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Que la cabalgata del 14 de septiembre tuvo saldos negativos por todos lados.
La primera y la más importante fue el caos vial, la afectación a miles de ciudadanos que regresaban de sus trabajos.
Por supuesto, está el daño colateral a la pareja de jinetes, Roberto Borge y Julián Ricalde, que dejaron ir buena parte de su capital político, sólo por sentirse charros. Bueno, uno tejano y otro charro.
Están también los trabajadores de servicios públicos municipales, que sufrieron mucho después de la cabalgata.
Pero, también hubo bajas en las cabalgaduras, pues murió uno de los caballos, casi al llegar a la meta, muy cerca de Alfredo V. Bonfil.
No aguantó el esfuerzo y el calor.

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