Cancún se va al agua…, otra vez

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CANCÚN, MX.- Cancún bajo el agua. Las precipitaciones registradas a lo largo de todo el jueves anegaron decenas de regiones y colonias populares de la ciudad y provocaron que tanto comercios como viviendas se inundasen, especialmente en lugares como la Donceles 28 y El Crucero, donde se originó un verdadero caos vehicular.


Las lluvias, consecuencia de la onda tropical número seis, trastocaron todas las actividades en nuestro destino turístico y de nueva cuenta salieron a relucir paraguas, impermeables e incluso bolsas de plástico; todo era bueno para protegerse de las inclemencias del tiempo.
Como ya es habitual, el área del Crucero quedó bajo el agua, consecuencia de que la basura que atiborraba pozos de absorción y drenajes pluviales, gracias a la inconsciencia de la población y la falta de recursos humanos del Ayuntamiento que, con su escasa maquinaria y personal, no puede impedir las inundaciones y severos encharcamientos no solamente en el primer cuadro de la ciudad sino en todo Cancún.
Sin embargo, fue cuestión de un corto tiempo para que el agua bajase de nivel hasta desaparecer, en parte debido a que personal de Servicios Públicos se abocó a desazolvar pozos y levantar las tapas de los registros.
Tras llevar a cabo un recorrido por algunas zonas de la ciudad, Por Esto! de Quintana Roo pudo constatar que pocos lugares se salvaron de los encharcamientos, algunos más severos que otros y del mismo modo, en fraccionamientos como Tierra Maya el agua subió alarmantemente de nivel y provocó serias inundaciones.
Contrario a lo que pudiera esperarse, en esta ocasión el área conocida como Las Culebras no se inundó y solamente se observaron algunos encharcamientos, aunque según comentaron algunos residentes, en caso de que siguiera lloviendo con fuerza muy probablemente la mitad de la colonia terminaría literalmente anegada.
En la zona industrial también se registraron fuertes encharcamientos en algunas de sus vialidades, por las que inclusive los carros dejaron de circular, esto en virtud de que debajo del agua profundos baches acechan a los conductores, motivo por el cual éstos optaron por otras calles alternas.
Y quienes sufrieron lo indecible fueron decenas de residentes en la colonia Donceles 28, especialmente los que tienen sus viviendas más cerca de Puerto Cancún, donde la barda que construyó el desarrollo impide que el agua de lluvia fluya hacia los manglares, como ha estado haciendo desde tiempo inmemorial.
Además, los registros de aguas negras borbotean y sacan chorros de suciedad que inunda las calles, con la consiguiente contaminación y mal olor.
En esta colonia encontramos a Nelly del Carmen Figueroa Cortés, en cuyo domicilio el nivel del agua subió casi 30 centímetros y para probarlo señaló la marca que habían dejado las inundaciones en uno de sus muebles de madera, prácticamente inservible a causa de la sistemática humedad producto de cada precipitación que se deja sentir.
“Cada vez que llueve es lo mismo, ya hemos perdido un comedor y un mueble; además, corremos el riesgo de quedar electrocutados porque hay extensiones que quedan sobre el piso, me levanté como a las seis de la mañana y estaba todo inundado, lo primero que hice fue subir la extensión y apagar todos los aparatos electrodomésticos, incluso el refrigerador”.
Agregó que ha sacado más de 12 cubetas de 20 litros repletas del agua de las inundaciones y todavía quedaba en el piso de todo su hogar por lo menos un nivel de dos centímetros más de agua por sacar.
“Si sigue lloviendo van a brotar las aguas negras de la cifa del baño, el bacín empieza a borbotear y también se rebosa, ya estamos cansados de la situación, que si bien es cierto se ha dado desde siempre, se incrementó desde que los de Puerto Cancún construyeron su barda, que no permite que el agua de lluvia se vaya para el manglar”.
Otras zonas en la que también se observaron fuertes encharcamientos fueron sobre la carretera a Puerto Juárez, entre la calle que desemboca en el muelle de concreto y el Gran Puerto; algunos tramos de la avenida López Portillo, en la avenida Chichén Itzá entre la Tulum y la Kabah, en algunas calles de la supermanzana 60, donde incluso los mismos vecinos las cerraron con cuerdas en las que colgaban envases de plástico con objeto de advertir a los conductores.
También en la Ruta 4 a la altura de la supermanzana 71, en la avenida Tulum entre la Ruta 5 y Talleres y en la Chac Mool entre la Ruta 5 y la avenida López Portillo, donde los profundos baches dificultaban aún más que el agua el tráfico de todo tipo de vehículos. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo/ Fotos: Reflex AF)

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