Otra vez, la Procuraduría General de Justicia del Estado está en el “banquillo” de los acusados.
Y es que, ahora en el proceso contra Bruce Beresford-Redman, queda en evidencia el manejo político de la PGJE.
Las cosas no se reducen a la desaparición de pruebas, sino incluso se señala que la averiguación previa, iniciada en abril 2010, fue hecha a modo del productor de televisión.
El pronóstico es que si bien este miércoles, se le podría dictar el auto de formal prisión a Bruce, el estadounidense, llevaría ya alguna ventaja para lo que sigue.
De hecho, ser famoso resulta siempre una ventaja en la procuración de justicia en el sexenio pasado.
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