CANCÚN, MX.- Desde aquella noche del 1 de noviembre del 2008 nada ha cambiado. La incertidumbre, el dolor, la impotencia y sobre todo la frustración aparecieron esa noche para la familia Aviña Trejo.
Fragmento de la carta de los padres de Edgar Arturo Aviña Trejo escrita a la opinión pública a dos años de la desaparición del subadministrador de la Aduana de Cancún en el área de equipaje del aeropuerto internacional de esta ciudad.
2 de noviembre de 2010
Yo Acuso de Edgar Arturo Aviña Trejo.
Subadministrador de la Aduana de Cancún en el área de equipaje, del Aeropuerto Internacional de Cancún.
Desaparecido en Cancún, Q. R., desde el 2 de noviembre de 2008.
Estamos a unos cuantos días de revivir la trágica e inexplicable desaparición de mi hijo Edgar Arturo Aviña Trejo, pues el 2 de noviembre de 2010 se cumplen dos largos años de esta pesadilla en la que nos vimos envueltos sin haber cometido ninguna mala acción. El trabajo de Edgar en la Aduana del Aeropuerto Internacional de Cancún fue siempre honesto porque sus principios y su religión eran muy importantes en su vida.
Edgar no está con sus hijos, no está con su esposa ni con sus padres, y toda esta tragedia familiar está envuelta en la palabra “Desaparecido”, que para las autoridades no cuenta porque sólo llevan estadísticas de los fallecidos, y la palabra “Desaparecido” debe ser similar al limbo.
Yo acuso al gobierno local de Cancún y al estatal de Quinta Roo por abrir la puerta para que la inseguridad y la delincuencia en ese municipio fueran causa del acto impune de mi desaparición ocurrida el pasado 2 de noviembre de 2008.
Yo acuso a la policía local de Cancún, Q. R., porque después de asignarme la Averiguación Previa AP/PGR/CAN/QROO/512/2008-V, demostraron su total ineficacia y nula preparación profesional para hacer las acciones necesarias que contribuyeran rápidamente a seguir las pistas de mi desaparición.
Yo acuso a la delegación de la PGR en Cancún por su la ineptitud y negligencia en la investigación de los delitos.
Yo acuso a la delegación de la PGR en Cancún porque nunca ha tenido una línea de investigación sobre mi inexplicable desaparición, aún cuando mis familiares hicieron la mayoría de las pesquisas y les entregaron diversas pautas para investigar.
Yo acuso a la PGR federal porque es incapaz de tener lineamientos para el buen desempeño de sus funcionarios; porque carece de políticas y sistemas profesionales para resolver los delitos y porque, finalmente, dan la certeza de que la justicia para los mexicanos, les viene valiendo un soberano comino.
Yo acuso a las autoridades encargadas de la impartición de justicia porque para mí no ha llegado. Para mi familia tampoco hay justicia porque yo sigo desaparecido desde hace 2 años y sin el menor interés de la PGR por resolver mi caso.
Fue aquella noche, casi para amanecer el 2 de noviembre, cuando se reportó la desaparición del subadministrador de la Aduana de Cancún en el área de equipaje del aeropuerto internacional de esta ciudad Edgar Aviña Trejo, y a partir de ese instante el suplicio de una familia comenzó a crecer.
Este martes 2 de noviembre se cumplen dos años de su desaparición y a pesar de la nula actuación de las autoridades federales – sobre todo de la Procuraduría General de la República, PGR -, sus familiares se niegan a cerrar el caso, a enterrar su pasado y sobre todo, a darlo por muerto.
“Es una cuestión de creer, de mantener la fe, no podemos dejar de creer a pesar de que las autoridades nos han condenado a eso”, relata a los diarios POR ESTO! Arturo Aviña, padre de Edgar, y quien desde el 2008 ha movido todo lo que ha podido dentro de sus posibilidades, para volver esa sonrisa de su hijo.
El suplicio de 2 años
Sobre Edgar Aviña Trejo se ha escrito mucho y nada. En los medios de comunicación de Cancún su desaparición se manejó como un “levantón”, y posteriormente como una acción en su contra por no haberse sometido a las leyes del crimen organizado que mandan en el principal destino turístico de México.
Desde el 2 de noviembre del 2008 y hasta la fecha, su nombre aparece en los expedientes sin resolver de la delegación estatal de la Procuraduría General de la República, PGR, en Quintana Roo.
El caso del agente aduanal, es uno de los miles que ocupan las listas de archivos de la PGR que no han sido resueltos debido a corrupción, ineficacia, complicidad e incluso impunidad.
El expediente AP/PGR/CAN/QROO/512/2008-V que tiene como actor principal a Edgar Arturo Aviña Trejo, es uno de los mejores ejemplos de cómo la degradación en materia de justicia ha germinado de lleno en el Sureste del país.
“Es lamentable que en dos años no nos hayan dicho nada, que nadie sepa algo, una pista, un informe, nada sobre mi hijo”, son las palabras que menciona Arturo Aviña, padre de Edgar, cuando se le cuestiona la actuación de la PGR en el caso.
Además, la indignación es otro de los sentimientos que aparecen en la familia Aviña Trejo. Desde aquella noche del 1 de noviembre cuando se dio la desaparición de Edgar Arturo, su padre y su madre han ido y venido de Cancún a la ciudad de México en búsqueda de respuestas.
En esa búsqueda se han percatado que a dos años de darse el caso nada ha cambiado, todo parece haberse detenido en el tiempo y pareciera que aquel 1 de noviembre no se ha ido de sus vidas ni un instante, a pesar de los dos años que ya han transcurrido de aquella fecha.
“Estamos igual o peor de lo que nos dijeron aquellos primeros días después de la desaparición de Edgar. No hay información, no hay nada, no hay elementos y nos dicen una serie de cosas que ya sobrepasan lo ridículo. Es como si el tiempo no hubiera pasado y ya son dos años donde es increíble que nadie sepa nada de mi hijo”, afirma Arturo Aviña a los diarios POR ESTO!
Así, en medio de la zozobra y la angustia de no saber nada de Edgar Arturo, la familia Aviña se niega a darse por vencida a pesar de que el cansancio y el agotamiento emocional han comenzado a mermar, por momentos, sus esperanzas.
Sin embargo, cuando llegan esos momentos es el amor de padres el que los mantiene firmes y de pie en esta búsqueda por saber qué ocurrió con Edgar Arturo y por supuesto, el pensar que aún está con vida es lo que día a día los lleva a despertarse para continuar el suplicio del camino que los lleva a las autoridades federales, su único vínculo con su hijo en estos momentos. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
Verdaderamente es indignante lo que pasa con Edgar y su familia, es historia de nuestras \”autoridades\” repetida incansablemente y sin poder ejercer alguna acción contraria que pueda hacerlos reflexionar. Pido a Dios le conceda la paz y fortaleza necesarias a su familia y exijo a las personas que están a nuestro servicio realicen lo conducente para esclarecer este caso y sobretodo que con los elementos que tienen, determinen un final que ponga el alto a tan sufrido camino por la familia Aviña.
Mis datos están en el correo y quedo a sus órdenes en caso de que pueda ejercer alguna acción para apoyar este asunto tan delicado.
Deseo que Dios bendiga a Edgar y que esté bien en donde quiera que se encuentre.
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