CANCÚN, MX.- ¿Nos contaron bien en el censo poblacional? Surge diferencia entre cifras municipales y del Inegi en Benito Juárez por más de 200 mil habitantes.
Entre las cifras poblacionales del Instituto de Planeación Municipal de Benito Juárez (Implan,) y las del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hay una diferencia de más de 200 mil habitantes.
El titular del Implan, Carlos Díaz Carvajal, indicó que en la proyección que elaboraron con datos del padrón catastral, de servicios de agua contratados para vivienda sin incluir tomas comerciales, además de los servicios de electricidad y el Factor de Ocupación de la Vivienda (FOV), determinaron que en el 2010 el total de habitantes en el municipio es de 860 mil 726, pero en el caso del Censo de Población y Vivienda 2010 del Inegi se registraron 660 mil 23 habitantes.
Cuando se llevaban a cabo los preparativos para arrancar con el censo poblacional en Benito Juárez, se estableció el Comité de Seguimiento del Censo de Población y Vivienda 2010, donde participaron autoridades estatales, municipales y el Inegi, el cual informó que para Benito Juárez había un registro de 264 mil viviendas para censar.
Sin embargo, para la tercera y última reunión, en donde se dieron a conocer los datos preliminares del conteo el pasado 15 de diciembre, el Inegi informó que solamente cubrieron 188 mil 161 viviendas, por lo que 75 mil 839 no fueron censadas.
Díaz Carvajal aseguró que si se toman en cuenta las viviendas que no se censaron, la diferencia del conteo municipal y la del Inegi sería mucho más corta, ya que por los más de 75 mil domicilios no considerados se obtendrían 189 mil 597 habitantes más, si se toma en cuenta el FOV del 2010 que establece un promedio de 2.5 habitantes por vivienda.
La diferencia actual es significativa porque faltan más de 200 mil habitantes. “No se trata de decir que tenemos más habitantes por ser muchos, pero si estos datos ya son oficiales nos deja como consecuencia una menor asignación de recursos, porque la fórmula que aplica la Federación para asignarlos incluye el tamaño de la población”.
Además el Inegi informó durante la última reunión del Comité de Seguimiento del Censo de Población y Vivienda 2010 que es una ciudad con mucha población flotante, con domicilios que muchos ciudadanos tienen como una casa para pasar las vacaciones, y que también se presentaron casos de algunos que estaban en Cancún pero no fueron localizados.
Es el caso de muchas familias que sólo llegan de lunes a viernes a sus hogares a dormir y los fines de semana se van a otras ciudades, donde tienen sus domicilios, sin embargo ahí surge la cuestión de determinar a qué localidad pertenecen.
“Decimos que es población flotante, pero será flotante de sábado a domingo en su pueblo porque viven de lunes a viernes en Cancún”. El impacto para la ciudad en cuanto a servicios recae más para el sitio donde los habitantes están la mayor parte del tiempo, aseguró Díaz Carvajal.
No contabilizar a todos afecta a la comunidad en su conjunto, dijo, porque si no se considera a un sector de la población, “cuando se sufre de infraestructura genera incluso una tensión por la diferencia económica y ocasiona problemas de inseguridad”.
Para el funcionario hay que considerar que Cancún se ha vuelto en el sueño mexicano, como mucho se ha hablado de Estados Unidos como el sueño americano, para los sectores que no tienen oportunidades de mejorar su nivel de vida en México. “Si no se toma en cuenta este fenómeno, Cancún con el paso de los años seguirá con carencias de servicios porque la población aumenta”.
El director del Implan dijo que “hay que reconocer lo que somos y obviamente la ciudad no tiene que satisfacer y resolver solamente el problema de los asentamientos irregulares, ya que en aras de satisfacer el crecimiento deja las zonas originales deterioradas”, lo que se ve como ejemplo en el primer cuadro de la ciudad.
Al final, el funcionario expresó: “De por sí el municipio de Benito Juárez no está catalogado como de pobreza extrema, y con ese hecho baja la asignación de recursos”, pero el municipio tiene cinturones de asentamientos irregulares donde sí hay pobreza.
Faltaron por contar en el censo
Para Laura (nombre ficticio), quien participó directamente en el Censo de Población y Vivienda 2010, como parte del equipo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), no se contaron todos los habitantes de Benito Juárez: la cantidad oficial es menor.
Participantes del conteo poblacional, desde entrevistadores hasta responsables de área, supervisores y verificadores, tuvieron que lidiar con el comportamiento de una población flotante que cada vez crece con el interés de miles que llegan cada año en busca de oportunidades.
Además de la dificultad para encontrar a los pobladores de la ciudad, la inseguridad fue sombra para muchos de los que se acercaron a zonas peligrosas como la zona del Crucero y los asentamientos irregulares donde no se llegaba con facilidad.
En Benito Juárez hay desde quienes sólo llegan a sus domicilios para dormir y nunca fueron contabilizados, y otros que viven en zonas que ni siquiera se han registrado en la cartografía municipal, como es el caso de asentamientos irregulares donde no están marcadas las manzanas, sólo hay casas en terrenos que no están bien definidos.
Laura tuvo a su cargo varios entrevistadores, algunos con mucho ánimo para salir a las calles y completar sus tareas tal y como se les pidió, pero no todos cubrieron el perfil ideal para evitar errores al momento de registrar los datos.
El principal criterio para elegir a los entrevistadores era que vivieran en las zonas donde harían sus recorridos, así la ventaja de conocer el campo de trabajo les evitaría que se perdieran, además de que podrían conocer más a las personas y movilizarse durante las noches si era necesario, comenta Laura, a quien, junto con muchos de sus compañeros les indicaron que no divulgaran nada sobre la forma en la que se llevó a cabo el último censo.
Los entrevistadores tenían problemas para llenar los cuestionarios, y con cierta facilidad algunos datos pudieron haber sido falseados, o simplemente después de una o dos visitas, y sin más insistencia, se le colocaba a la vivienda que no estaba habitada, según el protocolo que indicaba que después de la tercera visita y tras indagar con vecinos, se colocaba una calcomanía con la que se registraba el lugar como deshabitado.
Laura dijo que en la zona urbana de Benito Juárez, no sólo en el caso de las orillas de la ciudad donde hay dificultad para llegar, por lo que tampoco se contaron manzanas.
Incluso cuando se llevaba a cabo la verificación, el personal del Inegi tuvo que cambiarse de domicilio y al momento de transportarse se perdieron algunos cuestionarios, y se dio la indicación de ir nuevamente por la información, pero ya no se volvió a verificar.
“Si me preguntan que si la cantidad que se da a conocer por el Inegi sobre el número de habitantes que hay en Cancún, diría que está debajo de la realidad”, aseguró Laura, quien también destacó que sí existió mucho profesionalismo por la gran mayoría de los que trabajaron en el proyecto, aunque la ciudad y la población son muy difíciles para realizar un conteo de manera adecuada.
“Hay muchas personas que cuando preguntabas si vivían en el lugar contestaban que no, y era porque a pesar de llevar meses en el destino turístico, como todavía no deciden si lo habitarán, pues contestaban que no”, relata.
Agregó que también se presentaron casos de compañeros entrevistadores a los que simplemente los habitantes no les permitieron el paso, la mayoría pobladores de terrenos irregulares temerosos de que alguna autoridad los desalojara.
Recordó Laura que a varios trabajadores les tocó que a la hora de la verificación, los datos no coincidieron. Los supervisores hacían un conteo al azar y lo comparaban con el que habían hecho los entrevistadores y si no eran los mismos números los mandaban de regreso para corroborar el dato original.
Laura admite que hay un margen de error por el llenado de datos, pero lo que le quedó claro fue que no se cubrieron todos los domicilios de la ciudad, es decir, que no todos los que viven en el municipio fueron contabilizados, y simplemente no existen para las estadísticas.
Surgen quejas en el país por el censo
En febrero pasado, la presidenta municipal de Naucalpan, en el Estado de México, Azucena Olivares Villagómez, y también presidenta de la Asociación de Municipios de México (Ammac), aseguró que las cifras del Inegi eran equivocadas, ya que en el caso del municipio a su cargo, se reportó una población de 883 mil habitantes, pero aseguró que son un millón 600 mil.
De acuerdo con diversos medios informativos nacionales, la alcaldesa dio a conocer que tan sólo el padrón electoral en dicho municipio es de 689 mil personas, a las que si se suma el número de estudiantes de preescolar, primaria, secundaria y preparatorias que no cumplen la mayoría de edad, y los nacimientos de los últimos cinco años, la cifra es de casi el doble de lo que registró de manera preliminar el Inegi.
Ya desde junio del año pasado en las instalaciones del Inegi, su titular, Eduardo Sojo Garza-Aldape, se reunió con la junta directiva de la Ammac, encabezada por Olivares Villagómez, quien solicitó que se contara bien a todos y cada uno de los mexicanos, para que se vea reflejada en la entrega justa de las participaciones federales, según detalla el sitio oficial de la asociación de municipios.
Inegi es clave para asignación de recursos federales
Las cifras del Inegi son determinantes en la asignación de recursos que hace la federación en sus diversos programas estatales a través de diferentes dependencias como las Secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y Economía.
El subdirector de Promoción Económica de la Secretaría de Economía, Leonardo Rodríguez Pastrana, indicó que para determinar las poblaciones que requieren de más apoyos toman en cuenta los indicadores estadísticos como el del Inegi, además de las cámaras empresariales y también los que genera el Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM).
Los apoyos son para crear desde grandes empresas hasta Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).
Tan sólo en el caso de Sedesol, el año pasado se aportaron 120 millones 343 mil 811 pesos con participación de los gobiernos estatal y municipales, de los cuales el gobierno federal otorgó 67 millones 562 mil 771 pesos para los programas de Desarrollo de Zonas Prioritarias, Empleo Temporal, Opciones Productivas, Estancias y Guarderías Infantiles, Coinversión Social, Hábitat, Rescate de Espacios Públicos, y Vivienda.
El nivel federal utiliza los indicadores del Inegi para determinar a nivel nacional las zonas que más recursos necesitan. Tan sólo en Culiacán, Sinaloa, en 2011 se recibirán más de 7 mil millones de pesos en participaciones federales, y tiene 130 mil habitantes más que Benito Juárez.
La inversión de la Federación depende también de los montos que los niveles estatal y municipal invierten cada año.
En el 2010 el gobierno estatal invirtió 16 millones 166 mil 47 pesos y su similar municipal 34 millones 360 mil 150 pesos, lo que deja al nivel federal con la mayor aportación de dinero, para apoyar al desarrollo de una mejor calidad de vida de los habitantes de Quintana Roo. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)