“Sé que tendré que empezar de nuevo”: dice Free tras un año en prisión en Cancún

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CANCÚN, MX.- El 11 de octubre de 2009, Free Bronkhorst tuvo un encontronazo con dos jóvenes a la salida de un antro en Cancún, sin saber de su posición de poder, ya que uno de ellos, Iván Ferrat, es hermano de un diputado del Partido Verde Ecologista de México, aliado al Partido Revolucionario Institucional que gobierna Quintana Roo, mientras que el otro, Juan Adolfo Montiel es hijo del ex director de la Seguridad Pública de Cancún. Tras un año en prisión, trata de encajar todas las piezas. “Sé que tendré que empezar de nuevo”, dice desde la cárcel.


A continuación reproducimos una entrevista con el joven holandés que publica esta semana el diario El Mundo de España, de donde es originaria su madre, Ana Fernández-Villaplana que ha presentado pruebas contundentes para demostrar la inocencia de su hijo y la injusticia de los cargos que le imputan.
Actualmente el proceso penal de este caso, que ha repercutido en la imagen turística de Cancún a nivel internacional, se encuentra próximo a ser resuelto por el juez de la materia y se espera que al final se conceda la libertad a Free, aunque la última palabra aún no está dicha.

No pudieron conmigo e inventaron una historia falsa que casi mata a mi madre: Free Bronkhorst

“Siento mucho el sufrimiento de mis padres”

P.- ¿Cree que la sentencia está próxima? ¿Qué cree que es lo que va a pasar?
R.-
Una sentencia próxima es algo que no existe aquí. Aunque me dicen que mi caso ahora tiene preferencia, no lo veo. En este momento creo que tenemos todas las evidencias para probar mi inocencia. Sólo espero que el señor juez también las quiera ver.
P.- Su familia y amigos han iniciado una campaña internacional de apoyo a su causa, ¿ha sentido usted ese respaldo desde prisión?
R.-
Lo que me ha ayudado a sobrevivir en este lugar es todo el apoyo y amor de mi familia y amigos. Sé que todos están haciendo lo posible para ayudar. Siento mucho el sufrimiento de mis padres al verme aquí encarcelado, por ellos intento no quejarme, porque sé que están haciendo todo lo que pueden por sacarme.

La sentencia del caso podría llegar en “tres o cuatro meses”

Ana Fernández-Villaplana espera, ora en España, ora en Italia, ora en México, la resolución del caso de su hijo Free. Se ha realizado ya el último peritaje médico a Iván Ferrat Mancera, que mantiene que la caída que sufrió le produjo daños de gran consideración. A juzgar por los primeros resultados, parece que el examen dará un nuevo empujón a la defensa del joven holandés.
Así las cosas, Fernández-Villaplana estima que la sentencia del caso podría llegar «en tres o cuatro meses, aunque no hay un tiempo límite». Ella, que fue secuestrada el 8 de diciembre de 2009 cuando empezó a hacer ruido con el caso, tampoco quiere ilusionarse más. El calendario de 2010 lo tiene lleno de fechas posibles.
Pruebas no le faltan a esta madre-coraje de Torrelavega que, junto al padre del joven, el holandés Maarten Bronkhorst, ha lanzado una campaña para airear las presuntas irregularidades del caso y para transmitir a Free la fuerza necesaria para seguir. Entre los indicios, la defensa cuenta con el vídeo de las cámaras de seguridad del centro comercial donde se ubica el ‘Classico’, el local donde se inició la trifulca. En ellas, como ha defendido siempre Ana Fernández-Villaplana, se aprecia que Free «actúa en defensa propia».
Cantabria (el presidente Miguel Ángel Revilla, y la alcaldesa de Torrelavega, Blanca Rosa Gómez Morante han mostrado su predisposición a colaborar) y Holanda (la embajada sigue de cerca el asunto) se han hermanado circunstancialmente en el seguimiento de un caso, cuanto menos, rocambolesco.
Algunas fechas clave del proceso
11 de octubre de 2009. Se produce la pelea nocturna en el ‘Classico’, un pub de Cancún. Free y su familia han mantenido siempre que actuó en defensa propia. La madre de Free recuperará más tarde un vídeo de las cámaras de seguridad que muestran lo ocurrido. Iván Ferrat alegará que padece gravísimas lesiones que le impiden trabajar durante un año.
16 de octubre. Free ingresa en prisión sin fianza.
8 de diciembre. Intento fallido de secuestro a Ana Fernández-Villaplana.
Navidad. Todo apunta a la liberación de Free, pero la Justicia trunca las expectativas del joven y la familia.
2010. El entorno de Free se moviliza. Lleva el caso a Fitur, a la cumbre UE-México celebrada en Santillana del Mar… Desde septiembre, esperan la sentencia definitiva.

Cuando su novia canadiense aterrizó en Cancún para iniciar una vida en común con su novio, con Free Bronkhorst, el joven -hijo de la cántabra Ana Fernández-Villaplana-llevaba cinco días preso. El 16 de octubre se cumple un año de su encarcelamiento.
Su encontronazo nocturno con Iván Ferrat Mancera y Adolfo Montiel -hermano de un político del Partido Verde el primero, e hijo de un ex alto cargo, el segundo- le salió muy caro. Pocos entienden este precio, que también ha pagado su madre: sufrió un intento de secuestro en México. Aquella pelea ha derivado en una historia rocambolesca.
Free, desde su celda, reitera su inocencia y su actuación en defensa propia. Se ha hecho más fuerte entre rejas.
El joven repasa en EL MUNDO sus emociones y aquella noche fatídica que le hizo comprender que, de noche, no todos los gatos son pardos. Los hay muy oscuros.
Pregunta.- Se cumple un año de su cautiverio, ¿pensaba que estarías tanto tiempo encarcelado?
Respuesta.-
Nunca pensé que iba a estar preso tanto tiempo. Esto tiene que ver con los primeros abogados que tuve, no hicieron mas que robarme, mentirme y ocultar pruebas. No fue hasta mi cuarto abogado, el que tengo actualmente, que me di cuenta que esto podía ir para largo. Los primeros seis meses yo tenía la ilusión de salir en dos semanas y esto hizo mi estancia aquí peor de lo que era, por eso pregunté a mi abogado que era lo peor que me podía pasar, para así prepararme.
P.- ¿Cómo ha sido tu vida en prisión? ¿Cómo se ha adaptado?
R.-
Claro que me he tenido que adaptar, pero eso nunca ha sido un problema para mi. He viajado mucho en países del tercer mundo con poco dinero y se vive sin lujo, esto me ha ayudado mucho, porque la verdad este lugar es bastante terrible. También me he tenido que adaptar a la manera de ser con la gente. Considero que yo siempre he sido bueno con la gente, siempre he ayudado a los que necesitaban ayuda y por eso tengo una buena cantidad de amigos por todo el mundo. Aquí he conocido un tipo de gente que no suelo tener a mi alrededor. Recién llegué seguía ayudando a la gente, pero aprendí por las malas que aquí tienes que ser muy selectivo con tu compasión, enseguida se aprovechan de ti.
P.- ¿Ha sentido miedo?
R.-
Creo que tengo bastantes razones para tener miedo, pero no vivo en el miedo. Convivo con gente que ha hecho cosas a otros que ni quiero repetir. Al principio, me sentía muy incómodo. Intento no pensar mucho en ello y cuando lo hago no me lo puedo creer. La verdad es que lo que más miedo me da es lo que voy a hacer cuando salga de aquí.
Yo vivía la vida que siempre quise, manejaba un hotel en un lugar idílico. Justo cuando me arrestaron, estaba construyendo mi apartamento y un restaurante en la playa (Free residía en Tulum), lo único que me faltaba era que mi novia canadiense viniera a vivir conmigo y por eso conseguí que la dieran un trabajo en el mismo hotel. Su viaje estaba programado para el 20 de octubre, cuando llegó yo llevaba cinco días preso.
Ahora sé que cuando salga voy a tener que empezar de nuevo porque he perdido todo, hasta este país que tanto quería. No pienso quedarme en México. Es tan fácil meter a un inocente en la cárcel, teniendo al poder como enemigo. Un país con este nivel de corrupción sí que me da miedo. También he visto todas las cosas terribles que están pasando en este país y no me parece el lugar adecuado donde quisiera empezar una familia.
P.- ¿Qué recuerda de la noche del 11 de octubre?
R.-
Nunca he entendido por qué me atacaron de la manera que lo hicieron. Estando en la cárcel he tenido mucho tiempo para pensarlo.
En la discoteca donde nos encontrábamos no había gente extranjera, únicamente jóvenes mexicanos con dinero. Igualmente nos lo pasamos bien. En un momento, mi amigo salió a fumar y yo me quedé dentro.
Estaba sentado en la barra, hablando con unas chicas que pasaban. Viendo que mi amigo tardaba en volver decidí ir a buscarlo. Justo antes de la salida, me vinieron tres chicos a reclamar que había molestado a una chica. Estaban muy agresivos y dejaban claro que querían pelea. Menos mal que los de seguridad se dieron cuenta de la circunstancia y nos separaron. A mí me echaron fuera y a ellos, para dentro.
Mi amigo y yo dimos unas vueltas por otros locales y, poco después, cuando íbamos a abandonar el lugar justo antes de bajar las escaleras, me atacaron dos tipos que entonces ni conocía. Ahora sé que son Juan Adolfo Montiel (hijo del ex director de la Seguridad Pública de Cancún) e Iván Ferrat Mancera (hermano del diputado del Partido Verde, Alain Ferrat Mancera).

«Me seguían»

Yo intenté escapar varias veces, pero siempre me seguían.
En cierto momento, me caí al suelo y no me podía levantar porque ellos me pateaban. Por fin vino mi amigo a ayudarme y, al tener sólo uno encima, me dio la oportunidad de levantarme y defenderme. Le di un par de puñetazos y, como él estaba bastante borracho, perdió el equilibrio y cayó para atrás, golpeando su cabeza con un escalón. Inmediatamente fui por mi amigo, que también había salido herido, y decidimos largarnos ya que no sabíamos quiénes eran, cuántos eran y lo que querían. Todo pasó muy rápido, sólo fueron unos minutos. Creo que el hecho de que un extranjero ligara con su chica les dañó el orgullo y respondieron con agresión.
Como no pudieron conmigo, montaron una historia basada en mentiras, falsos testigos, falsas acusaciones y manipulación de pruebas, apoyados por las influencias políticas de ambas familias, que casi le cuesta la vida a mi madre, con el fin de vengarse y sacar un dinerillo que por lo visto es muy común aquí.
P.- ¿Y qué recuerda del 16 de octubre, el día que le encarcelaron?
R.-
El día que me apresaron pensé que todo se iba a resolver rápidamente, realmente no entendí lo que me estaba sucediendo. (Fuente: El Mundo)

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