Documentan que desertores escolares alimentan delincuencia

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CANCÚN, MX.- El aumento de deserción a nivel secundaria en el país que se multiplicó tres veces en cuatro décadas, al pasar de 4.8 millones en 1970 a 16.4 millones en 2010, ha tenido consecuencias no sólo en el rezago educativo de México, sino también en la inseguridad que refleja un alto índice de delincuencia a través de los menores de edad.


En Quintana Roo, de forma específica en el municipio de Benito Juárez, durante el periodo de enero a abril de 2011, la dirección de Seguridad Pública detuvo a mil 282 menores, de los cuales mil 278 corresponden al rango de nivel secundaria hacia arriba de 15 años, 72 fueron de sexo femenino y mil 206 masculino.
En el mes de enero con el número más bajo, fueron remitidos a la dependencia 293 adolescentes entre los 12 y 17 años, mientras que la cifra más alta se presentó durante el mes de marzo con 364 menores entre hombres y mujeres con faltas administrativas como grafitero, consumo de marihuana, vagancia, faltas a la moral (sexo y necesidades fisiológicas) y consumo de thiner.
En los meses de febrero y abril, se detuvieron a 316 y 309 menores, respectivamente, de los cuales 21 presentaron una edad de 13 años, 34 con 14 y 164 de 15 años cumplidos a la fecha. Los motivos de remisiones con mayor grado estuvieron el pandillerismo con 341 actas, consumo de marihuana con 269, escandalizar en vía pública obtuvo 206, ingerir bebidas embriagantes en la vía pública 154 y riña con 95.
De acuerdo a empleados de la dirección de Seguridad Pública que prefirieron omitir sus nombres, durante el año pasado entre cinco y seis menores de edad fueron remitidos a la ciudad de Chetumal por delitos mayores como violación.
Pese a los esfuerzos del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), por alfabetizar a un millón 400 mil personas mayores de 15 años en 40 años, actualmente el nivel secundaria se ha convertido en un foco rojo, ya que tan sólo en el ciclo 288-2009, 600 mil adolescentes han abandonado ese grado escolar.
Este fue el caso de William Cetina Salazar, que actualmente tiene 22 años y espera a su primogénito con su esposa de 17 años. El futuro padre joven, que desertó de sus estudios por falta de interés, contó que al inicio no le tomó mucha importancia a su salida de la escuela, el ingreso de dinero y la fiesta diaria hacían que su vida pareciera perfecta. Sin embargo, con el paso del tiempo su independencia sin control comenzó a traerle problemas en su casa, sus padres no entendían cómo su hermana había salido adelante y él no tuviera el mínimo interés por el estudio.
“Me dijeron que regresara a estudiar, y en verdad sí quería, pero el trabajo y ganar mi dinero me gustó más que el estudio”, dijo. Ahora, luego de pasar por taxista, repartidor de pizzas y chofer de una empresa particular, se ha topado con que la vida laboral es más complicada sin un certificado de estudios.
Sin un trabajo fijo, actualmente ayuda a su suegro en el changarro de aluminio, y aunque le gustaría regresar a las aulas escolares, está consciente que tiene que trabajar para poder mantener a su futura familia, por lo que arrepentido de su deserción escolar a su corta edad, William recomienda a todos los jóvenes que no se dejen llevar por las malas influencias, el desinterés o el dinero y continúen estudiando porque “un simple papel” les abrirá muchas puertas a un futuro prometedor. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)

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