¿Dónde quedó aquella comisión de diputados que se encargaría de vigilar el destino del crédito de 230 millones de pesos autorizado al Ayuntamiento anterior?
Y es que en el menos peor de los casos, si ese dinero no quedó en campañas o bolsillos de funcionarios corruptos, al menos se diluyó en el gasto corriente de aquel accidentado ayuntamiento.
Pero, cuando estaba en proceso la aprobación de ese crédito, los diputados priistas condicionaron que la solicitud del emprestitito incluyera los expedientes técnicos de las obras proyectadas a realizar con los recursos del préstamo
Con la aprobación del crédito, Laura Fernández, entonces presidenta de la Comisión de Hacienda Presupuesto y Cuenta, destacó la creación de una comisión de diputados para vigilancia que los recursos se apliquen en las obras.
Pero, ni Laurita ni otro diputado priista hicieron su trabajo.
Estos recursos se aplicaron en los encargos de los perredistas Latifa Muza y Jaime Hernández, pero que tuvieron como tesoreros a los priistas Antonio “Tony” Jiménez y Jaime Zetina González, primo del ex Gobernador Félix González Canto.
Este “extravío” es responsabilidad compartida entre perredistas y priistas.
Quizá por eso no lo encuentran los 230 millones, ni, como diría Don Teofilito, lo encontrarán.
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