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El Ex Gobernador Félix González Canto volvió al Congreso del estado.
Y no fue para devolver nada, y mucho menos dar una explicación de cómo llevó al estado a la quiebra.
Por cierto, Félix y Miguel Borge Martín fueron los únicos ex gobernadores que acudieron a la ceremonia del 37 aniversario de la creación del estado.
Si bien, se entendería que, cansado de que lo abucheen, en esta ocasión Joaquín Hendricks optó por no ir al Congreso del estado, sí llama la atención el desaire de Pedro Joaquín Coldwell a este sesión solemne, que sirve para reunir a la clase política local.
Aunque una de la reglas no escritas de la política priísta es que el Gobernador anterior se mantenga alejado de su entidad en el primer tramo del siguiente sexenio, la presencia de Félix en el Congreso del estado tiene mucho que ver con sus aspiraciones para ser Senador.
Y sin lugar a dudas, la campaña que haría Félix para ir al Senado, sería una excelente oportunidad para que rinda cuentas de la descomunal deuda pública que dejó a sus sucesores.
Pero, en realidad, lejos de ser un aliado, Félix cada vez más se convierte en un lastre para el PRI y Enrique Peña Nieto.

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