CANCÚN, MX.- Mientras el gobierno y los hoteleros aún no logran ponerse de acuerdo para reunirse y definir los plazos, los dineros y las formas para emprender el proyecto de mantenimiento de las playas recuperadas de Cancún y la Riviera Maya, la cadena Real Resorts, del polémico empresario Fernando García Zalvidea, volvió a anticiparse y presentó ante la Semarnat su propio proyecto de mantenimiento para evitar que el oleaje se vuelva a llevar la arena, al menos la arena de su hotel.
La Manifestación de Impacto Ambiental fue presentada apenas el pasado 15 de abril ante la Semarnat con el tpitulo “Mantenimiento Amigable de arenas vertidas frente a las nuevas playas recuperadas de los hoteles Flamingo, Gran Caribe Real y The Royal Cancún, mediante el anclado de módulos de presión estabilizadora”.
En el documento, se especifica que el ancho de la playa en esta sección después del proyecto de restauración y recuperación de playas realizado por el gobierno federal corresponde a 70 metros en promedio, generando un área total de 35 mil metros cuadrados.
Como el proyecto de rescate preve un retroceso en la línea de costa de alrededor de 30 metros, lo cual ha sido vislumbrado como un proceso de estabilización de la línea de costa, se espera que ésta quedé con un ancho de 40 metros de manera permanente.
“Esto significa que los módulos de presión estabilizadora serán anclados a partir de los límites de los hoteles hacia la playa, abarcando una distancia de 40 metros y quedando sólo anclados en la parte seca de la playa, la última línea de tubos que se anclará estará sobre la línea de la marea más alta, generándose una superficie de anclado de 20 mil metros cuadrados.
Según la información presentada, la inversión requerida para el anclado y mantenimiento de los módulos de presión estabilizadora en los frentes de playa de los tres hoteles equivalen a una renta anual de 34 mil 500 dólares.
El proyecto, además, no supone ningún impacto al medio ambiente puesto que se realizaría sobre el tramo de playa recientemente rellenada, donde no hay vida.
La explicación técnica
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental, el proyecto consiste en el anclado de varios tubos de PVC acomodados verticalmente, con un diámetro de 2.5 pulgadas, y cuya longitud será variable dependiendo del grosor de arena que presenten las playas entre la superficie de la playa y la roca.
Los tubos cuentan con tapas en ambos extremos, una en la base y otra en la parte superior. El centro de las tapas presenta un orificio el cual está cubierto con una pequeña malla que funciona como filtro, la cual ayuda a abosorber y transportar a un nivel inferior y expeler el agua que es captada por efecto del oleje, evitando que el agua quede más tiempo en la superficie, y genere que la arena quede en suspensión siendo arrastrada mar adentro y fuera de la superficie de la playa.
Los módulos de presión estabilizadora se encuentran ranurados tanto en la parte superior como en la parte inferior de cada una de las piezas (módulos), y por estas ranuras es por donde el agua es captada y desalojada posteriormente.
El agua –se explica– puede ser captada en ambas direcciones por la parte superficial del módulo, así como por la parte inferior del mismo, lo cual dependerá de por donde llegue el abastecimiento de agua, si es por el oleaje o si es por la tabla de agua de las mareas (nivel freático).
El principio de funcionamiento en que se basan consiste en desalojar el volumen de agua proveniente del mar por efecto del oleaje o del subsuelo y drenarlo a una mayor velocidad por la parte central de los tubos, permitiendo que los sedimentos (arena) no se pongan en suspensión y se depositen con mayor rapidez, evitando de esta manera que la arena sea transportada por efecto del agua a otros lugares.
El promovente explica que esta tecnología, generada por el Skagen Inovation Center, localizado en Dinamarca, está probada en Suecia, Australia, Ghana, Malasia y también Dinamarca.
La Semarnat tiene hasta el próximo 9 de julio para dar a conocer un resolutivo sobre este proyecto. (Noticaribe)