CANCÚN, MX.- Terrorífico, pues con total saña y sin escrúpulos, los nueves sicarios integrantes del grupo de “Los Zetas” detenidos el pasado martes, ejecutaron a sus víctimas que previamente “levantaron” bajo las órdenes de Alejandro Valdez Gutiérrez y/o Arturo Pérez Sánchez (a) “Comandante Pelón”.
CANCÚN, MX.- Hasta el momento sólo dos de los doce cuerpos encontrados el pasado viernes en cuatro “narcofosas”, ubicadas en las Regiones 317 y 258, han sido identificados por sus familiares, se trata de un hombre de 43 años de edad y su hija de 17 años, ambos originarios del Estado de Guerrero y “levantados” por “Los Zetas” el pasado mes de mayo en la colonia Valle Verde.
Se trata de Abdón Pérez Peña, de 43 años y su hija Lynn Andrea Pérez García, de 17, ambos con domicilio en la Región 95.
Al respecto, el subprocurador de Justicia Rodolfo García Pliego no confirmó esta versión, pero aseguró que entre las víctimas se encuentran dos mujeres.
Se maneja también la versión de que un cuerpo más podría pertenecer al del arquitecto Raúl Israel López Chávez, cuya desaparición fue reportada por su esposa Míriam García González, el pasado cinco de junio. Lo anterior consta en la denuncia correspondiente, en la cual la agraviada explicó que recibió varias llamadas telefónicas en las cuales le exigían la cantidad de un millón de pesos a cambio de la vida de su esposo. Este pago nunca se llevó a cabo.
De igual manera, se dio a conocer quede acuerdo a los resultados de las necropsias correspondientes, seis de las víctimas murieron estranguladas, uno fue decapitado y cinco murieron a causa de lesiones provocadas con arma blanca en el costado izquierdo del pecho, a la altura del corazón.
También reveló que el cuerpo con mayor tiempo de muerto habría sido asesinado hace un mes y el más reciente hace seis o siete días, según los estudios periciales, en cuanto a las edades se sabe que el cadáver de menor edad era de entre 14 y 17 años de edad y el mayor entre 40 y 45 años.
El funcionario estatal explicó que la investigación continúa abierta y hasta el momento cuentan con información sobre el tiempo que llevaban operando en esta ciudad los ahora detenidos.
“El primer grupo más o menos se calcula un tiempo aproximado desde seis meses que operan y de este segundo grupo que llamó mucho la atención hay dos probables responsables que viven en la ciudad desde hace mucho tiempo, uno que fue un servidor público y los otros refieren tener una semana, otros treinta días, pero más o menos le estamos calculando que esta célula tiene la misma antigüedad y que son del mismo grupo”, dijo el funcionario.
García Pliego mencionó también que es muy probable que la ejecución de los últimos cuerpos se haya ordenado después del enfrentamiento entre sicarios y agentes judiciales, en el cual perdió la vida el elemento Tomás Sánchez May, esto en el estacionamiento de la Gran Plaza, el pasado ocho de junio.
Finalmente, el subprocurador de Justicia señaló que durante sus declaraciones ministeriales los ahora detenidos han mencionado otros apodos de personas que hasta el momento no han sido detenidas, motivo por el cual, dijo, se cree que exista un grupo más, pendiente por ser detenido. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
Lo anterior quedó asentado en las declaraciones ministeriales de los ahora detenidos, las cuales les fueron leídas la mañana de este sábado en las rejillas de prácticas del juzgado primero de lo penal.
Al término de la diligencia, los nueve detenidos solicitaron la ampliación del término correspondiente y decidieron no ratificar su declaración, en el caso de Sandra Jazmín Córdova Buenfil (a) “La Brisa o La Flaca”, el juez correspondiente no solicitó su declaración por ser menor de edad.
Los sicarios al servicio de “Los Zetas” a quienes les leyeron su declaración son: José Daniel Rivera García (a) “Zafiro”, ex policía municipal, originario del estado de Tlaxcala; Iván Argüelles Montes (a) “El Ivancillo”; René López González (a) “Federico Tiul Kaal”, de origen guatemalteco y al parecer ex kaibil; Marco Antonio Galván Gómez o Juan Antonio Galván Gómez (a) “El Camaleón”, originario de Reynosa Tamaulipas; Ismael Torillo Pérez (a) “El Chilango”; Javier Nicolás Ortiz Miranda (a) “El Javi”, también de Tamaulipas; Erick Antonio Moscoso Ferral (a) “El Negro” originario de Veracruz; José Arturo Hernández Sala y Sandra Jazmín Córdova Buenfil (a) “La Brisa o La Flaca”.
Diferentes fueron las versiones de cada uno de los detenidos, sin embargo, todos coincidieron en señalar como jefe de la célula delictiva a “El Comandante Pelón”, el cual se encargaba de ordenar los secuestros y “levantones”, así como las decapitaciones.
La diligencia dio inicio en punto de las nueve de la mañana, luego de que el personal del juzgado primero de lo penal, leyera la causa penal número 243/2010, misma que señala a los nueve detenidos como presuntos responsable de secuestro, privación ilegal de la libertad y asociación delictuosa, esto en agravio de 24 personas cuyos cuerpos fueron encontrados asfixiados y torturados en diferentes “narcofosas” y algunos otros decapitados.
En este expediente se encuentra la denuncia interpuesta por la señora Míriam García González, quien denunció el secuestro de su esposo, el arquitecto Raúl Israel López Chávez, y por quien exigían la cantidad de un millón de pesos.
Desafortunadamente, se cree que esta persona pueda ser una de las doce víctimas encontradas en las “narcofosas”.
Dentro de las declaraciones más significativas por su alto contenido de información en torno a la célula delictiva, resalta la del ex policía preventivo Daniel Rivera García (a) “Zafiro”, quien confesó haber participado en la mayoría de las ejecuciones, además dentro de su misma declaración, señaló a un agente de la policía municipal conocido con el alias de “La Rubia” como el encargado de filtrar información a los “Zetas”, sobre las actividades del personal de Seguridad Pública.
Rivera García mencionó también que la mayoría de los asesinatos se registraron en la casa de seguridad del fraccionamiento Las Américas y en el inmueble ubicado en la Región 103.
Explicó que en esta última casa observó cuando uno de los sicarios conocido como “El Jairo”, violaba en repetidas ocasiones a la joven de 17 años de edad, quien fue “levantada” junto con su padre, esto cuando supuestamente la bañaba.
Atroces declaraciones
En el inicio de la diligencia, el primero de los sicarios en ser llamado a la rejilla de prácticas para escuchar su declaración, fue Marco Antonio o Juan Antonio Galván Gómez (a) “El Camaleón”, con cargo de “Halcón” dentro de la célula.
Galván Gómez mencionó en una parte de su declaración que en una de las ejecuciones que llevaron a cabo sus cómplices, el “Comandante Pelón” le ordenó que le sacara el corazón al cuerpo decapitado del ex policía municipal conocido como “Canino” y después lo mordiera, esto para lograr que lo ascendieran al puesto de “operativo”.
Explicó que hace aproximadamente un mes antes de que llegara a Cancún, iba a ser ejecutado en el Estado de Tamaulipas, de donde es originario, por integrantes del Cártel del Golfo, sin embargo, conoció a un amigo y éste lo defendió, a cambio decidió integrarse a los “Zetas” y fue enviado a esta plaza para ponerse bajo las órdenes del “Comandante Pelón”, el cual inmediatamente le ordenó que permaneciera a las afueras de la Guarnición Militar, para vigilar las acciones de los militares, acción que durante algunos días llevó a cabo haciéndose pasar por barrendero.
Confesó también, haber visto la forma en la que fueron decapitados vivos las personas que ahora sabe eran “La Berenice” y el ex policía “Canino”, así como “El Chilango”, de los cuales escuchó vendían drogas en la zona hotelera, para el grupo de los “Pelones”.
Al concluir esta declaración, fueron llamados respectivamente los demás presuntos sicarios, Eric Antonio Moscoso Ferral, Iván Arguelles Montes (a) “El Ivancillo”, José Daniel Rivera García (a) “EL Zafiro”, quien hasta hace unos días era efectivo de la Policía Municipal Preventiva, Javier Nicolás Ortiz Miranda (a) “El Javi”, René López González o Federico Tiul Kaal (a) “El Guatemalteco” o “Kaibil”, José Arturo Hernández e Ismael Torillo Pérez (a) “El Chilango” y Sandra Jazmín Córdoba Buenfil.
En el caso de esta última mujer, no le fue solicitada su declaración debido a que se comprobó es menor de edad, razón por la cual el juez en turno se declaró incompetente.
“Comandante Pelón” jefe de la célula
Cabe mencionar, que en todas las declaraciones los ahora detenidos coincidieron en señalar como su jefe inmediato y a quien le tenían que reportar cualquier actividad, a Alejandro Valdez Gutiérrez y/o Arturo Pérez Sánchez (a) “Comandante Pelón”, de quien mencionaron también era el actual jefe de la plaza de los “Zetas” en Cancún, mismo que les pagaba de cuatro a cinco mil pesos a los “Halcones” o “Postes” y de 10 a 15 mil pesos a los sicarios operativos, encargados de los levantones, además de bonos mensuales y horas extras.
Asimismo, señalaron como parte del grupo de “operativos” (encargados de secuestrar, levantar y ejecutar) a sujetos con los apodos de “El Memín” y “El Mayuyo” y “El Jairo”, actualmente prófugos de la justicia.
Finalmente, al concluir esta primera diligencia en el juzgado penal, los nueve detenidos solicitaron la ampliación del término correspondiente y será hasta el próximo viernes cuando el juez en turno dicte el auto de formal prisión o libertad. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
CANCUN, Q.Roo.- “Mientras ‘El Jairo’ y ‘El Mayuyu’ sujetaban a la’Berenice’, el ‘Memín’ con un cuchillo le cortaba la cabeza, estaba aún vivo cuando lo decapitaron”, dice en una parte la declaración ministerial de uno de los nueve sicarios detenidos la semana pasada en Tierra Maya.
En la diligencia, que se realizó en el Juzgado Primero Penal, se reveló que una mujer policía a la que le apodan “La Rubia” era el enlace directo con el “Comandante Pelón”, el jefe de la plaza de Los Zetas.
La diligencia en el juzgado en torno al proceso penal marcado con el número 243/2010 empezó poco antes de las 9 de la mañana, con la comparecencia de Marco Antonio Galván Gómez alías “El Camaleón”, uno de los sicarios de Los Zetas.
Es originario de Santa Catalina, Nuevo León, donde trabajó para la misma organización delictiva en labores de extorsión y secuestro contra los cárteles de Los Pelones, de Beltrán Leyva y La Familia.
Inicialmente trabajaba para otra organización y fue levantado por Los Zetas, que estuvieron a punto de matarlo pero le perdonaron la vida porque conocía a Ramiro Sánchez “El Travieso”, uno de los miembros de ese grupo delictivo.
Le asignaron el trabajo de “halcón” (observador) y lo mandaron a Cancún a desempeñar ese puesto dentro de la organización. Se puso a las ordenes del “Comandante Pelón”, con la función de informarle, por lo cual le pagarían tres mil 500 pesos quincenales.
El 5 de marzo llegó a esta ciudad en autobús, y lo fue a recoger María Magdalena Marín Flores “La Gorda”, detenida con el primer grupo delictivo en la clínica Santa Elena. Lo llevó a una casa de seguridad en la Región 92, donde conoció al “Comandante Vaquero”, “El Garobo”, “El Greñas” y “El Cínico”, todos los cuales se dedicaban a secuestrar a personas, por las cuales pedía un millón de pesos o más.
“El Camaleón” fue asignado a vigilar las instalaciones del 64o. Batallón de Infantería, localizado en la avenida López Portillo.
Permanecía de 8 de la mañana a 8 de la noche. Para no generar sospechas compró una escoba y se ponía a barrer toda la calle.
Cuando salían en convoy los militares, de inmediato le avisaba al “Comandante Pelón”.
En la casa de la seguridad de Residencial Las Américas conoció a “El Pando”, “El Mayuyu”, “La Abuela”, “Zafiro”, “El Paleta”, “El Marmota”, “El Dedos”, “El Checo”, “El Negro” (comandante de Playa del Carmen), “Javi” (halcón de Pot Ta Pok), “Jairo” y “El Zurdo”.
En el homicidio del agente judicial Felipe Trinidad Cocom Puc recibió instrucciones para trasladarse a la López Portillo, en la gasolinera de la Supermanzana 58, ya que iban a ejecutar a “El Charly”, que era miembro de “Los Pelones”.
De un vehículo gris bajaron el “Comandante Pelón”, “Marmota”, “Pando” y “Mayuyu”, quienes con armas AR-15 le dispararon al vehículo rojo que estaba cargando gasolina.
Al día siguiente por el periódico se dieron cuenta que se habían equivocado, que no había asesinado a “El Charly”, sino a un agente de la Policía Judicial.
Le echaron la culpa al “Camaleón”, a quien le propinaron dos “zapes” en la cabeza: “Esto ya se hizo mier… ahora nos van a buscar con ganas los judiciales”, dijo el “Comandante Pelón.
Los sicarios hacen referencia a la narcobodega de la Región 233, donde fueron asesinados las tres personas cuyos cuerpos fueron encontrados el 5 de mayo en la narcofosa de la Región 246, donde la ejidataria de Chiquilá logró sobrevivir.
Los tres ejecutados los identificaron con los apodos de “El Zaico”, “El Pelón” y “El Jarocho”, quienes pertenecían a “Los Pelones”.
En la casa de seguridad de Residencial Las Américas fue donde decapitaron a “El Chilango” y la “Berenice”, porque vendían droga para “los Pelones”.
Narran en sus declaraciones cómo “El Memín” le corta la cabeza a “Berenice”, aún estando vivo, mientras otros dos lo sujetan para que no se mueva. El sicario le sacó después el corazón y se lo volvió a colocar.
Al día siguiente de que tiraron los cuerpos en las Regiones 215 y 225 levantaron a “El Lobo”, ex policía preventivo que estuvo asignado al área canina. A éste lo ejecutaron porque los traicionó, pues recibía dinero de “Los Pelones”.
También narran cómo mataron, en la casa de Residencial Las Américas, a las seis personas cuyos cadáveres fueron encontrados en un cenote de “El Roble”. También a éstas les sacaron el corazón y se los volvieron a poner.
Detallan igualmente cómo asesinaron en la casa de seguridad de la Región 103 a la jovencita de 17 años, a su papá, el dueño de un restaurante cercano al Parque de las Palapas y un arquitecto.
Pedían un millón de pesos por cada uno de éstos últimos.
A la menor “El Jairo” la violó todos los días que estuvo en cautiverio, hasta que les dieron la orden de ejecutarla. A su papá le clavaron un cuchillo en el corazón y como no moría lo remataron enterrándoselo más, hasta el fondo.
El ex policía preventivo José Daniel Rivera García, alías “Zafiro”, dijo que cuando se dio de baja de la corporación policíaca una mujer policía que conoce como “La Rubia” fue la que lo contactó para trabajar con el “Comandante Pelón”.
Dijo que ésta tenía contacto directo con el jefe de la plaza de Los Zetas, y que él presenció y participó en la ejecución de seis sujetos. También participo en el “levantón” de dos mujeres en “El Kiwi” y otras dos personas, entre ellas una menor y su papá.
No se le tomó la declaración a Sandra Jazmín Córdoba Buenfil, alías “Brisa”, porque es menor de edad y será trasladada en los próximos días al Centro de Internamiento para Menores.
La mayoría de los detenidos no ratificó su declaración ministerial, se reservaron el derecho a declarar y el abogado de oficio solicitó la ampliación del término de ley, así que será hasta el próximo viernes cuando el juez les dicte auto de formal prisión o de libertad. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)