CANCÚN, MX.- En un tono casi paternal, el nuevo secretario municipal de Seguridad Pública, Armando Álvarez Morales, afirmó que “me duele cuando alguien se mete con mis elementos”, lo anterior, ante el caso de la agresión a una mujer policía ocurrido en la administración pasada; recordó que los agentes viven bajo riesgo constante porque no saben cuando pueda ocurrir un hecho violento, y “no hay sueldo que compre una vida”, por ello aseguró “me la voy a rifar con ellos”.
Su apuesta, señaló, es por la capacitación porque ésta “da trato, roce, cercanía con los ciudadanos, de eso se trata”.
El funcionario policiaco adelantó que su proyecto “es técnico profesional de tres años”, y el periodo que esté al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, no será suficiente para concluirlo; explicó que su intención es crear una nueva generación de policías con un curso técnico profesional que además incluya a los hijos de policías para que se puedan generar agentes comprometidos y conscientes de la necesidad de capacitarse para aspirar a mejores puestos y por consiguiente mejores sueldos.
Aseguró que basará su gestión en cinco ejes: orden, disciplina, respeto, transparencia y honestidad; detalló que para ello se está llevando a cabo una reestructuración mediante un organigrama para evitar duplicidad de funciones, por lo que no descarta suprimir direcciones o áreas de la corporación.
El Secretario de Seguridad Pública resaltó el riesgo de hacer “limpias” y correr gente con capacidad y conocimiento de la operación policiaca; confió en que con la policía que recibe “se pueden lograr muchas cosas” y resaltó que todos los elementos cumplen una función, incluso aquellos que están comisionados al cuidado de algún funcionario o instalación. Sin embargo, aseguró que se ha ordenado que la totalidad de los uniformados se concentren en la corporación para iniciar un estricto control y ubicar a cada uno en las diferentes direcciones o asignarles nuevas encomiendas.
Finalmente, coincidió con el presidente municipal, Julián Ricalde, en que la añeja práctica arraigada en todas las policías del país, de exigir dinero a los policías para que puedan salir a trabajar, debe terminarse. (Noticaribe)