CANCÚN, MX.- México es uno de los siete países que más pérdidas de productividad ha acumulado respecto de Estados Unidos en los últimos 30 años, advierte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El rendimiento mexicano, resulta incluso inferior al de países con una menor integración económica, como son Kenia, Camerún, Sierra Leona y Mozambique, todos en África o Jamaica en América, evidencia.
De acuerdo con el estudio La era de la productividad, como transformar a las economías desde sus cimientos, el caso mexicano no es el único en América Latina. Nos acompañan en los últimos sitios de la productividad mundial, países como Argentina, Costa Rica, Paraguay, El Salvador, Venezuela y Nicaragua.
De hecho, esta es la diferencia que ha puesto a las economías emergentes de Asia muy por arriba del desempeño de las latinoamericanas, según el BID.
Hasta en servicios
El estudio, cuyo autor es el mexicano Santiago Levy, revela que incluso en el sector servicios, que emplea a cerca de 70% de la fuerza laboral de la región, hay un gran rezago que se pronunció en la década de los años ochenta.
Mientras en Asia la productividad del sector creció 2.5% anual en los últimos 15 años, en América Latina, ha aumentado apenas 1.4% también anual, explica.
“El caso de los servicios es el más dramático. En este sector clave de la economía latinoamericana, la productividad disminuyó bruscamente durante la década de 1980 y ha permanecido estancada durante los últimos 15 años”, refiere.
Las soluciones
Para hacer más eficientes a los países en la utilización de sus recursos productivos, el BID sugiere ampliar el acceso al crédito para las empresas, mejorar el transporte, otorgar regimenes tributarios simplificados y una política social diseñada para reducir la informalidad laboral. (Fuente: El Economista)

Estancamiento de la productividad debilita crecimiento en América Latina y el Caribe

CANCÚN, MX.– El bajo crecimiento de la productividad es la principal razón por la que una mayoría de los países de América Latina y el Caribe ha registrado tasas de crecimiento inferiores a las de países avanzados e incluso de países similares en Asia Oriental, según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estudio, que analizó qué tan eficientes son los países en la utilización de sus recursos productivos, evaluó los aumentos y las pérdidas de productividad de una muestra de 76 países, entre ellos 17 de América Latina y el Caribe, en comparación con Estados Unidos. Chile fue el único país de la región que ha aumentado su productividad respecto a Estados Unidos desde 1960.
De los 20 países con los peores desempeños en términos de productividad, la mitad era de América Latina y el Caribe (ver el gráfico y tabla abajo).
Rompiendo con la noción comúnmente aceptada de que el crecimiento de la región sufre de una escasez de inversión, el estudio muestra que América Latina y el Caribe en gran medida podría acelerar su crecimiento económico y reducir la brecha de ingresos per cápita respecto a las naciones industrializadas con políticas que promuevan un mejor uso de los recursos existentes en la economía.
Un país latinoamericano típico podría haber aumentado la renta per cápita en 54 por ciento desde 1960 si su productividad hubiera crecido como la del resto del mundo durante el mismo período. El ingreso per cápita en este país típico casi se duplicaría si su productividad estuviera cerca de su potencial.
“Más que inversiones adicionales, los países de la región deben hacer un mejor uso del capital físico y humano existente”, dijo la economista del BID, Carmen Pagés-Serra, quien coordinó un equipo de investigadores para la próxima edición del principal estudio anual del BID: La era de la productividad: cómo transformar las economías desde sus cimientos.
“Hay una enorme oportunidad inexplorada para las autoridades y reguladores de invertir en reformas y políticas sensatas que permitan que la región se ponga rápidamente al día con otras regiones del mundo”, señaló Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID.
El crecimiento económico y el ingreso per cápita en la región podrían mejorar drásticamente, por ejemplo, con más crédito, mejor transporte, regímenes tributarios simplificados y una política social diseñada para reducir la informalidad laboral. La productividad también se beneficiaría de manera significativa de políticas orientadas a proveer bienes públicos clave, como una mejor infraestructura y un marco regulatorio para aumentar la eficiencia del sector productivo, así como de medidas para fomentar la innovación tecnológica en el sector privado.
La publicación, parte de la serie Desarrollo en las Américas, el principal trabajo académico anual del BID, ofrece un análisis exhaustivo de la productividad en la región, su impacto en el crecimiento económico y recomendaciones para la formulación de políticas para combatir las causas de la baja productividad.
El BID dio a conocer los resultados del estudio durante su reunión anual celebrada en Cancún, México. La era de la productividad: cómo transformar las economías desde sus cimientos estará disponible en librerías seleccionadas a partir de abril.
Ganadores y perdedores
Desde 1970, la productividad en América Latina y el Caribe ha quedado rezagada respecto al resto del mundo, una tendencia que se agravó después de la crisis de la deuda de la década de 1980. El fracaso en los intentos de ponerse al día con las economías desarrolladas se ha generalizado en la región.
A pesar de que Chile fue el único país de la región a aumentar su productividad en comparación con Estados Unidos desde 1960, sus ganancias fueron menores que otras naciones en desarrollo como India, Tailandia y China.
Nicaragua, Honduras, Venezuela y El Salvador son los países que más perdieron productividad en relación a Estados Unidos. Su rendimiento fue inferior al de países mucho más pobres en África como Argelia, Uganda y Kenia (véase los cuadros al final).
Panamá, Brasil, la República Dominicana y Ecuador fueron los países cuya productividad disminuyó menos en relación con Estados Unidos.

El problema está en el sector de servicios

El estudio analiza la productividad en varios sectores de la economía en la región. La agricultura es el sector de más rápido crecimiento, aunque su crecimiento sigue siendo inferior al promedio mundial. Pero la peor noticia surge del deslucido desempeño del sector servicios, que emplea a cerca de 70 por ciento de la fuerza laboral de la región y socava cada vez más la productividad regional agregada.
El crecimiento de la productividad en la industria y en particular en los servicios de América Latina ha quedado rezagado en comparación con Asia Oriental y los países industrializados (véase el cuadro abajo). Esto sucedió tanto durante la década de 1980, cuando la productividad del sector industrial y de los servicios en América Latina cayó, como en la década siguiente, cuando la productividad aumentó pero a un ritmo más lento que en otras regiones.
El caso de los servicios es el más dramático. En este sector clave de la economía latinoamericana, la productividad disminuyó bruscamente durante la década de 1980 y ha permanecido estancada durante los últimos 15 años. La brecha es grande en relación a Asia Oriental, donde la productividad en los servicios creció 2,5 por ciento al año en los últimos 15 años, y también en relación a los países de altos ingresos, donde la productividad en los servicios ha aumentado alrededor de 1,4 por ciento al año.
En la mayoría de las categorías de servicios, la productividad ha sido pobre. Entre 1990 y 2005, la productividad de los servicios comunitarios, personales y gubernamentales sólo creció 0,7 por ciento en comparación con un crecimiento de 5 por ciento en la productividad de la minería y 4 por ciento en los servicios públicos en la región. La productividad de los servicios financieros y del comercio minorista y mayorista en realidad declinó, 0,8 por ciento y 1 por ciento respectivamente, durante el mismo período.
Si la productividad en el sector servicios latinoamericano hubiese aumentado al ritmo que lo hizo en Asia Oriental, el crecimiento de la productividad engeneral de un país típico de la región podría haberse casi duplicado.
Nuevo enfoque en políticas
Muchos formuladores de políticas públicas se han concentrado en aumentar las exportaciones y mejorar la calidad de los bienes transables como estrategias para mejorar la competitividad y los niveles de ingresos. Sin embargo, el estudio del BID sugiere que el aumento de la productividad en el sector servicios es clave para impulsar el crecimiento económico en América Latina y el Caribe en los próximos años.
“Dado el tamaño de su sector terciario, la región necesita con urgencia poner en práctica políticas para aumentar la productividad de esta industria”, dijo Pagés.
Entre las reformas más urgentes figura la necesidad de hacer frente a los altos índices de informalidad en este sector, que da a las pequeñas empresas –la gran mayoría de las cuales son muy ineficientes– una ventaja injusta en el mercado sobre las empresas formales. La informalidad guarece a estas pequeñas empresas de la competencia con modelos de negocios mejores y más productivos. Estas empresas informales sobreviven porque evaden impuestos, utilizando recursos productivos que de otra manera irían a sectores más eficientes de la economía.
Un régimen Impositivo simplificado, sumado a medidas para reducir la evasión y bajar los impuestos de las empresas, podría disminuir el nivel de informalidad en la economía. El estudio también recomienda a los gobiernos ampliar el crédito para las empresas, una medida que no sólo allanaría el camino para más innovación, sino también ayudaría a reducir el nivel de informalidad en la economía.
Mediante políticas sociales que no dependan de impuestos al empleo formal podrían aumentarse los incentivos para que las empresas registren a sus trabajadores y contribuyan a la reducción de la informalidad. La región podría aumentar la productividad de su sector manufacturero promoviendo la competencia, mejorando la regulación de puertos y aeropuertos y aumentando la eficiencia y reduciendo los costos de transporte.
“Una década después de conquistar la estabilidad económica, América Latina y el Caribe enfrentan el desafío de lograr un crecimiento económico más rápido’, dijo Pagés. “Un mayor crecimiento de la productividad será vital para desencadenar este proceso en los próximos años. Sólo mediante la utilización de sus recursos de manera más eficiente podrá la región alcanzar el tipo de tasas de crecimiento que posibilitará sacar a millones de personas de la pobreza”. (Fuente: BID)

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