CANCÚN, MX.- Rodrigo Madariaga fue uno de los pasajeros que estaba en el vuelo MX368, al cual se le desprendió la cubierta de la turbina izquierda en pleno vuelo. El avión de Mexicana de Aviación, un Airbus 318, salió la mañana del martes del Aeropuerto Internacional de Cancún. Rodrigo tenía el asiento 3C.
“El pasado 19 de enero abordamos los pasajeros del vuelo MX368 con destino a Ciudad de México; a las 7:25 estábamos tomando pista. Para las 7:30 el avión estaba esperando la autorización para despegar. El capitán comentó que para que despegáramos teníamos que alcanzar una velocidad de 290 km/h la cual alcanzaríamos en 40 segundos aproximadamente.
“El avión comenzó a avanzar. (A las) 7:35 ya habíamos recorrido un buen tramo. Inicialmente venía sentado en el asiento 3A clase Ejecutiva, y (…) al ver que el avión estaba vacío me cambié de lugar antes del despegue. Me estaba acomodando para dormir; puse una almohada para descansar mi cabeza cuando voltee a la ventanilla y me percaté que la cubierta de la turbina estaba ‘papaloteando’. Inmediatamente le grité a la tripulación para que no despegáramos. Terminando de decir esto se levantó la cubierta del avión y empiezo a ver una serie de sucesos, entre ellos que se desprendían partes del avión aun en tierra y a punto del despegue. Posteriormente volteo y me doy cuenta que la tripulación no hacía nada y me senté a ver cómo se destruía toda la cubierta, desestabilizando al avión y golpeando el fuselaje del avión con los restos”.
“Fue tal el impacto que hizo un agujero de unos 40 centímetros por 30, aproximadamente. Fui el único pasajero que se dio cuenta, pues el pasajero que venía en el asiento trasero mío estaba en la primera fila de la clase Turista y no alcanzaba a ver lo que pasaba porque el ala del avión tapaba la visibilidad de la turbina.
“A los 10 minutos del despegue salió el capitán (no recuerdo su nombre) y comentó que no pasaba nada, que sólo se cayó la cubierta y que regresaríamos para que se la cambiaran y fuéramos a nuestro destino final. Por su puesto que eso era absoluta mentira ya que nunca vio los agujeros y golpes que tenía la nave.
“Al bajarme confirmé lo sucedido: el fuselaje del avión había recibido golpes, abolladuras y raspaduras de los restos de la cubierta de la turbina izquierda, la cola del avión también tenía visibles marcas de daños, así como un agujero en el ala del avión, que calculé porque no estaba a más de cuatro metros de distancia del motor”.
“La aerolínea nos dijo que nos mandaban en el próximo vuelo, lo que no nos dijeron es que al siguiente avión se le ponchó la llanta (se refiere al vuelo 7323 de Click de Mexicana, que aterrizó procedente de La Habana, Cuba), por los trozos del avión que quedaron en la pista. Lo pude corroborar porque fui al Salón Ejecutivo de Mexicana y enfrente de nosotros teníamos al avión con la llanta ponchada.
“Los nombres de algunos pasajeros que veníamos en el vuelo en clase Ejecutiva son: Luis Salazar, Alfredo Achard, Guillermo Rotter y yo. Cabe aclarar que al Distrito Federal llegamos a las 15:15 horas y las maletas perdidas. Me cambiaron de avión dos veces y nadie me ha podido ayudar. Estoy muy inconforme con la aerolínea”, concluye Madariaga. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)