CANCÚN, MX.- Los 18 escoltas del presidente con licencia Gregorio Sánchez Martínez hoy preso por vínculos con la delincuencia organizada, fueron desarmados este viernes por instrucciones del secretario de Seguridad Pública municipal Urbano Pérez Bañuelos.
Además de haber entregado sus armas, todos recibieron la orden de reincorporarse a sus puestos originales a partir del día de hoy.
Desde la mañana del día de ayer, comenzaron a llegar al área de armería de la policía municipal, los elementos que estaban asignados como escoltas del presidente con licencia Gregorio Sánchez Martínez.
Su presencia obedecía a la orden girada por el general Urbano Pérez Bañuelos, para que entregaran sus armas largas tipo AR-15 que tenían bajo resguardo.
Alrededor de las 20:00 horas, todos habían entregado ya sus armas, incluyendo también las armas cortas calibre 9 milímetros.
De igual forma, ayer los escoltas fueron notificados que tenían que reincorporarse a partir de hoy a sus puestos dentro de la corporación.
Entre los escoltas de Sánchez Martínez hay elementos que pertenecen a la Policía Preventiva y a Tránsito municipal y todos perciben un salario base de más de nueve mil pesos mensuales, sumado a una compensación que oscila entre los 10 y los 15 mil pesos, dependiendo el grado que ostentaban al interior del equipo de seguridad de Sánchez Martínez.
De no reincorporarse a las filas a las que originalmente pertenecen, los elementos fueron advertidos que serían dados de baja.
Dichas órdenes no están siendo del agrado de los 18 elementos asignados como escoltas de Sánchez Martínez, pues serian reinstalados en las diversas áreas y sectores como cualquier otro policía.
Con el rumor de la salida de Urbano Pérez Bañuelos, se habla de una revisión de armamento próximo y por ello, se están recibiendo las armas que estaban asignadas a los escoltas, que junto con las que portan los escoltas del general, son de reciente adquisición.
Y es que el general ordenó que todos sus escoltas recibieran armamento del recién entregado por la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, en tanto que el resto de la tropa continúa usando armamento en mal estado o por demás obsoleto.
Tanto Pérez Bañuelos como Sánchez Martínez, se caracterizaban por tener todo un séquito de escoltas para “proteger” sus vidas, en tanto que la ciudadanía se enfrenta diariamente a la delincuencia común y organizada en las calles de Cancún.
De ser efectiva la salida del general Pérez Bañuelos, entregaría una corporación dividida, con falta de elementos y sin resultados aparentes en el combate a la delincuencia. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)