Y mientras, por un lado el grupo de Julián Ricalde, que ostenta las siglas de ADN, sella sus alianza con Roberto Borge y el PRI, por el otro, abre más la brecha con casi la mitad del perredismo.
Los meses que han trascurrido, tras el proceso interno del PRD, sólo han servido para ahondar las diferencias en el sol azteca.
Lejos de establecerse acuerdos, En la instalación del nievo Consejo del PRD, se definieron muy claramente los grupos: los “julianistas” y los “gregorianos”, y cada cual con sus respectivos aliados.
Por supuesto que Ricalde va a la ruptura en el PRD.
Que es lo que más le conviene al PRI.
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