Los alcaldes mayas terminaron doblados.
Simplemente no pudieron con los recortes que les impusieron desde el Palacio de Gobierno.
Tanto, la panista Trinidad García, como Sebastián Uc, optaron por mantener un perfil discreto, ante el avasallamiento de Chetumal.
Habían amagado, con protestar, pero prefirieron un mal arreglo que un buen pleito.

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