CANCÚN, MX.- Acusado de cuatro ejecuciones, el presunto líder de “Los Pelones”, Juan Manuel López Gabourel, alias “El Tamaulipas”, solicitó a través de sus abogados una ampliación del término constitucional para la resolución de su situación jurídica en los procesos que enfrenta.
Fuentes allegadas al caso señalaron que López Gabourel, negó los cargos en su contra y argumentó que la noche del jueves pasado, cuando ocurrió la doble ejecución de la Región 221, estuvo en su domicilio en el fraccionamiento Haciendas Real del Caribe, en compañía de su madre en un intento por deslindarse de esas acusaciones.
En ese proceso que enfrenta por las ejecuciones de un taxista y de un contratista, sus abogados solicitaron la ampliación del término constitucional para aportar pruebas, y con esto su situación jurídica será resuelta hasta el próximo sábado en el Juzgado Primero Penal. (Fuente: Enfoque Radio)
CANCÚN, MX.- Poco más de un año fue necesario para que Juan Manuel López Gaburel (a) “El Tamaulipas”, de origen yucateco, se convirtiera en líder de “Los Pelones” después de haber sido taxista en la ciudad de Tuluúm.
Y fue a cambio de tres mil pesos semanales, cuando “El Tamaulipas” inició su carrera como sicario, ejecutando con saña y crueldad a los llamados “Chapulines” (vendedores de droga independientes) y a quienes según ellos, traicionaban al grupo delictivo.
El Ministerio Público del Fuero Común prepara cuatro expedientes más para consignarlos a un juez penal y solicitar más órdenes de aprehensión en su contra.
A los 19 años de edad, Juan Manuel López Gaburel (a) “El Tamaulipas” y/o “El Tamal” y/o “El Tamaulipeco” empezó a trabajar como taxista en la ciudad de Tulum, formando parte del sindicato “Tiburones del Caribe”.
Antes, ya había sido detenido en Valladolid, Yucatán, después de haber cometido un robo a una joyería, saliendo en libertad tras el pago de una fianza.
Una vez dentro del Sindicato de Taxistas “Tiburones del Caribe”, López Gaburel, quien era conocido en ese entonces como “Pollo Bobo”, aprendió a conocer muy bien el territorio hasta Felipe Carrillo Puerto.
En ese entonces inició con la compra y venta de vehículos, para lo que viajó a la ciudad de Tamaulipas desde donde traía vehículos para vender y de ahí le quedó el apodo de “El Tamaulipas” y/o “El Tamaulipeco”.
Finalmente sólo se dedicó al taxi, trasladándose a radicar al municipio de Felipe Carrillo Puerto, arribando diariamente a Tulum, en donde también era conocido como “Zafiro Saúl Ramírez”.
Ya en el 2010, López Gaburel continuaba laborando como taxista y fue en octubre de ese año, cuando le llegó la oferta de ganarse tres mil pesos semanales.
Dicha oferta fue hecha por un sujeto que un día tomó sus servicios como taxista y en la plática, el pasajero que se identificó como Carlos Raúl Méndez García le dijo que él tenía un negocio pero que estaba “gruesa la cosa”, que si le entraba; tenía que revisar a la gente que trabajaba para él, para que “no se pasaran de lanza”; confesándole que trabajaba en el grupo delictivo de “Los Pelones”, en donde tenía el alias de “El Bembas”.
Aun sin saber exactamente qué iba a hacer dentro de la organización criminal, “El Tamaulipas”, como ya era conocido López Gaburel, accedió viajar a Cancún, en donde ya lo esperaba un sujeto apodado “El Quintana”, quien lo llevaría a una casa de seguridad, ubicada en la Ruta 4 cerca de la tienda “Super Aki”.
Ahí estuvo por unos 20 días, tiempo en el que le fue dicho que su función dentro del grupo sería la de sicario, por lo que se tendría que encargar de ejecutar a la gente que vende droga sin ser parte de su grupo, los llamados “Chapulines”; así como a aquellos que traicionaran al grupo.
Ya con la encomienda, “El Tamaulipas” aprendió el uso de las armas y su maestro fue “El Quijano”.
Poco a poco, comenzó a disfrutar su trabajo como sicario y así empezó a conocer a todos los integrantes del grupo delictivo.
Cuando un sujeto apodado “El Quique” tomó las riendas del grupo desde Chetumal, éste lo nombró encargado de un grupo de sicarios teniendo bajo su mando al menos a una docena de sujetos dedicados exclusivamente a “levantar” y ejecutar personas.
Así, poco a poco “El Tamaulipas” se fue ganando el respeto de los demás, pues era determinado cuando había que matar a alguien y de esta forma se convirtió en el jefe del grupo en Cancún.
Con las detenciones de varios integrantes del grupo delictivo, el nombre de “El Tamaulipas” fue evidenciado como líder del grupo, por lo que ya le seguían los pasos muy de cerca. Sin embargo, siempre lograba escabullirse y continuaba realizando ejecuciones.
Todavía el seis de diciembre ejecutó a Ranferi Herrera Pachis, quien trabajaba para el grupo delictivo, por haberse quedado con un dinero de la venta de drogas.
Tras ejecutar al taxista Willmart Bartolón Scout y al contratista Cirilo González Cano, “El Tamaulipas” se disponía a escapar como siempre lo hacía; pero cometió el error de ordenarle a uno de sus cómplices -“El Pescadito”, que disparase al aire para que los carros que les obstruían el paso se hicieran a un lado.
Los disparos alertaron a elementos de Seguridad Pública que les seguían los pasos y al creer que los disparos eran para ellos, solicitaron refuerzos, iniciando así la persecución que derivó finalmente en su detención.
Ahora, “El Tamaulipas”, a sus 23 años de edad, se encuentra recluido en la cárcel de Cancún enfrentando ya tres procesos penales por el delito de homicidio calificado y en esta semana podrían sumársele cuatro procesos más.
Y es que el ministerio público prepara ya la consignación de los expedientes iniciados tras las ejecuciones de Eusebio Bárcenas Gómez, José Amauri Mendoza Cante, Pedro Segovia Hernández y Vidal Pérez Pérez (a) “Carnicero”.
El primero fue ejecutado por “El Tamaulipas”, cuando descubrió que Bárcenas Gómez era “Chapulín”, es decir, se dedicaba a vender droga de manera independiente.
Antes de ser ejecutado, Bárcenas Gómez ya le había “puesto” al “Tamaulipas” a un sujeto apodado “El Tripas”, a quien también ejecutó decapitándolo.
Vidal Pérez Pérez fue ejecutado también por “El Tamaulipas” y después arrojaron su cuerpo justo afuera del domicilio del occiso, ya decapitado y la cabeza la tiraron en un bote de basura.
En el caso de José Amauri Mendoza Cante, “El Tamaulipas” declaró que ya le había perdonado la vida en tres ocasiones por haberse robado droga para su consumo personal, por lo que la última vez que lo hizo, decidió ejecutarlo.
Finalmente, en el caso del policía municipal Pedro Segovia Hernández quien trabajaba para el mismo grupo delictivo, fue ejecutado cuando Julio César Custodio Solís (a) “El Macucas” y Eliseo Peña Vera (a) “El Cochiloco” se lo “pusieron” por haberse quedado con dinero de la nómina destinada al pago de policías municipales que están al servicio del grupo delictivo.
Por estos expedientes, el ministerio público solicitará las órdenes de aprehensión correspondientes, mismas que sumarán a más de 20 por expedientes bien consolidados en los que se acredita la participación directa de “El Tamaulipas” en las ejecuciones, según las autoridades. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)