CANCÚN, MX.- En plena huida, escondido y sin dar la cara, en esta situación se encuentra José Manuel Vera Salinas, acusado de la operación de los centros de espionaje asegurados aquí por el Ejército y en la que se ha encontrado archivos, equipos y cientos de grabaciones de políticos y empresarios que fueron espiados una y otra vez por el equipo de trabajo que diseñó Vera Salinas.
Con una grave acusación en sus espaldas, quien ahora enfrenta la más alta inconformidad de quienes espió, pero también la indiferencia y el rechazo de quienes alguna vez lo respaldaron y mantuvieron en la administración pública municipal.
Cientos de afectados con las numerosas grabaciones que penetraron y vulneraron la seguridad y la vida privada de quienes fueron objetivos principales de los centros de espionaje, se encuentran estupefactos, sorprendidos y furiosos por estas acciones oscuras.
Más aún, la capacidad de espionaje que enarboló Vera Salinas y su “equipo de trabajo” laceró la confianza ciudadana en sus diversos niveles.
Las denuncias han comenzado y ya fueron presentadas.
No se descarta una cascada de denuncias de decenas de víctimas del espionaje que se mantuvo durante meses.
Fue esta misma semana cuando elementos militares localizaron el segundo centros de espionaje y el más activo, en la calle privada Venezuela número 6, fraccionamiento Américas, ubicado por el bulevar Colosio, rumbo al aeropuerto de Cancún.
Previamente se había asegurado el departamento 401 de los Condominios Xcaret de la supermanzana 20. Ahí fue detenido Juan Ramírez, de 40 años y técnico en comunicación digital, y entregado a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) para ser interrogado; el lugar quedó bajo control de elementos de la PGR.
En el lugar había máquinas de scanner para teléfonos celulares y fijos, micrograbadoras, pantallas de sonido digital, digitalizadores y tecnología de espionaje y radiocomunicación. Así se indica en la consignación penal de Ramírez, en la PGR.
En el cateo, oficiales de Inteligencia Militar encontraron diagramas y gráficas de estructuras de seguimiento y espionaje; en cada perfil hay fotos de los sujetos a vigilar, domicilios, oficinas, teléfonos y horarios, señala el informe.
Además, los archivos incluyen sitios de reunión, restaurantes, cafés, rutinas cotidianas, aficiones y gustos propios y de familias, hijos, cónyuges, amigos. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)