La operación “Busquemos a simón” derivó en una situación de crisis política para la administración de Roberto Borge Angulo.
El extravío de la mascota oficial, volvió hacer que se repitiera una rutina que no ha sido nada afortunada y que ha caracterizado el inicio del aún incipiente gobierno “betista”.
Los excesos y la intolerancia, han marcados las acciones para la búsqueda de “simón”, que se extravió el fin de semana.
Carteles, mantas spots e inserciones pagadas, así como convoyes de rastreos, fueron desplegados para encontrar al perro, lo que obviamente provocó la indignación, de entrada de los chetumaleños, y en general de los quintanarroenses.
Pero, ante las reacciones que provocaron este impresionante despliegue de localización, la respuesta de Borge fue la del enojo y la descalificación, que llegó hasta los insultos.
Por lo pronto, “simón” le ha generado una crisis a la administración estatal, al remarcar un estilo de gobernar, que termina agraviando a los gobernados.
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