strong>MÉXICO.- El presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, afirmó ayer que “es absolutamente impensable e inadmisible” considerar la sustitución del candidato presidencial Enrique Peña Nieto sólo por los deslices que ha enfrentado públicamente desde el 3 de diciembre, cuando no pudo citar tres libros que marcaron su vida.
“Tenemos el candidato más sólido en muchos años, el mejor posicionado en las encuestas… Está plenamente capacitado para gobernar el país y tiene las destrezas que debe tener un político”, argumentó.
Sostuvo que Peña Nieto “ha despertado el ánimo de victoria en nuestras bases como no se había visto en mucho tiempo en el PRI. Hoy los priístas tenemos perspectivas reales de triunfo”.
En su primera conferencia de prensa como presidente del tricolor, Joaquín Coldwell admitió que 17 días después de la andanada de críticas a Peña Nieto por confundir al autor de La silla del águila y afirmar que leyó algunos pasajes de la Biblia, la dirigencia nacional aún no ha hecho un control de daños ni ha definido si es necesario un cambio en la estrategia.
A pregunta expresa acerca de si el PRI prevé capacitar a su candidato presidencial -la cual provocó risas entre los reporteros-, Joaquín Coldwell dijo que el ex gobernador del estado de México no lo requiere, porque estudió la licenciatura y la maestría en dos instituciones universitarias “muy prestigiadas”, donde adquirió “una sólida formación”.
Insta a evitar la polarización
Por otra parte, reconoció que el convenio electoral suscrito por su antecesor, Humberto Moreira -quien negocia con la dirigencia una senaduría por Coahuila-, con PVEM y Panal está sujeto a revisión para tratar de definir si pueden reponerse los espacios que les fueron quitados a militantes priístas en entidades como Chiapas, para dárselos a personajes cercanos a Elba Esther Gordillo, como su hija Mónica Arriola.
Sostuvo que es deseable un pacto político entre los partidos para evitar la polarización de la contienda presidencial de 2012 y reiteró su llamado a Felipe Calderón a que no intervenga en la sucesión como lo hizo Vicente Fox en 2006. “El Presidente no es el candidato del PAN”, dijo.
Recordó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación documentó la injerencia de Fox, y ahora “Calderón lo menos que puede hacer es, dado que él fue beneficiario de esa intromisión, mantenerse al margen del proceso electoral; incluso, abonar a la civilidad y a la transparencia”.
El país no merece caer en una nueva “polarización auspiciada desde el gobierno federal, que se reflejó en los años siguientes e incluso puso en riesgo la toma de posesión del propio Presidente ante el Congreso de la Unión”.
La presentación del dirigente priísta se dio con tropiezos. Primero, sus colaboradores de prensa no dejaron entrar a los fotógrafos al desayuno que precedió a la conferencia y la mayoría se retiró. Luego, la secretaria general del PRI, Cristina Díaz, con quien inició la reunión, se fue cuando llegó Joaquín Coldwell, lo que avivó las versiones de un diferendo acerca de quién de los dos hizo la convocatoria original.
Después enfrentó las preguntas sobre los yerros de Peña Nieto, y entre sus respuestas atribuyó las críticas a que el tema creció en la red social Twitter. Ponderó que el candidato presidencial del PRI es un universitario que muy joven fue gobernador del estado de México y que su administración fue tan exitosa que el triunfo de Eruviel Ávila fue “de corte plebiscitario, aprobatorio”.
Sostuvo que logró construir una candidatura de unidad en el PRI, hecho que no se veía desde la designación de Francisco Labastida Ochoa, aunque éste perdió las elecciones de 2000. Con ello, declaró, Peña Nieto “se logró posicionar como el aspirante a la Presidencia de la República con mayores preferencias populares”.
Acerca de las alianzas con PVEM y Panal, refirió que “el PRI revisa con las dirigencias de esos partidos los alcances del convenio. Puede ajustarse unos días antes del registro ante el Instituto Federal Electoral, que es en marzo. Puede modificarse o no. No quisiera anticipar juicios”.
Explicó que hasta el inicio formal de la campaña presidencial las actividades de Peña Nieto serán cerradas y exclusivamente con la militancia. Refirió que de acuerdo con un análisis jurídico del partido, el PRI no podrá incluir en sus espots de radio y televisión la imagen y la voz de su candidato, ni propaganda.
Resaltó que debe realizarse una investigación a fondo de la contratación de deuda en Coahuila, pero que la indagatoria no incluya sólo a funcionarios estatales, sino a los del Servicio de Administración Tributaria. (Fuente: La Jornada)