PLAYA DEL CARMEN A MX.- Ya lo ven venir. Antes de que concluyan los trabajos de recuperación de 4.2 kilómetros de arenales en Playa del Carmen, los pescadores anticipan la fuga de la arena.
Edy Peña calcula que en un año las playas volverán a su extensión original, “y si nos toca un buen huracán, antes”, dice. “Esto nos va a servir de lección a todos, por eso, si las autoridades vuelven a salir con que van a recuperar otra vez las playas, no vamos a sacar nuestras embarcaciones del mar, no las vamos a mover, y si las quieren enterrar de arena, que las entierren, ya luego verán si nos las reponen como nuevas, o si nosotros las tenemos que desenterrar, pero no las vamos a mover”, afirma categórico el representante de los cooperativistas, que cuentan con 19 lanchas de servicios turísticos y de pesca.
Desde su oficina, como llama al espacio indefinido e ilimitado compuesto de unas cuantas sillas asentadas sobre la arena, a la sombra de una de las pocas palmeras que quedan; Eddy Peña aún no puede creer que en unos cuantos años el paisaje de Playa del Carmen se haya transformado por completo; en el que hoteles y condominios pasaron a sustituir las playas de talco, las barreras de manglares y las palmeras que guarecían a cualquiera del sol. “Tengo unos clientes norteamericanos que vienen desde hace 16 años a Playa del Carmen, y me dijeron: cuando pongan un Mc Donalds aquí, dejaremos de venir, pusieron el Mc Donalds y tuvieron que meter la cola entre las patas porque siguen viniendo”, comenta, con un dejo de resignación.
Un granito de arena, o una tonelada de más
Desde hace unas semanas dos cooperativas, la Cooperativa Turística Playa del Carmen, y la Sociedad Cooperativa Turística Mar Caribe, sostienen una batalla contra las autoridades de los tres niveles de gobierno por el exceso en el vertido de arena que les dificulta regresar sus lanchas al área llamada El Recodo, un embarcadero natural que ahora se encuentra prácticamente atascado de arena.
Cuando iniciaron los trabajos de recuperación de playas, el ayuntamiento de Solidaridad (al que pertenece Playa del Carmen y la Riviera Maya) se comprometió con los cooperativistas a que sólo se vertería arena para dejar un ancho de 35 metros con una caída hacia el mar de un metro y medio, y 15 metros de pendiente por debajo del mar; en lugar de tirar arena para dejar anchos de playa de 50 metros con caída de dos metros de altura, y sin ninguna pendiente. El acuerdo establecía que en cuatro días, contados a partir del 12 de enero, cuando se firmó el convenio, las lanchas podrían volver al mar.
Pero han pasado más de dos semanas, y las condiciones de las playas no han sido modificadas: “se tiran la pelota, -dice Edy Peña- entre la CFE (Comisión Federal de Electricidad) y el municipio, y no se ha hecho nada”.
En lo único que ha cumplido la administración municipal es en la entrega, el viernes pasado, de un apoyo de dos mil pesos para 38 integrantes de la Cooperativa Turística Playa del Carmen, y 28 de la Sociedad Cooperativa Turística Mar Caribe, además de algunas despensas, de las cuales, la primera entrega, contenía productos caducados.
El área más afectada por los trabajos de recuperación de arenales, es la de El Recodo, donde se encuentra la salida y el atracadero natural de una parte de las lanchas de la Sociedad Cooperativa Turística Mar Caribe, se trata de 14 naves que están prácticamente en tierra porque no pueden retornar al mar. Con el exceso de arena las lanchas quedarían prácticamente al ras del material pétreo, y hay algunas, que ni siquiera pueden ‘botarse’ porque corren el riesgo de dañarse.
Herminio Chanona, integrante de la Sociedad Cooperativa Turística Mar Caribe, comenta que se volvió a firmar un nuevo acuerdo, “se va a mandar a la ciudad de México, para que los técnicos de la CFE tomen la decisión de desazolvar el área, y retirar la arena”; pero no hay plazo para que se cumpla la solicitud formal de los pescadores y prestadores de servicios turísticos, quienes dicen que esperarán la próxima semana, para ver qué responde la autoridad.
Chanona lleva 10 años trabajando en El Recodo, y reprocha a las autoridades su desconocimiento: “este lugar nunca ha tenido playas tan extensas, la superficie cambia con la temporada del año, por la dirección de los vientos, por eso la arena que acaban de poner ya se está yendo, la que pusieron aquí en frente -dice señalando el mar-, ya está por el hotel Allegro (en la zona de Playacar), las corrientes la están arrastrando”. Y puntualiza: el problema es que los de la CFE creen que saben todo, pero no tienen el conocimiento que da la experiencia, el estar viendo todos los días durante muchos años cómo se comporta el mar; pero ni siquiera nos pidieron una opinión”.
Lo peor, es que la arena también está siendo arrastrada hacia las zonas arrecifales cercanas, la conocida como Tortugas y Jardines, en este último sitio, según refiere Herminio Chanona, el ruido y la potencia de la draga ha ahuyentado a una colonia de hembras de tiburones toro, que cada año, por esta época, vuelvan a ese lugar y son parte del atractivo de los buceadores; “eran como 40 tiburones que andaban allí y se fueron, ahora tenemos que esperar a ver si regresan”, comenta.
Otro de los problemas graves ocasionados por el arrastre de la arena, es que los arrecifes quedaron cubiertos de este material, por lo tanto, están en riesgo de morir, “porque son seres vivos que necesitan de la luz solar y de los peces que los rodean, y al cubrirse de arena, dejan de recibir su principal fuente de energía”, explica Chanona. Sin embargo, hasta ahora, ninguna autoridad, ni municipal ni estatal, y menos aún federal, se ha preocupado por echar un vistazo a lo que pasa unos cuantos metros por debajo de las esplendorosas playas recuperadas de la Riviera Maya.
Los empresarios igual que Jalisco: nunca pierden
Los primeros hoteles beneficiados por el vertido de arena, como el Porto Real, de Fernando García Zalvidea; sin permiso, pero con el consentimiento de las autoridades locales de la Zona Federal Marítimo Terrestre, ya se apresuraron a apropiarse de los arenales recuperados, los cuales ya invadieron con camastros, para uso exclusivo de sus huéspedes, quienes son cuidados por guardias de seguridad, que se encargan de “ahuyentar” a los paseantes que pretendan quedarse en el área, sin tener el respectivo brazalete ‘all inclusive’ del hotel. Apenas hace unos días el presidente municipal de Solidaridad, Román Quian, declaró que es el Fideicomiso de Recuperación de Playas el que debía encargarse del problema causado por el empresario García Zalvidea; y es que aunque la Dirección de Zofemat lo podría hacer, hay demasiados “compromisos” con el propietario de la cadena Royal Resorts, que le impide a las autoridades estatales y municipales actuar y hacer valer la ley.
La ley sólo se hizo valer apresuradamente contra los cooperativistas, pues cuando intentaron abrir canales para permitir que el mar inundara de nuevo las zonas taponeadas de arena, inmediatamente sufrieron el amago de las autoridades locales por “estar cometiendo un delito federal”.
Para los cooperativistas la recuperación de playas ha traído más inconvenientes que beneficios, además de tener detenidas sus lanchas durante varias semanas, ahora están pendientes de que con las playas renovadas los centros de hospedaje y los condominios no pretendan apropiarse hasta del mar, según lo han dejado entrever. “Sabemos que ahora los hoteles y los condominios, como el desarrollo Taj, quieren un ‘área de nado’, y para eso necesitan que quitemos las lanchas de la zona del mar, para poder poner un boyado y que sus huéspedes tengan prácticamente una alberca privada dentro del mar”, denuncia Edy Peña, quien no pierde la fe en las autoridades municipales, y espera tener una pronta reunión en la que esta vez, sí les den garantías de que los hoteleros no les arrebatarán su zona de trabajo. (Noticaribe)