CANCÚN, MX.- El Ayuntamiento Benito Juárez utilizaba el centro de espionaje descubierto por el Ejército, para fines de extorsión, amenazas, política y venganza hacia quienes eran considerados los “enemigos” del gobierno municipal en turno.
CANCÚN, MX.- Desde su llegada a Cancún, durante la administración municipal encabezada por el actual procurador general de Justicia del Estado (PGJE), Francisco Alor Quezada (diciembre del 2007), José Manuel Vera Salinas causó fuertes polémicas debido a que fue “acusado” como represor en Oaxaca en contra del magisterio durante la administración de Ulises Ruiz, pese a ello, fue designado director de Tránsito y posteriormente al concluir el trienio, se mantuvo dentro de la próxima y actual gestión que inició Gregorio Sánchez Martínez, donde fue designado director de la Academia de la Policía y luego, asesor del mismo alcalde donde se mantuvo hasta la rendición de su Segundo Informe de Gobierno y antes de pedir licencia para aspirar a la gubernatura del estado.
Para todos es sabido que el teniente de navío I.M.P. José Manuel Vera Salinas, cargo que tuvo dentro de la Secretaría de Marina, siempre ha estado ligado al Cisen, al departamento de inteligencia del gobierno federal que le pagó cursos de inteligencia en Israel, país de donde son originarios los equipos de espionaje que detectó el Ejército mexicano en una casa de la Supermanzana 20.
A Cancún llegó para incorporarse a la administración municipal de Francisco Alor Quezada, actual procurador de Justicia del Estado, quien lo instaló en la Dirección de Tránsito Municipal en sustitución de Jesús Cárdenas Soto el 7 de diciembre del 2007.
Inmediatamente, su nombramiento comenzó a generar polémica porque fue exhibido por medios del estado de Oaxaca, donde fue funcionario público durante la administración del gobernador, Ulises Ruiz como una persona represora.
El cargo que tuvo en dicho estado, fue de secretario de Protección Ciudadana y director de Seguridad Pública, por lo que al llegar a Cancún, su nombramiento como titular de vialidad provocó inmediatamente la inconformidad de miembros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
En su momento, fue el entonces dirigente regional del magisterio de Oaxaca, Manuel Jesús Caamal Mutul, quien declaró a los medios que no era posible que el mayor represor del magisterio el 14 del junio del 2006, haya sido designado funcionario en Cancún y que ni Derechos Humanos ni la justicia, le haya hecho pagar por los actos de represión que sufrieron los docentes oaxaqueños.
“La gente de Quintana Roo debe saber qué clase de funcionario tienen; es una gente que nos reprimió a los maestros, hombres y mujeres, y lo único que hizo el gobierno fue quitarle su puesto un mes después de los hechos”, abundaron miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.
Entre el currículo que se mostró de Vera Salinas a su arribo a Cancún, fue el hecho de que era egresado de la Heroica Escuela Naval Militar con el título de ingeniero hidrógrafo; que obtuvo el grado de maestro en administración por la Escuela de Estudios Superiores en Administración, y es maestrante en la maestría de gobierno y políticas públicas.
Asimismo se expuso que efectuó diplomados en seguridad pública y en periodismo y también recibió cursos de paracaidismo en la Armada de México, de trampas y artefactos explosivos en el Ejército de Guatemala, de orientación de inteligencia en el Estado Mayor del Ejército de Guatemala, de comando en operaciones especiales en el cuerpo interinstitucional de Colombia y gerencia de seguridad y manejo de crisis en la Policía de Israel y todo, pagado por el gobierno federal.
Una vez “instalado” como director de Tránsito y bajo la supuesta orden del entonces director general de la Policía Preventiva, Tránsito y Bomberos, Miguel Angel Ramos Real (hoy titular de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública), mantuvo roces no sólo con este funcionario, sino hasta con quien era el titular de Seguridad Pública, Francisco Velasco Delgado (a) “El Vikingo” y en base a ello, es que en apariencia presentó su renuncia en octubre del 2008. En todo momento presumió tener muchas empresas de telefonía celular.
Para el mes de febrero, Vera Salinas sorprendió a “todo mundo” al ser designado por el entonces presidente municipal, Gregorio Sánchez y actual precandidato por la “mega-alianza” a la gubernatura del estado, como el director de la academia policial, es decir, su encargo era llevar a cabo la capacitación de los nuevos policías municipales (sic), cosa que nunca hizo.
El paso por esta academia, fue efímero ya que José Manuel Vera Salinas, en apariencia renunció porque le ofreció al aún presidente municipal, Gregorio Sánchez Martínez, sus servicios para ser su asesor en materia de Seguridad Pública.
Fue así que tras casi tres meses de “inactividad”, pero sin duda, cobrando de las arcas municipales, Vera Salinas salió al escenario público en el Segundo Informe de Gobierno de “Greg” Sánchez con el cargo de coordinador de seguridad y desde ese momento, su reaparición fue tal y como siempre ha sido considerado, “un funcionario represor” porque fue él quien ordenó la detención de seis personas que se habían manifestado pacíficamente al levantar pancartas en contra del munícipe sin insultarlo. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
Lo anterior ha salido a relucir en las primeras indagatorias respecto a este hecho. De entrada, se ha confirmado que el asesor del municipio, Manuel Vera Salinas, rendía un informe detallado sobre la operación del centro a miembros de la administración gubernamental de la ciudad.
En la rendición de cuentas, la información obtenida por medio del espionaje al estilo delincuencia organizada, detallaba las actividades de los empresarios en torno a su vida personal y profesional, al igual que de políticos y periodistas.
Por ejemplo, de un empresario se investigaban sus transacciones para determinar cuáles eran sus giros comerciales, y a partir de ahí manejar esa información para extorsionarlo o “venderle” la estructura pública de permisos municipales para su beneficio.
Mediante este mecanismo, el Ayuntamiento Benito Juárez se hizo de muchos “recursos” de manera ilegal. Bastaba con encontrar la coyuntura informativa sobre el personaje espiado para poder operar de manera inmediata.
Dentro de este mecanismo, el dinero corría de inmediato. Un empresario que suponía “encontrar” ventajas en el sistema administrativo gubernamental, en realidad había sido espiado para que “sólo” se entregara a las autoridades municipales.
Esa era la mayor función del centro de espionaje del Ayuntamiento Benito Juárez. Contar con información considerada como privada, valía mucho en manos de aquellos que la utilizaban a conveniencia.
En el caso de los políticos, el espionaje del gobierno municipal servía para determinar los movimientos que llevaban a cabo los partidos de oposición a la administración, así como encontrar “deslices” de aquellos personajes de la política que no eran afines a la administración municipal.
De hecho, en este punto se descubrió también que mucha información obtenida en la política, también era usada para someter a la mayoría del personal del Ayuntamiento Benito Juárez que no congeniaba con la forma de gobernar del hoy precandidato a la gubernatura del PRD, PT y Convergencia.
La fórmula era sencilla. Las víctimas en este punto eran aquellos que no aprobaban los movimientos que se llevaban a cabo en el ayuntamiento y la lista con discos de grabaciones de celulares incluye desde regidores que significaron oposición hasta dirigentes de organismos políticos, tanto estatales como municipales.
Para obtener información se utilizaba el sistema de sofwares digitalizadores de tecnología israelí para tener a detalle movimientos personales de las víctimas como horarios de familia, lugares de frecuentación, pasatiempos, parejas y hasta registros de llamadas nacionales e internacionales.
Con esto, el gobierno municipal podía frenar a muchos adversarios y controlar de cerca el panorama político. La información de primera mano les hacía anticiparse ante cualquier hecho.
En tanto, sobre los periodistas, se espiaba para definir cuáles serían las líneas informativas que seguirían los medios de mayor impacto social en Cancún y Quintana Roo. El gobierno municipal quería saber de dónde provenía la información sobre distintos temas, sobre todos aquellos polémicos relacionados con la administración de Sánchez Martínez, jefes de información, coordinadores – entre ellos el coordinador general del diario POR ESTO! de Quintana Roo, Renán Castro Madera -, así como directores de otros medios y reporteros en general, aparecieron en la lista que ya tiene en su poder el Ejército.
El operador del centro de espionaje
En primera instancia, el espionaje se basaba principalmente para usos con fines políticos. Hasta aquí es la línea de investigación que por el momento tienen las autoridades militares, aunque no se descarta la apertura de otras más.
Y el principal actor de este centro era Manuel Vera Salinas. De oscuro pasado, el ex jefe de escoltas y de la academia de Policía Municipal Preventiva, cumplía la función de receptor y operador directo.
Al haber tenido una carrera policíaca ligada directamente al Cisen -Vera Salinas trabajó durante diez años para Gobernación -, el ex jefe de escoltas se dio a la tarea de comprar el equipo de tecnología conocida como de “Punta” para operar el centro de espionaje.
Luego contrató al personal capacitado. Conforme ha transcurrido la investigación, se ha encontrado que el centro funcionaba 24 horas con dos turnos laborales. Se presume que personal de la Central de Operaciones Policial, Copol, también laboraba en este centro.
Al tratarse de un hecho grave, ya se investiga esta situación pues, el gobierno municipal violentó por completo el estado personal de muchos ciudadanos cancunenses de manera arbitraria y alevosa.
Otro dato que ha salido a relucir, es que algunos recursos de operación del centro habrían sido liberados por la Secretaría General del Ayuntamiento Benito Juárez, a cargo de Lenin Zenteno. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)