CANCÚN, MX.- El impacto económico global podría ser mucho más grande si no se logra un acuerdo internacional sobre el cambio climático para evitar que suba la temperatura del planeta más de dos grados centígrados, pues hay riesgo de que desaparezca el Amazonas y hayan huracanes más intensos a fines de siglo, advirtió ayer el mexicano José Mario Molina-Pasquel Henríquez, Premio Nobel de Química 1995, en entrevista en la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
CANCÚN, MX.- Ante los efectos del cambio climático, ha llegado el momento de comenzar a financiar proyectos de conservación ambiental y crear una nueva relación entre el hombre y la naturaleza, indicó ayer Eduardo de Sousa Braga, gobernador del Estado de Amazonas en Brasil en el seminario de la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se celebra en el Cancún Center del 18 al 23 de marzo.
Destacó que los principales impulsores o factores de la deforestación son la pobreza y la falta de educación, de tal manera que la perspectiva social influye de manera muy importante en la explotación del bosque.
En este caso, dijo que decidieron dejar de hablar y empezar a actuar para comenzar la reducir la deforestación mediante programas de financiamiento entre la comunidad, y lograron reducir la tala de árboles hasta en un 75 por ciento los últimos siete años.
Eduardo de Sousa Braga, quien participó en el seminario de cambio climático “La ruta de México: Desafíos y oportunidades para un acuerdo global”, señaló que en el Amazonas aplicaron una buena tecnología, crearon una zona de libre comercio e impulsaron la construcción de caminos y carreteras para frenar la deforestación.
Dijo que el ingreso per cápita promedio en la región creció 38 por ciento, incluso por encima de la media nacional, y consideró que aún falta mucho por hacer.
Advirtió que sin la ayuda internacional evidentemente no se puede mantener una política ambiental, y destacó que es importante que participen todos los países porque la deforestación es un problema que incide en el cambio climático.
“Evidentemente ha llegado el momento de enfrentarnos a la financiación, es necesario para enfrentar esos mecanismos de mitigación, de adaptación, de la migración de las especies, porque todo constituye una alerta y es algo triste que no se haga porque tenemos todas las bases científicas ante nosotros, así que debemos avanzar y hacer algo”, dijo.
Recordó que una vez le pidió a una mujer del campo que cuidara los árboles, que ya no los talase, entonces ella le respondió que no pidiera eso cuando su hijo está llorando de hambre. “Entonces nadie corta un árbol porque es inteligente o porque es tonto, sino corta un árbol porque necesita sobrevivir”, dijo.
Mencionó que mientras en los países industrializados se enriquecen y contaminan, en los países en desarrollo sueñan con esos lujos y en su pobreza acaba con los recursos naturales que a final de cuentas afecta a todos.
Señaló que se requieren nuevas tecnología y nuevos recursos en el campo, y establecer una nueva relación entre la población y la naturaleza para su conservación.
“Tiene que ser una nueva perspectiva en todo lo que tiene que ver en la relación entre el hombre y la naturaleza, necesitamos estructura, una nueva política en el mundo”, reiteró.
Dijo esperar que en la próxima reunión del cambio climático que se celebrará aquí en Cancún para noviembre próximo, se logren acuerdos importantes para la conservación del medio ambiente. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
“El problema es que el impacto económico sería mucho más grande si no logramos que haya un acuerdo internacional”, en la Cumbre del Cambio Climático que se celebrará aquí mismo en Cancún en noviembre y diciembre que vienen, dijo en entrevista con los medios.
Destacó que los efectos ya se están viendo tales como las severas inundaciones, las fuertes y prolongadas sequías, así como huracanes cada vez más frecuentes e intensos.
Comentó que a México le importa mucho que se llegue a un acuerdo internacional, porque “solos no podemos resolver el problema, aunque paremos las emisiones de efecto invernadero”.
Manifestó que por fortuna hay puntos de vista optimistas de que en la Cumbre del Cambio Climático que se celebrará en Cancún dentro de nueve meses, “si no se logra un acuerdo internacional definitivo, por lo menos dar un avance muy importante”.
Mencionó que hay señales muy buenas de un acuerdo, porque en la cumbre de jefes de Estado en Copenhague había más de 100 líderes que apoyaron la iniciativa de bajar las emisiones de efecto invernadero.
Entonces “hay que resolver el problema, tratar de limitar que la temperatura promedio de la superficie del planeta no suba más de dos grados, pero todavía hay problemas muy difíciles de resolver como la transferencia de recursos, tantos compromisos legales o no legales y todos son detalles”, expuso.
Añadió que “si hacemos bien la tarea, espero que aquí en Cancún sí lo vayamos a lograr”. Consideró que no hay una solución sencilla porque se necesita voluntad política, el apoyo de la población y recursos económicos, “pero con una visión clara a largo plazo nos sale más caro no enfrentarlo, así es que hay que tener esa visión, pero sí insisto, el acuerdo tiene que ser internacional porque esa es la naturaleza del problema”.
Agregó que México “funciona como líder con estos programas (contra el cambio climático), para demostrar que sí podemos tener un plan de desarrollo económico con bajas emisiones”.
Dijo tiene que haber un desarrollo sin contaminación y además, “que haya mayor probabilidad de que saquemos de la pobreza a todo el sector de nuestra población que tiene muy pocos recursos”.
José Mario Molina-Pasquel Henríquez asistió ayer al Seminario de cambio climático, “La ruta de México: Desafíos y oportunidades para un acuerdo global”.
En su intervención ante ocho panelistas y más de 300 personas en el Cancún Center, dijo: “Si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero, tal vez al final del siglo, hay distintos horizontes, pero podría suceder que se seque el Amazonas, o los monzones que son tan importantes en Asia para la agricultura podrían cambiar, o podría haber alteraciones de las corrientes de los océanos”.
Dijo que “aunque no estamos absolutamente seguros de que esto vaya a ocurrir, con una probabilidad de 20 a 30 por ciento de que sucedan estos eventos ya debe ser muy preocupante”.
Manifestó que predomina la perspectiva económica sobre la incidencia de estos problemas ambientales, y advirtió que “no debemos asumir esos riesgos, es cuestión de riesgos y probabilidades y es como jugar a la ruleta rusa”.
Añadió que este 20 ó 30 por ciento de que ocurra es en la realidad un alto porcentaje y además recordó que tenemos un solo planeta, y “esto es un motivo suficiente como para que la sociedad tome conciencia y cambie”. Reiteró que “el que haya una posibilidad de uno de esos eventos se materialice es demasiado preocupante”. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)