CANCÚN, MX.- Los tardados trámites y la poca certidumbre para una respuesta positiva, convierten a la adopción de niños en Quintana Roo en un proceso tedioso y desgastante para muchas parejas que desean ampliar o consolidar su familia, lo que en ocasiones deriva en el desánimo de seguir intentándolo, o bien en los casos más extremos se cae en la adopción clandestina o en la compra de infantes.


Si bien la adopción de un niño no es un proceso nada sencillo, pues los estudios que las instancias realizan a los solicitantes son sumamente minuciosos, ya que debe garantizarse la solidez del hogar donde irá a parar el infante, la gran mayoría de las ocasiones los aspirantes no califican en su primer intento.
En ciertos casos el DIF estatal pide en sus requisitos contar con hijos propios. Sin embargo, el motivo principal por el que aproximadamente un 90% de las parejas solicita la adopción de un niño es porque precisamente no pueden concebir hijos biológicos.
Tal es el caso del matrimonio Suárez Fonseca, que tras intentar infructuosamente a lo largo de seis años tener un hijo, decidieron a finales del año pasado iniciar los trámites de adopción, lo que los obligaba a viajar en promedio dos veces al mes a lo largo de medio año a la capital del estado para dar seguimiento al proceso.
Ella comentó con cierto desánimo que en un principio los trabajadores sociales de la instancia les dieron esperanzas; sin embargo, el hecho de que su esposo, quien es supervisor de personal en una agencia de viajes tuviera un salario no superior a los 10 mil pesos mensuales, echó por tierra la ilusión de adoptar.
“Sólo ese fue el inconveniente, porque todos los demás trámites y estudios, psicológicos, médicos y de estabilidad como pareja los logramos pasar”, dijo el esposo, que tras esta decisión y por el deseo de tener un hijo pensó en la posibilidad de la adopción clandestina, que en el estado de Chiapas, de donde la pareja es originaria, es una práctica común dada la pobreza y marginación en que vive mucha gente.
Lizbeth Gamboa Song, presidenta del DIF en Quintana Roo, indicó que actualmente la “Ciudad de Niños” mantiene en su resguardo a 80 menores de edad, desde recién nacidos hasta los 18 años; y en el pabellón de cuneros se encuentran por lo menos 15 pequeños de hasta tres años.
Mientras que en el Centro de Asistencia Social (CAT) del DIF de Benito Juárez son ocho los infantes que se encuentran en el área de cuneros y de primera etapa, que abarca hasta los cuatro años, que es la edad máxima en la que se les puede dar en adopción, indicó la titular de la dependencia, Laura Susana Martínez Cárdenas.
Señaló que en el caso de Benito Juárez el número de solicitudes para recibir un niño en adopción, las cuales son canalizadas directamente al DIF estatal, no han variado mucho en los últimos dos años, en los que de dos a cuatro parejas han pretendido adoptar.
Pese a lo difícil que resulta tener un hijo no biológico, en Quintana Roo han sido contados los casos de adopción clandestina o venta de infantes denunciados ante las instancias judiciales en el estado. Según datos brindados por la Subprocuraduría de Justicia en la Zona Norte, en los últimos dos años se han registrado solamente dos casos. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)

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