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Vaya que son de sangre fría, el Alcalde Filiberto Martínez Méndez y el Tesorero, José Luis Toledo Medina.
Cuando media Playa del Carmen estaba inundada, al “carlista” y al “borgista” no les tembló la mano para subir el impuesto predial.
Claro. Le dieron la vuelta al asunto y la forma de aumentar dicho gravamen fue mediante la figura de “ajuste” de las Tablas de Valores Catastrales Unitarios para la Tierra y la Construcción, de Coeficientes de Demérito o Incremento y Tasa de Cobro del Impuesto Predial. Todo un rollo.
Y se atreven castigar aún más a los playenses, cuando apenas el fin de semana miles de personas resultaron afectadas, precisamente, por las deficiencias en materia de servicios públicos.
Por lo menos 41 puntos de Playa del Carmen resultaron severamente afectados debido a que el Ayuntamiento no ha perforado los pozos pluviales, o no ha desazolvado, lo que hay, porque no recoge la basura y porque no obligó a los desarrolladores a equipar debidamente los fraccionamientos.
Y aún así, “Fili” y “Chanito” aumentan impuestos.

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