TULUM, MX.- Tras el supuesto asalto a la gasolinera Zamná, resultó que al parecer fueron familiares del gerente que se robaron alrededor de 15 mil pesos, pero en busca de culpables el administrador junto con judiciales privaron de su libertad de manera ilegal a dos empleados, a quienes encerraron en un calabozo, además que los torturaron les metieron bolsas negras en sus cabezas, para luego ponerles las caras en una taza del baño, los hechos ya están denunciados ante el Ministerio Público.
Los delitos de privación ilegal de la libertad, tortura, abuso de poder y aprovechamiento ilícito de la función pública en agravio de Manuel Hau May y Juan Zelaya Sánchez, y contra del gerente de la estación de gasolina Zamná, Ángel Padilla, y tres judiciales plenamente identificados ya están radicados en el Ministerio Público de Tulum, con número de averiguación previa 449/2010.
Los despachadores de combustible de nombres Manuel Hau May y Juan Zelaya Sánchez, de 35 y 38 años, originario de Valladolid, Yucatán, y de Villahermosa Tabasco, respectivamente, denunciaron ante el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) que luego de ser detenidos la tarde del pasado miércoles por un presunto robo a las bóvedas de la estación de gasolina y se les acusaba de haber sustraído la cantidad de 13 mil pesos, sin que nunca hayan tenido acceso a ese sitio, ya que es controlado herméticamente, fueron torturados por tres judiciales en la cárcel.
“Primero, por la mañana el gerente de la gasolinera Zamná, Ángel Padilla, nos llamó luego que entregamos el turno, para decirnos que le devolvamos el dinero que durante la noche habíamos robado, le dijimos que no sabíamos nada, nos encerró en un cuarto oscuro y ahí nos mantuvo hasta que llegaron tres judiciales, como a las tres horas, quienes también nos dijeron que teníamos que declararnos culpables de ese dinero desaparecido”.
Juan Zelaya Sánchez explicó: “La verdad, como no sabíamos nada de los que nos preguntaban, y mucho menos aceptar un delito que no hemos cometido, nos trajeron hasta la cárcel de la Policía Judicial, y ahí fuimos víctimas de tortura, de los golpes pasaron a colocarnos bolsas de plástico en nuestras cabezas para declararnos culpables del robo, y nos dejaron libres hasta que llegó un familiar y les dijo a los judiciales que de este abuso ya sabían los reporteros y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo (Cdheqroo).
Los agraviados dijeron en su denuncia ante la instancia ministerial, que al parecer fue el propio gerente de la estación de gasolina y sus familiares quienes desaparecieron esos 13 mil pesos, ya que son los únicos que tienen llave para el acceso a la bóveda, hechos en el que el pasado miércoles trascendió como un violento asalto y que tanto la judicial como la gerencia de la estación de gasolina negaron rotundamente. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)