CANCÚN, MX.- Ante decenas de fieles católicos y teniendo como marco la Catedral de Cancún, el obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, conmemoró el jueves la Misa Crismal, la cual representa el inicio del Triduo Pascual mediante la institución de la eucaristía en la última cena de Jesús y del sacerdocio.


Con la frase “Amémonos los unos a los otros”, se da por iniciado el primero de los tres días que duró la pascua del Señor, la cual es representada con la conmemoración del misterio de la pasión, muerte y con su resurrección, el Sábado de Gloria.
En esta ceremonia que de manera tradicional congrega a un número importante de fieles católicos, se consagró el Santo Crismal y fueron bendecidos los santos óleos que serán empleados en la administración de los sacramentos del bautismo, confirmación, ordenación sacerdotal y episcopal y de la unción de los enfermos.
Durante la ceremonia, oficiada este Jueves Santo por el obispo Pedro Pablo Elizondo, invitó a los fieles a que reciban el sacramento de la eucaristía a través de la comunión, recibiendo el cuerpo y la sangre de Dios.
Según la lectura del Santo Evangelio, en la última cena, en donde Jesús reunido con sus doce apóstoles, sabía de antemano que era el momento de pasar al otro mundo a fin de pasar de una vida a otra para la salvación de los hombres, pero que para pasar a esta nueva vida, tenía que morir.
“Siendo flagelado, desgarrado, insultado blasfemado, Jesús sufrió por nosotros, por nuestra salvación y todo este sufrimiento lo vivimos cada año a través de la representación del Vía Crucis y hoy nos toca meditar el sentido de esa muerte, eso es lo que encierra la eucaristía” dijo monseñor durante su homilía.
Dijo que, al dar Jesús su vida por nosotros, demostró su amor al extremo y hasta su última gota de sangre, “esa es la entrega de Jesús a nosotros”.
Asimismo y como un gesto de humildad, y aún sabiendo quien de sus doce apóstoles lo traicionaría, Jesús puso su vida en manos del Señor y procedió a lavarle los pies antes de compartir con ellos la última cena.
En este acto y con la presencia de ministros de eucaristía, el obispo Pedro Pablo Elizondo, de igual forma representó este gesto, enviando el mensaje de que con este oficio tan sencillo, todos los días los hombres podemos de igual forma hacer este oficio de amor, ese es nuestro paso de la vida a la muerte, “hay que lavar el alma para sanarnos y purificarnos, para poder pasar de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida, de la tiniebla a la luz, del pecado a la gracia, de la tiniebla al gozo y de la muerte a la resurrección, esa es la eucaristía y hay que recibirla todos los días.
Finalmente y con una procesión enmarcada entre cantos y alabanzas se procedió a trasladar al Santísimo sacramento a un altar alterno, en donde permanecerá durante estos tres días del Triduo Pascual y colocado nuevamente el sábado de la resurrección.
Cabe mencionar que esta celebración continuará este viernes con la adoración de la cruz y la celebración de las siete palabras en la Catedral de Cancún y de forma simultánea, en Playa Delfines por segundo año consecutivo se llevará a cabo el Vía Crusis viviente, a fin de culminar este Vienes Santo con la Marcha del Silencio, misma que parte a las 6 de la tarde del Parque de Las Palapas y culmina en la catedral de Cancún a las 7 de la noche. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)


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