciones de hotel en este lugar no era viable ni sostenible.
“El megaproyecto, según denunciaron Greenpeace México y otros grupos ecologistas, iba a destruir ecosistemas únicos, y amenazar a numerosas especies amenazadas y en vías de extinción” Aquí vale la pena aclarar que fue Greenpeace la que se sumó a otras organizaciones de Quintana Roo como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Grupo Ecologista del Mayab y Amigos de Xcacel, las cuales llevaron la defensa de este espacio y lograron revertir la intención de Sol Meliá de ejecutar un macrodesarrollo en esta importante zona de anidación de tortugas marinas. Defensa que repitieron en el 2006 con el proyecto Aldeas de la Costa Maya, y ahora llevan a cabo con el proyecto Punta Carey.
El informe prosigue, recordando que Sol Meliá recibió otros terrenos en la Riviera Maya, donde construyó el complejo turístico Costa Esmeralda Resort, con 950 habitaciones, donde “prácticamente todas las zonas de manglar han sido devastadas. La empresa ha lanzado a comienzos del año 2009 un Plan Estratégico de Desarrollo Sostenible 2008-2010, que pretende integrar los valores de sostenibilidad en el propio negocio, y en este marco, la empresa asegura que pretende impulsar aspectos como el uso progresivo de papel reciclado, o racionalizar el lavado de ropa de las habitaciones”.
México lindo y querido… por los inversionistas españoles
México es uno de los principales países receptores de inversión española, hasta el punto de que en ocasiones se ha denominado a esta llegada masiva la “nueva conquista”, y a las empresas, los “nuevos conquistadores”, dice el informe presentado por Greenpeace. Agrega que son más de 2 mil 700 las empresas españolas que operan en el país, y que se han instalado con condiciones favorables otorgadas por los gobiernos mexicanos.
Las empresas españolas aprovechan diversas ventajas comparativas, como las favorables condiciones que les ofrecen las autoridades locales y nacionales, los bajos costes de la seguridad social y los proveedores, y la disponibilidad de mano de obra barata y en su mayor parte poco organizada, añade el estudio.
Las inversiones españolas se han diversificado, y van desde la infraestructura de transporte, los seguros, la telefonía, hasta la banca, el turismo y la energía.
La banca es un buen ejemplo de ello. Bancomer (nombre con el que opera en el país el BBVA) y Santander son las instituciones número uno y tres, respectivamente, del sistema bancario. Bancomer tiene 14 millones de clientes, y activos por casi 50.000 millones de dólares. Los dos juntos controlan el 40% de los activos de la banca, el 41% de la cartera crediticia y el 40% de las utilidades netas.
En el sector de seguros, MAPFRE es una de las empresas líderes. Y en telefonía, Telefónica tiene más de 10 millones de clientes. En el mundo editorial y de los medios de comunicación, PRISA es copropietaria con Televisa del sistema Radiópolis, con un 50 por ciento cada una. Y en el mercado editorial operan Planeta, Tusquets, Anagrama, Grijalbo, Seix Barral y Santillana.

Brasil, el nuevo polo de inversión que atrae a gente de la farándula

Greenpeace refiera que actualmente el interés de los inversionistas españoles se centra en Brasil, donde numerosas empresas portuguesas y españolas están desarrollando planes para construir hoteles y viviendas en zonas vírgenes del litoral noreste de ese país centroamericano, específicamente en la zona costera del estado de Ceará, donde, se proyecta la construcción de 33 mega-resorts turísticos, con una inversión prevista superior a los 10 mil millones de dólares.
Se cita el proyecto Nova Atlantida, con inversores de varios países (entre ellos el grupo español Afirma), el cual consiste en la construcción de un complejo turístico en Praia da Baleia, a 200 km de Fortaleza. El proyecto incluye 13 hoteles, 14 resorts, seis complejos residenciales y tres campos de golf, dirigidos a captar clientes de alto poder adquisitivo, en una extensión superior a 3 mil hectáreas.
“Los interesados en el proyecto han llegado a negar la existencia de población indígena en la zona, a pesar de que así lo afirman las organizaciones locales, porque esto añadiría dificultades al proyecto”.
Por su parte, la inmobiliaria catalana Grupo Sánchez planea construir 40 mil viviendas de lujo en Natal, capital de Rio Grande do Norte, en una zona de dunas, actualmente virgen. Diseñado en varios complejos, y compuesto de villas y apartamentos de lujo además de hoteles, el proyecto cuenta con el patrocinio publicitario del futbolista Ronaldo y el actor español Antonio Banderas.
En Santa Catarina, en el sur de Brasil, la empresa Atlántica Brasil Golf & Resorts SA (formada por siete empresas también españolas) proyecta un complejo turístico que incluye unos 8 mil apartamentos y casas, cuatro hoteles de lujo y centros comerciales, así como instalaciones para la práctica del golf, hípica, deportes náuticos, entre otros beneficios. El proyecto puede poner en peligro la reserva biológica Marina del Arvoredo, de gran riqueza en diversidad marina.
La organización ambientalista atribuye la expansión española a la falta de disponibilidad de suelos urbanizables en la Península Ibérica, al endurecimiento de las normativas medioambientales en España, el freno de las fiscalías a casos de corrupción urbanística, a la caída del turismo (hasta un 13% de reducción del número de visitantes extranjeros), y al ‘pinchazo’ de la ‘burbuja’ inmobiliaria en España.
Aunque ya se advierte que la crisis actual podría afectar esa expansión, en el caso de Brasil, además, está el factor de que en breve se podrían endurecer las normativas medioambientales, y los proyectos estarían generando fuertes resistencias locales.
República Dominicana y Cuba también están en el corazón de los empresarios ibéricos
“La República Dominicana y Cuba son otros de los destinos preferentes de las inversiones españolas en el sector turístico. En el primer caso la inversión española sobrepasa los 3 mil 500 millones de dólares, con 28 mil habitaciones distribuidas en 70 hoteles, especialmente en las zonas de Bávaro y Punta Cana. El Grupo Barceló es el primero en importancia con 22 hoteles, seguido de Occidental con 12, Riu con 10, Iberostar con seis y Sol Meliá con cuatro”.
“En Cuba, nueve de cada doce empresas del sector turístico son españolas, lo que sitúa a España como principal socio comercial de la isla en este sector.143 La mayoría de los 54 hoteles de cuatro y cinco estrellas que son gestionados por empresas extranjeras lo son por compañías españolas. Sol Meliá tiene 24 establecimientos. Barceló, por su parte, tiene cuatro, Iberostar cuenta con cinco, y Occidental y Globalia gestionan seis cada uno”.
Empresas con doble cara
Uno de los puntos que cuestiona Greenpeace, es no sólo que las empresas españolas pretenden maximizar sus beneficios a costa del bienestar de la población local y el medio ambiente, sino que mientras en España proyectan una imagen responsable, de respeto escrupuloso a los derechos laborales, sociales y medioambientales, en el exterior están envueltas en prácticas depredadoras. “Para ello se aprovechan de una opinión pública que desconoce los verdaderos impactos de sus actividades en el exterior, concretamente en América Latina, y lo que de verdad se esconde tras esa imagen responsable.
Los dobles estándares no pueden estar envueltos en el silencio”, enfatiza la asociación. (Noticaribe con información de Greenpeace)

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Informe Greenpeace: Los nuevos conquistadores”

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