CANCÚN, MX.- Todas tienen el mismo sello y características: están sucias, tienen pocos muebles y hay comida echada a perder sobre los muebles. Parecen despedir “malas vibras” o energías negativas, y algunas son custodiadas por imágenes de la “Santa Muerte”.
Son las casas de seguridad incautadas en Cancún por autoridades federales o locales, cuyo número crece desde 2004, conforme ocurren con más frecuencia los actos violentos de la delincuencia organizada.
Las autoridades de los tres niveles son reacias para informar sobre su número, pero son muchas y están situadas en diversos puntos de la ciudad, desde la zona más lujosa hasta la más pobre. Algunas tienen sellos de advertencia oficiales, otras no.
La sensación de entrar en una de esas casas, después de saber que ahí ejecutaron a alguna persona o se escondían delincuentes peligrosos, es de temor, miedo o al menos incertidumbre por lo que uno puede encontrar.
Algunos pueden ingresar a ellas después de que los militares o policías han realizado las primeras pesquisas y se han ido. Aún se desconoce por qué las autoridades no les ponen sellos inmediatamente a los inmuebles cateados, sino que se los instalan uno o dos días después de la inspección. Ha habido casos documentados en que gente sospechosa se mete en ellas en ese lapso.
El periodista entra con cautela a una de esas casas, con la cámara fotográfica preparada por lo que pueda encontrar. Todas ellas tienen las citadas características de suciedad, comida podrida y fétidos olores.
Sólo suele haber colchones en el suelo, ropa de los delincuentes que tuvieron que dejar tras salir huyendo, televisores y aires acondicionados encendidos.
Todo está en desorden, los colchones están rotos, los muebles de la sala con las patas arriba, la ropa tirada, todo porque los militares o policías registraron hasta el último rincón en busca de droga o evidencias.
En algunas casas de seguridad se han encontrado imágenes de la “Santa muerte”, a quien se encomiendan los criminales para que las autoridades no los detengan o no les pase nada. Hay desde altares pequeños hasta otros con pósteres de gran tamaño, que infunden miedo.
Una leyendas urbana dice que no debe uno burlarse de esa imagen, “porque puedes agarrar una mala vibra y sufrir las consecuencias”. Por si acaso, el reportero sólo está en la casa el tiempo necesario y sale “para evitar cualquier riesgo”.
Las autoridades no informan de inmediato qué encontraron en la vivienda cateada, lo hacen mucho después mediante boletines que suelen ser escuetos. Por lo general aseguran armas de fuego de diferentes calibres, droga y presunta evidencia diversa.
Desde 2004 empezaron los aseguramientos en Cancún
Los aseguramientos de esos centros de operación de la delincuencia organizada empezaron prácticamente en 204, con el cateo a una casa de seguridad de “Los Zetas”, en Real de Minas, en la Supermanzana 45.
El cateo “no oficial” de agentes de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) a esa vivienda llevó a una masacre posteriormente y dejó al descubierto cuán inmersas estaban las corporaciones policíacas con el narcotráfico.
Por el cateo de esa vivienda fueron ejecutados en un solo día nueve sujetos, entre ellos tres agentes federales. El motivo fue el robo de dos kilos de cocaína.
Las manzanas del primer cuadro de la ciudad, céntricas o en zonas exclusivas han sido lugares predilectos para que el crimen organizado instale sus centros de operación y dirija células de delincuentes dedicados al narcotráfico.
Estas casas han sido escenario de muertes, enfrentamientos y violencia extrema, como la que se vivió en enero de 2008, en un enfrentamiento en un domicilio en la calle Nogal, de la Supermanzana 43, entre integrantes de una célula de “Los Zetas”. El saldo fue dos muertos y dos mujeres heridas.
En otra casa cateada, en la calle Urano, de la Supermanzana 39, se encontró en una de las habitaciones un póster grande de la “Santa muerte”.
En las casas también han sido detenidos jefes de células de los cárteles de la droga. Después del asesinato del general Mauro Enrique Tello Quiñones, el 3 de febrero de 2009, fue detenido en una de Residencial Campestre Octavio Almanza Morales, alias “El Gori 4”, considerado uno de los que ordenó la ejecución del militar.
En febrero de este año militares catearon una casa en la Supermanzana 25, donde fue detenido Daniel Alberto Vargas Loaiza, alías “El Fercho”, uno de los integrantes de “Los Zetas” y sicario del comandante del sector 9 Miguel Ángel Puch de la Cruz, “Comandante Puch”, quien luego fue acribillado y muerto en su propia vivienda.
Muchos de los inmuebles asegurados aún continúan con los sellos oficiales, otros lucen abandonados y algunos ya tienen letreros de “se renta”. Pero nadie los quiere, por los sucesos violentos que ahí sucedieron y las “malas vibras” que les quedaron. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)