CANCÚN, MX.- Esta misma semana podrían comenzar a darse a conocer públicamente algunos de los resultados de las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) referente a la red de espionaje de Cancún que encabezaba el teniente de navío José Manuel Vera Salinas presuntamente al servicio de Gregorio Sánchez Martínez, hoy candidato oficial por el PRD-PT y Convergencia a la gubernatura del Estado.


Luego del cateo efectuado primeramente por el Ejército Mexicano y posteriormente por parte del Ministerio Público Federal en la casa del fraccionamiento Arboledas en la Supermanzana 500, que era donde vivía José Manuel Vera Salinas, las autoridades federales han encontrado más evidencias que comprueban de la existencia y de la operatividad de la red de espionaje en Cancún.
En ese sentido, la información incautada en dicha vivienda, coincide con la del departamento de los condominios Xcaret en la Supermanzana 20 y de la casa de Residencial Las Américas donde fue detenido Juan Ramírez Ramírez, a quien se le conoce como “el cerebro de todas las operaciones”.
Fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR) revelaron que el trabajo de investigación se está realizando a fondo para esclarecer este grave delito, sobre todo, porque se han encontrado llamadas entre altos funcionarios, tanto municipales como estatales y federales, y muchas de ellas, hablando de temas tan importantes como son estrategias de seguridad.
Las fuentes de PGR, reconocieron el trabajo periodístico de los medios de comunicación, pero en especial el que ha realizado el equipo de POR ESTO! de Quintana Roo, ya que muchas de las evidencias que se han publicado, les han servido para poder dar el siguiente paso en torno a la investigación, tal es el caso de la ubicación de la casa donde vivía José Manuel Vera Salinas en el fraccionamiento Arboledas, la cual “estábamos en proceso de localización de la vivienda y ustedes la encontraron primero”, señalaron.
De esta forma, es evidente el hecho de que la delegación de la PGR, ha tomado muy en serio esta investigación y se encuentra abarcando todos los espacios necesarios donde se pueda obtener información y parte de esto, forma parte importante la declaración que ya han hecho algunas personas que trabajan en el ayuntamiento de Benito Juárez y que fueron requeridas para dicho fin.
Entre todo esto, se dio a conocer que esta misma semana, se podría comenzar a dar a conocer parte de la investigación referente a la red de espionaje de Cancún, pues se aclaró que esto forma parte importante para las próximas elecciones estatales e incluso, los resultados de la misma indagación serían determinantes para conocer el futuro político de Quintana Roo. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

Presentan testimonio anónimo de presunta testigo de espionaje

Pruebas contundentes del espionaje, así lo refleja la declaración de una mujer policía comisionada al centro de espionaje que fue habilitado por José Manuel Vera Salinas y que operaba Juan Ramírez actualmente bajo proceso penal federal, y en la que acudió Gregorio Sánchez Martínez cuando fue instalada.
Directa y segura de la labor que realizó, describe y desglosa la manera en la que arrancó la red de espionaje que diseñó Vera Salinas, quien se encargó de supervisar personalmente las acciones de la vivienda ubicada en la región 98 en el fraccionamiento Akimpech.
Ahí se frecuentaba Vera Salinas, con Juan Ramírez que trabajaba en la captura y diagramación de la información (sábanas de llamadas telefónicas intervenidas) y que fue observada por las mujeres policías que ahí estuvieron comisionadas. En ese momento que lo descubrieron no sabían de lo que se trataba, hasta ahora que el Ejército aseguró la red de espionaje y salió a la luz pública.
Bajo la condición del anonimato, debido a los riesgos que enfrenta por la delicada situación que enmarca la investigación federal de la red de espionaje, accede a revelar la labor que desarrolló.
“Yo estaba trabajando en otra área de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, cuando me llaman y me dicen te llegó un oficio de cambio de área, con fecha del 12 de mayo del 2008 y con ello me mandaron de la corporación policiaca a disposición del señor José Manuel Vera Salinas”.
Me mandaron al domicilio ubicado en la Región 98, del fraccionamiento Akimpech, sobre la avenida Chichén Itzá, esquina con calles Sabancuy y Aguada.
“Me tuvieron todo un día ahí, haciendo muy poco. Fue cuando también llegó Juan Ramírez, quien habitaba en ese domicilio”.
Y luego, llegó el señor José Manuel Vera Salinas, un tipo muy serio, quien primero me preguntó mi situación familiar y le dije soy madre soltera con dos hijos. Me cuestionó si tengo marido, le dije que no y preguntó por qué no tienes marido, le dije el padre de mis hijos no vivía conmigo. Es así que nos esculcaba en nuestra vida privada”.
“Junto conmigo estuvo comisionada otra compañera, a quien le cuestionaron igual que a mi”.
Tranquila, pero con preocupación por los sucesos que se han registrado en torno al aseguramiento de las casas de la red de espionaje, realizado por el Ejército, accede a describir lo que hizo.
“La vivienda está ubicada, sobre la avenida Chichén Itzá, en el fraccionamiento Akimpech. Cuando llegué había otras dos compañeras ahí, que estaban limpiando la casa.
A mi indicaron que hiciera lo mismo, y yo muy enojada le comenté que yo no vengo a hacer labores de limpieza, porque a mi me mandaron de secretaria. Sin embargo, nos ordenaron por Juan Ramírez que lo hagamos. Nuestro horario era flexible, de nueve a dos o tres de la tarde, según como estuviera el día”.
“Pero las condiciones que nos impusieron para trabajar ahí eran directas, porque nos obligaron a aceptar prohibiciones, es decir que no habláramos con nadie sobre lo que hacíamos. A nadie de nuestra familia y pos ningún motivo decirles en donde trabajamos. Tampoco nadie podía llevarnos a las puertas del domicilio”.
“A cambio podíamos presentarnos sin uniforme y vestir como quisiéramos”.
“Comenzamos a acudir con esas condiciones al domicilio y a la segunda semana llegó el presidente municipal Gregorio Sánchez Martínez”.
El ingresó a la casa, observó las condiciones y ordenó que todo estuviera limpio y en orden. Y luego se retiró.
Juan Ramírez, quien estaba a cargo de la vivienda y trabajando con un equipo de computación (donde se hacían las configuraciones de las sábanas de información) escuchó las indicaciones y a los pocos días llegó personal del ayuntamiento para acelerar los trabajos de limpieza”.
“De nuevo cuando todo comenzó a operar, nos dijeron, no queremos que nadie se entere que ustedes están aquí, ni sus familiares, ni su esposo, quien les pregunte díganle que están comisionadas en el palacio municipal”.
Y nos advirtieron de nuevo “cuidadito, no quiero ver que venga su esposo o pareja a dejarles aquí en la esquina o aquí en la puerta de la casa. Y es que por ningún motivo querían que nuestros familiares o algún taxi que ocupáramos, nos bajara en la puerta de la casa. Todo esto lo precisó el señor Juan Ramírez”.
Resaltó que “este señor, era el único que vivía ahí, estaba mucho más tiempo ahí”.
Dijo que “cuando llegábamos a la casa Juan Ramírez siempre estaba en su recámara trabajando con su equipo de computación y varios aparatos conectados con cables, desconozco el tipo de aparatos, pero manejaba carpetas y folders con información que le entregaba a José Manuel Vera Salinas”.
“Nuestra labor junto con mis compañeras fue para ingresar en computadoras el número telefónico de muchos nombres. Y para ello nos daban el directorio que da Telmex y una relación de todos los nombres que se iban a ingresar”.
“Todo debía ser rápido sin dejar nada pendiente. De hecho llegó un día el señor José Manuel Vera Salinas y observó cuando mi compañera que le ayudaba también como secretaria da Juan Ramírez, estaba capturando varios número telefónicos.
Así transcurrían los días y siempre que acudía Vera Salinas, sólo hablaba y se reunía con Juan Ramírez sin explicar nada, y a nosotros sólo nos daban órdenes”.
Indicó que para ello, “ya lo tenían todo diseñado y nos decían como trabajar con una relación de nombres y teléfonos. Cuando terminábamos de capturar los nombres, le entregábamos a Juan Ramírez toda la información.
Y aunque no decían nada, descubrimos que Juan Ramírez se mantenía ocupado en configurar, nombres y datos los número telefónicos, tal y como se ha publicado en los periódicos, es decir los diagramas, él se dedicaba a hacer eso”.
La mujer se concentra y señala que “Juan Ramírez trabajaba en una computadora, y un aparato grande que no sé como se llama, pero tenía un equipo que el señor lo adoraba, lo cuidaba, no sé que era, era como un CPU, (gabinete de computadora) conectado a varios cables y junto a ello una impresora”.
Señaló que “así se la pasaba, y aparte de su computadora, tenía otra pantalla conectada a sus equipos”.
Dijo que “Juan Ramírez estaba de frente a nosotros, pero para que no pudiéramos ver lo que hacía, nuestros escritorios siempre estaban de espaldas”.
“Y en una ocasión que Juan Ramírez salió de la vivienda, porque dijo que se fue al palacio municipal, ese día por curiosidad mi compañera me dijo ven, vamos a ver lo que está haciendo Juan Ramírez. Fue entonces que tecleamos por curiosidad y colocamos nuestros nombres. Y al ingresarlos, de inmediato aparecieron en la pantalla todos nuestros datos, números telefónicos, domicilios y las direcciones de nuestros familiares..!
Quedamos sorprendidas y salió donde vivía, donde trabajaba anteriormente y todo mi currículum, así como en donde estuve antes; y nuestros datos en general.
Ahí nos dimos cuenta cómo estaban armando, los diagramas ‘sábanas’ de información”.
Abundó que “cuando pusimos el nombre de mi compañera, luego puse el del papá de mi hijo y vi cómo iba saliendo todo, luego me puse otra vez yo y hasta la casa de mi mamá salió, todo mi historial. Tenían así como cadenitas (enlaces) de la información.
Esa era la máquina de Juan Ramírez y lo que hacía cuando trabajada. Y en donde no dejaba que nos acercáramos”.
“Así tras esa sorpresa, pues no sabíamos para qué le servía, hasta que ahora nos enteramos de todo lo que significa y todas las llamadas, números teléfonos, domicilios y nombres de las personas que nos daban para capturar todos los días”.
“Incluso en ocasiones me daban relación de nombres de personas para ubicarlos de forma específica”.
Y explicó: que “me decían este va a ser tu trabajo de hoy, necesito que hables aquí, y ya me tenían los nombres. Me dieron una lista como de nueve personas. Y me dijeron vas a marcar y tienes que decir hablo de una empresa o agencia de autos, y les inventas que a la personas que buscas, les va a llegar una invitación a su nombre y que sólo quieres que te den sus datos correctos”.
De esta forma, se muestra otra evidencia más que prueba la labor de espionaje que realizaba José Manuel Vera Salinas y su operador directo Juan Ramírez. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

Comentarios en Facebook