TULUM, MX.- No sólo fue un cráneo descubierto en el fondo del cenote Aktun Hu, “La Cueva de la Iguana”, muy anterior a la cultura maya, como se dio a conocer de forma breve por medios nacionales, asimismo se encontró un hueso de la parte del brazo junto al cráneo, además diversos huesos de megafauna, mismos que podrían ser de ‘gonfoterio’, especie parecida al mamut pero más pequeña, así como huellas de hogueras con residuos de carbón, que podrían datar de más de 10 mil años de antigüedad de la era del hielo, explicó uno de los exploradores que tuvo el primer encuentro con los restos en mayo de 2007 y que en el mes de febrero de 2011, fue confirmado desde el centro del país.
El equipo de buzos mexicanos pertenecientes al Proyecto Espeleológico Tulum (PET), como director y miembro fundador, el ingeniero civil Alejandro Álvarez Enríquez y los miembros Franco Attolini y Beto Nava, fueron los que descubrieron los huesos cuando exploraban el lugar, con el fin de entregar información con mapas y datos de profundidades.
En 2007 fue cuando se logró el hallazgo del sitio, que denominaron el “Hoyo Negro”, mismo que es un pozo, el cual tiene un diámetro de aproximadamente 40 metros, y una profundidad de 60 metros.
Al respecto, Alejandro Álvarez Enríquez, a través de rueda de prensa explicó que encontraron los restos humanos tras haber recorrido más de mil 200 metros a través de pasadizos bajo el agua, utilizando vehículos submarinos de propulsión “escúter”, lo que les permitió cubrir largas distancias en el sistema de cuevas, y fue el 10 de mayo de 2007 cuando lograron el hallazgo de restos bastante grandes, denominados megafauna, de animales grandes extintos de la era del Pleistoceno.
“Esa era coincidió con la era del hielo, también descubrimos restos humanos lo cual fue impresionante; estos restos humanos corresponden a un cráneo y un hueso que al parecer pertenece a un brazo muy cercanos, aunque puede haber más dispersos, mismo que sería el tercer hallazgo de restos humano de la era del hielo, el contexto en sí es muy especial, y a sus características físicas, por la profundidad y la inmensidad del hueco, asociado a la distancia tan apartada lo hace especial”.
En las paredes existen algunas repisas en donde se ven algunas hogueras, que tienen carbón y pedazos de madera que se presumen pudieron ser antorchas, es un contexto que habla de actividad humana en el área.
El cráneo no tiene las características de maya, mismo que todavía está en proceso de estudio, y no se puede decir al 100%, pero se presume que es más bien prehistórico, que coincidió con la era del hielo y con el fin de la era del pleistoceno, en la cual también se extinguieron estos grandes animales similares a los elefantes que se llaman ‘gonfoterios’, siendo lo que más se encontró en el lugar, de 10 centímetros de diámetro y un metro de largo son los fémures, también hay pelvis sin duda de la misma especie, también se hallaron huesos similares a colmillos y costillas del mismo animal.
Álvarez Enríquez dijo que el grupo de exploradores mexicanos tomó un diplomado a fin de capacitarse más para la identificación de restos, asimismo se dieron cuenta que era importante proteger el sitio ubicado en el ejido Jacinto Pat y anunciarlo a las autoridades, en este caso el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la actualidad siguen colaborando, debido a que tienen no sólo la capacidad sino conocen la cueva perfectamente. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)