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En la pachanga sin fin, en la que se ha convertido la administración municipal, Julián Ricalde se metió en un campo minado, en el tema del faltante de 162 millones del crédito de los 230 millones.
Y es que, debido a su dependencia con el Gobernador, está imposibilitado políticamente para proceder contra parte de los culpables, que son los distinguidos priistas Oscar Conde y Jaime Zetina González, primos de Félix González Canto, así como Tony Jiménez, ahijado de Joaquín Hendricks.
Pero, además, en lo que toca a los perredistas del ayuntamiento anterior, le han mandado señales que también se benefició del reparto de los 162 millones.
Por si fuera poco, hasta una de las empresas acusadas cuenta con documentos, con el que confirma que dio beneficios directos a Ricalde, como secretario de Servicios y Obras Públicas.
Y lo peor es que Julián no ha logrado convencer a la oponión pública que la decisión de “destapar” el tema del “faltante” es para darle transparencia a gestión y ahora sectores le reclaman culpables.
Toda parece indicar que lo que inició como una guerrita entre tribus perreditas, terminaría en un “harakiri”.

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