“No molestes, te puede ir mal…”

0
23

CANCÚN, MX.- El general Urbano Pérez Bañuelos camina de un lado a otro desesperado, molesto y sobre todo intransigente. Se niega a contestar las preguntas relacionadas con la corrupción que impera en la secretaría a su cargo y además amenaza “no me molestes, te puede ir mal”.


Además se ofende ante los cuestionamientos de los diarios POR ESTO! “No me insultes, no me molestes, ya te dije que no voy hablar”, sostiene al ser cuestionado sobre la muerte del comandante Miguel Angel Puch y sobre el escuadrón de policías corruptos que han tomado el control de la Secretaría de Seguridad Pública.
Y en su silencio, el general concede. Porque no se puede tapar el sol con un dedo, pues la dependencia encargada de brindar seguridad a los cancunenses hoy en día infunde miedo y temor, tal y como lo hacen los escoltas con los que se hace acompañar, un total de 19 elementos en tres vehículos para su protección y sus propios miedos.
Como todo buen militar, el general aduce mucha fuerza a su alrededor, se mueve con cautela, como si debiera algo. Sus escoltas son ostentosos en todo momento, muestran las armas en señal de alarde mientras la gente de los alrededores se queda perpleja ante tal dispositivo de “seguridad”.
Desde su llegada a la reunión con los empresarios de la avenida Yaxchilán, Urbano Pérez no puede ocultar su enfado. Ya visualizó a los medios de comunicación y trata de pasar desapercibido, aunque todo su aparato de escoltas lo delate de forma inmediata.
Tres camionetas tipo Ram, dos de ellas sin insignias o logotipos oficiales de la policía municipal frenan estrepitosamente en la entrada del hotel Caribe Internacional. Diecinueve elementos bajan de los vehículos rápidamente y se postran en los alrededores. Todos llevan armas de grueso calibre.
El general baja lentamente, los años no han pasado en vano. Ubica la entrada y sin detenerse llega hasta el área del lobby donde tiene el primer contacto con los empresarios de la Yaxchilán.
Al no ver a su presidente municipal prefiere salir del lugar ante el temor de ser abordado por quienes pagan impuestos para generar su salario. Siempre es acompañado por dos escoltas, uno de ello de tez morena, 1.85 de estatura y más de 100 kilogramos de peso. Al igual que su jefe, siempre mal encarado.
Afuera, justo cuando intenta esperar en su camioneta, es abordado por los diarios POR ESTO! La primera pregunta es la lógica. ¿Señor me puede hablar del asesinato del comandante del sector 9, de la corrupción que impera en Seguridad Pública?, tira este reportero.
La respuesta es tardía. Con su letargo acostumbrado y su mala educación, algo no propio de un militar, Urbano Pérez Bañuelos dispara su primera consigna: “No me molestes”.
El oficio del periodista es insistir, así que va la siguiente pregunta. ¿Señor se habla de un gran sistema de corrupción, podría hablarme al respecto?… pasan 20 segundos aproximadamente y una mala cara del general surge al instante.
“No molestes, no tengo nada que decirle, aléjate por favor” y es cuando se da la persecución funcionario reportero. Diez pasos hacia adelante, cinco al costado derecho, otros siete al lado izquierdo y los forcejos clásicos de una entrevista que ya ha entrado en etapa forzada.
¿Señor, puede declarar al respecto, por qué se niega?, vuelve a insistir el reportero.
Acto siguiente viene la agresión, “no molestes, te puede ir mal”… y Urbano Pérez Bañuelos vuelve a alejarse, vuelve a esconderse, a ocultar como siempre información.
Y es que desde que el general tomó las riendas de Seguridad Pública, nada ha cambiado. Siguen los vicios, la corrupción, la impunidad, los cotos de poder y sobre todo un aparato policiaco oficial al servicio de la delincuencia organizada.
Los medios de comunicación lo han señalado en su momento. Incluso la Procuraduría de Justicia en el estado y la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada, SIEDO, abrieron una investigación en contra de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio Benito Juárez precisamente por los nexos entre elementos y delincuentes.
Son hechos comprobados. Nadie ha inventado nada y por eso cuando el reportero destaca “Señor, por eso estamos como estamos”, ante el silencio que concede, Urbano Pérez Bañuelos se siente agredido y ofendido, “tampoco me ofendas”, asegura indignado.
Al final de cuentas nada llegó en la declaración. El silencio sigue privando al interior de Seguridad Pública, una dependencia que actualmente infunde miedo y temor… tal y como le gusta a su director. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

Comentarios en Facebook