CANCÚN, MX.- Por encima de la cúpula priista local figura Carlos Sobrino Sierra, como el principal responsable del saqueo cometido durante la campaña electoral en donde el presupuesto, los apoyos y la entrega de beneficios a los promotores y activistas, no se cumplió y de ahí la consecuencia de la gran derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Benito Juárez.
CANCÚN, MX.- La derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en cinco de los nueve municipios del estado, se debió a la traición de los mismos militantes y a la falta de liderazgo de las estructuras del tricolor en esas localidades, al no saber convencer a la ciudadanía que desde la convocatoria no estuvieron de acuerdo con la elección de los candidatos a presidentes municipales, pero sí de los diputados electos que aventajaron por mucho a sus contrincantes, reconoció el ex presidente del Partido, Sergio de la Cruz Osorno.
El también ex-presidente del municipio de José María Morelos, lamentó la derrota sufrida en esa demarcación municipal que desde su creación a gobernado el tricolor, al igual que Lázaro Cárdenas y que ahora le fue entregado a la aposición, pronunciándose a favor de que en breve se extirpen los” órganos” que ya no son útiles al partido.
En entrevista, el también ex precandidato del PRI a la gubernatura, señaló que no todos sus correligionarios entendieron el llamado de lealtad, porque algunos prefirieron jalar para el grupo que pertenecían y “con coraje vemos que a la hora de las votaciones se define esa traición”, señaló.
Reconoció que luego del descontento que privó en el partido por parte de los que no resultaron candidatos, se hizo todo para restaurar la unidad del partido, pero no resultó pues a la hora importante, por una maniobra de voto cruzado, le va mal al partido en algunas demarcaciones.
“Los culpables ahí están, están adentro del partido, realmente la oposición hizo su trabajo, su esfuerzo, hubo deslealtades y traidores en el PRI y la prueba es que en el caso de la gubernatura no hubo pleitos al interior y ganamos de manera contundente”, señaló el también ex oficial Mayor del Congreso local.
Reiteró que las traiciones al interior del partido y el voto cruzado fueron el enemigo número uno en esta pasada elección, por lo que ahora, dijo, se debe hacer un análisis que nos permita limpiar el partido de la gente que siempre actúa por conveniencia y no por convicción. (Fuente: diario Quequi)
En la pirámide del saqueo que encabeza Sobrino Sierra, le siguen los “operadores locales” que se beneficiaron al igual en donde la apatía, la soberbia y la indiferencia a la base priista se multiplicó una y otra vez.
Julio Durán Rueda, sostenía que ya se había ganado por “default”. Víctor Viveros Salazar desdeñaba a la oposición. Raymundo King gastaba dinero de las nóminas seccionales a placer. Susana Hurtado descansaba y pedía ser no molestada a más de que se tratara de algo considerable. Nicolás Castillo Cevallos afirmaba en el sindicato de Taxistas que no había de que “preocuparse”. Elizabeth López Melo fingía trabajar con líderes de colonias cuando en realidad velaba por sus intereses personales.
Estos fueron los principales operadores políticos del PRI en Cancún, quienes han sido responsabilizados de la derrota del tricolor en este municipio y en otros más de Quintana Roo.
Su trabajo consistía en operar las elecciones, manejar a las bases y llevar a votar a las seccionales, toda una estructura del PRI. Sin embargo, ninguno de ellos cumplió con su trabajo.
La soberbia fue la que condenó al partido del poder en el gobierno estatal, a caer derrotado de manera contundente y sobre todo histórica, pues los intereses particulares y el desvío de recursos para la campaña priista a mansalva, fueron los dos puntos principales para que el PRI sufriera la peor derrota electoral en 40 años de operación política dentro del estado.
Algunos candidatos, tanto a diputados como a presidentes municipales, observaron el desdén y la desidia de los operadores y por ello crearon estructuras paralelas que al final les sirvió para salir avantes en el proceso electoral.
Los otros, como Guadalupe Novelo Espadas, prefirió ser parte de la comparsa y “dejarse llevar” por la corriente positiva de Roberto Borge, lo cual al final de cuentas no le alcanzó para hacerle frente a Julián Ricalde Magaña.
La extraña caída del sistema de control de Promovidos
Para muchos el sistema de control de Promovidos es algo raro e incomprensible, sin embargo, para la estructura priista este nombre es la parte neurálgica dentro de una operación política electoral.
Para el PRI, el sistema de control de Promovidos es el archivo donde se lleva el orden de los nombres de aquellos líderes, simpatizantes y jefes seccionales considerados dentro de la parte fuera de la estructura (base) del partido.
Es la nómina general de todos los municipios de la operatividad priista y este sistema en mayor medida, era manejada por Raymundo y Omar King, dos jóvenes que se hacen sentir como “los nuevos valores” del priismo en Quintana Roo.
Estos dos “jóvenes” tres días antes del día de las elecciones, dejaron caer “accidentalmente” el sistema y con ello se perdió la base de datos de los promovidos a quienes deberían haber llegado los recursos en especie y económicos para operar dentro de las elecciones.
De manera informal, tanto Raymundo King como Omar King, nunca reportaron la caída y mucho menos la movilización de recursos. Cuando eran cuestionados acerca de esta situación, sólo atinaban a decir la frase que les ha acompañado durante su corta carrera “política”. Ellos decían: “Ya está”.
Sin embargo, nada estaba hecho. Raymundo King sin argumento alguno negaba recursos a los líderes seccionales y a coordinadores de área tanto del PRI como del Verde Ecologista.
Ellos con la gente de abajo decían “no hay, aguanta” y con la gente de arriba solían decir “ya está”, estas palabras eran las que mayor contenido tenían de su discurso político, ya que de ahí en fuera ambos jóvenes están en sus últimos días dentro del priiismo quintanarroense. Es cuestión de tiempo para que los señalamientos de mayor peso lleguen sobre ellos, ya que hay recursos que directamente fueron manejados por los hermanos King y a la fecha no hay reporte de ellos.
Los perdedores de siempre
Al interior del PRI en Cancún, Julio Durán Rueda ya dejó de ser considerado como uno de los “grandes” operadores políticos que tenía el partido. De hecho, se maneja que su intervención dentro del proceso electoral fue para hacer perder a Guadalupe Novelo Espadas, antes que ser alguien de contribución en la clase priista.
A Julio Durán se le conoce como uno de los “operadores” que acostumbra a quedarse con recursos, tal y como lo hace la mayoría que se hacen llamar “líderes” del PRI, tanto en el municipio Benito Juárez como en el estado.
A él se le suman los nombres de Susana Hurtado y de Nicolás Castillo. La primera hasta hace tres años era conocida por movilizar líderes de colonia, principalmente mujeres, pero desde que llegó a ser considerada como “operadora”, sólo maneja recursos para sí misma.
En su oficina de enlace como diputada, muchas veces ha recibido quejas de las líderes de colonia, quienes ya no la soportan. Ella ha comenzado a vestir bien, cosa que no hacía anteriormente.
Ahora compra perfumes caros, ropa de marca y zapatos de lujo por ser “diputada”. De ahí en fuera no hace nada más que llegar tarde a sus juntas y reducir al máximo el recurso que maneja su núcleo de operatividad.
En la misma situación está Nicolás Castillo, otrora líder de taxistas y quien engañó directamente a Roberto Borge como a Guadalupe Novelo al sostener que los taxistas votarían y estarían con el PRI.
Dos semanas antes de la elección Julián Ricalde se reunió con cinco mil taxistas. Nicolás Castillo supo de esa reunión y la minimizó. “Se trata de puro martillo, nada importante”, le dijo a la gente del ahora gobernador electo de Quintana Roo.
Empero, cinco mil no eran pocos y mucho menos nada importantes. Aunque no se sabe qué pactó el presidente municipal electo, la realidad es que muchos taxistas ya se sacaron el yugo priista y también la simpatía hacia ese partido, debido a gente como Nicolás Castillo, quien sólo junta recursos para su persona, en lugar de hacerlos llegar a la gente de las bases para operar.
Los eternos perdedores
Víctor Viveros es el único priista que ha perdido en dos elecciones a presidente municipal y aún así goza de cierta credibilidad. En el PRI a pesar de que es considerado como el eterno perdedor, se le sigue dando entrada, algo que probablemente cambie a partir del próximo gobierno.
Lo anterior se debe a que los priistas han descubierto las traiciones de Víctor Viveros, quien además de quedarse con recursos para operación política, en determinado momento operó a favor de la coalición PRD, PT Convergencia.
De hecho, desde su puesto de regidor, Viveros nunca ha representado oposición. Siempre ha alzado la mano y siempre aprobó todos los manejos de Gregorio Sánchez Martínez cuando éste era presidente municipal.
Dentro de este grupo, también se encuentra Elizabeth López Melo, quien siempre ha trabajado -muy a su pesar -, a la sombra de una de las lideresas del PRI, Magali Achach de Ayuso.
López Melo es otra de las grandes perdedoras, pues conforme han pasado los procesos electorales, su capacidad de convocatoria entre las líderes de colonia ha caído de grado considerablemente. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)